Las Profecías de los Papas - Javier Sierra en 'Lo Misterioso' - EDENEX - 3g3z2u

Muy buenos días, ¿cómo estás? Oye, entramos desde puntos distintos de la geografía.

No sé dónde te pillo hoy a ti.

Pues mira, me pillas cerquita de la Diagonal de Barcelona, porque mañana ya sabes que es el Día de Sant Jordi, el Día del Libro, que, por cierto, por cierto, empiezan a estar por todas partes ejemplares de la autobiografía del Papa, de Esperanza, ¿no? Sí, señor.

Además, es un libro muy curioso, déjame que empiece por ahí, que es la primera autobiografía de un Papa que se publica en la historia.

Así que, bueno, esto es novedad.

Se ha colado, nadie esperaba que esto iba a tener tanto protagonismo, pero va a ser probablemente uno de los libros del Sant Jordi de este año, sin duda.

Y cuéntame, de todas, porque existe una amplia tradición de profecías de los Papas, que tú conoces muy bien y que me gustaría que me contases esta mañana.

Bueno, se vuelve a hablar de este asunto otra vez, de las profecías de los Papas.

Lo primero es que se está repitiendo un esquema que hemos visto en otros grandes acontecimientos, en otras muertes de otros Papas, pero también en otros acontecimientos sociales, y es que las redes se llenan de profecías o supuestas profecías de Nostradamus que hablan de lo que va a pasar en los próximos meses, ¿no? Y se habla de que el próximo Papa va a ser un Papa negro, se habla mucho del Papa negro.

Sí, se habla mucho del Papa negro y se habla mucho también del Papa número 267, ¿no? O del 266, que ha sido clásico.

Sí, exactamente. Se habla de estas cosas porque hay un pozo desde hace muchos años profético en torno a momentos como este.

En el caso del Papa negro, debo decirte que la información es totalmente espuria.

Estamos hablando de un bulo.

Nostradamus nunca habló de un Papa negro.

Habló de muchas otras cosas.

Habló de un duque negro, de un rey negro, de un joven negro, pero jamás de un Papa negro en sus centurias, que se pueden consultar en Internet y se pueden comprobar, ¿no? Pero, sin embargo, lo del número de Papa o de que hablemos de un último Papa de la Iglesia sí que tiene raigambre en una profecía que se atribuye a un obispo irlandés del siglo XII llamado Malaquías, San Malaquías, ¿no? San Malaquías dejó una lista de lemas en latín atribuidos a los 111 Papas que desde su tiempo restaban para el fin del mundo, según él.

Bueno, esto se llegó a tomar bastante en serio.

Imagínate que incluso Pío XII, en su día, adoptó el lema de Malaquías que le correspondía numeralmente a su pontificado.

Él se hizo llamar el Pastor Angélico y es así como aparecía en las profecías.

O, por ejemplo, León X, perdón, León XIII, su divisa, su escudo, también se inspiró en las profecías de San Malaquías.

Él se hizo llamar Lumen Incoelo, la luz en el cielo, y en su escudo de armas aparecía un cometa que atravesaba uno de los cuarterones de ese escudo.

El tema es que con el Papa Francisco estamos en una situación curiosísima porque las profecías de San Malaquías hablan de que Francisco habría sido el último Papa de esa lista.

El último Papa, su lema sería Petrus Romanus, Pedro el Romano, y dice, la profecía, te la leo literalmente, que este Petrus Romanus apacentará las ovejas en medio de grandes tribulaciones, pasadas las cuales, la ciudad de las Siete Colinas será destruida y el juez terrible juzgará al pueblo.

Sí, fíjate en qué punto estamos.

Es verdad que el Papa Francisco se ha enfrentado a enormes tribulaciones.

Sobre todo, ya sabes, todos los escándalos sexuales, de abusos en la iglesia que él enfrentó, encaró, como no lo había hecho ningún otro pontífice antes.

Pero, claro, de ahí a pensar que hay una amenaza sobre la ciudad de las Siete Colinas, sobre Roma, inequívocamente, y poco más o menos plantearla como un apocalipsis, pues va un tragado de saliva, por lo menos.

La última vez que entré dentro de la Basílica de San Pedro, la imagen y el nombre de los papas está dispuesto en, no sé si le llaman capiteles, lo que está por encima del capitel de la columna, una especie de friso, y que decía que en cuanto se acabase el hueco para poder poner otra estampa y otro nombre, sería el fin del mundo.

Cosa que no sé si se produce o no se produce ahora mismo.

Mira, una de las maravillas que tiene Roma es que hay una leyenda en cada esquina y asociada a cada piedra.

Si te vas, por ejemplo, a San Juan de Letrán, allí está enterrado Silvestre II, que fue el papa del año 1000.

Y dice la leyenda romana que cada vez que la tumba de Silvestre II se humedece, es porque hay una leyenda.