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Parábolas
Parábolas
Podcast

Parábolas 6b5w7

Por Zinias
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El caballo y el tendero
El caballo y el tendero
Episodio en Parábolas
Un tendero se quejó al maestro porque un hombre había abierto una tienda cerca de la suya y temía que le quitaría todos sus clientes. Después de oír su queja, el maestro le dijo: -¿No has visto que cuando un caballo bebe agua en un charco, primero golpea el charco varias veces con una de sus patas? -Sí lo he visto –contestó el tendero. Eso sucede, le explicó el maestro, porque, al bajar la cabeza para beber, el caballo ve su imagen reflejada en el agua y piensa que hay otro caballo bebiendo. Entonces, trata de espantarlo porque teme que no haya suficiente agua para los dos. Sin embargo, hay agua para todos los caballos y como tú, él tiene miedo de un enemigo imaginario.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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Manos que rezan
Manos que rezan
Episodio en Parábolas
Alberto Durero fue un afamado pintor y grabador alemán, sin duda alguna el representante más genial del Renacimiento en el norte de Europa. Hombre de un profundo humanismo, gozó durante su vida de gran prestigio y popularidad. Entre las obras que más gustan a la gente y que han sido reproducidas en millones de copias, se encuentra sus “Manos Orantes”. Esta es su historia: Alberto Durero y Franz Knigstein eran dos jóvenes amigos que luchaban contra toda adversidad por llegar a ser artistas. Como eran muy pobres y no tenían ningún mecenas que los ayudara, decidieron que uno de ellos estudiaría arte y el otro buscaría trabajo y sufragaría los gastos de los dos. Pensaban que, cuando el primero culminara sus estudios y ya fuera un artista, con la venta de sus cuadros podría subvencionar los estudios del compañero. Echaron a suertes para decidir quién de los dos iría primero a la universidad. Durero fue a las clases y Knigstein se puso a trabajar. Durero alcanzó pronto la fama y la genialidad. Después de haber vendido algunos de sus cuadros, regresó para cumplir su parte en el trato y permitir que Franz comenzara a estudiar. Cuando se encontraron de nuevo, Alberto comprobó dolorosamente el altísimo precio que había tenido que pagar el compañero. Sus delicados y sensibles dedos habían quedado estropeados por los largos años de duro trabajo. Tuvo que abandonar su sueño artístico, pero no se arrepintió de ello, sino que se alegró del éxito de su amigo y de haber podido contribuir a ello. Un día, Alberto sorprendió a su amigo de rodillas y con sus nudosas manos entrelazadas en actitud de oración. De inmediato, el artista delineó un esbozo de la que llegaría a ser una de sus obras más famosas “Manos que rezan”.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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El negro
El negro
Episodio en Parábolas
Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta. Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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El amor y el odio
El amor y el odio
Episodio en Parábolas
Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. Estos llegaron a la reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito.Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: - "Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien". Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos. - "Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo. El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: - "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto; provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará". Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron decepcionados. - "Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante". Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: - "En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará". Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó herida pero, después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo. Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos, y los venció. Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Cantaleta, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "Nada hay que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos". De pronto, de un rincón del salón se levantó alguien poco reconocido, que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré el Amor", dijo con seguridad. Todos se preguntaron quién era ése que pretendía hacer solo lo que ninguno había podido. El Odio dijo: "Ve y hazlo". Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después que, de mucho esperar, por fin el Amor HABÍA MUERTO. Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado", y sin decir más se marchó. "Espera", dijo el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?" El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: "soy La Rutina."
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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Los pavos no vuelan
Los pavos no vuelan
Episodio en Parábolas
Cuentan que un paisano en Catamarca se encontró en el campo con un huevo muy grande. Jamás había visto nada igual y decidió llevarlo a su casa. -¿Será de avestruz? Preguntó su mujer. -No, se ve demasiado abultado. Dijo el abuelo. -¿Y si lo rompemos? Propuso el ahijado. -Es una lástima. Perderíamos una hermosa curiosidad. Dijo la abuela. -Miren, ante la duda se lo voy a acercar a la pava que está empollando los huevos. Tal vez con el tiempo nazca algo. Afirmó el paisano. Cuenta la historia que a los 15 días nació un pavito oscuro, grande y nervioso que con mucha avidez comió todo lo que encontró a su alrededor. Luego miró a su madre con vivacidad y le dijo: -¡Vamos a volar! La pava se sorprendió de la salida de su crío y le respondió: -Los pavos no vuelan y te va a hacer mal comer tanto y tan apurado. Toda la familia trató de controlar la avidez del crío de modo que aprendiera a comer moderadamente pero cada vez que terminaba de hacerlo, les decía: -¡Vamos, vamos a volar! Ante cada propuesta, sus hermanos le repitieron una y otra vez que los pavos no vuelan y que debía comer poco y tranquilo... Por esa razón, a medida que pasaron los días, el pavito fue hablando más de comer y menos de volar. Así creció y murió. En la pavada general. Pero no era un pavo, era un cóndor y había nacido para volar hasta los 7000 metros de altura... El riesgo de morir en la pavada general es muy grande. "Como nadie vuela..."
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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No lo veo
No lo veo
Episodio en Parábolas
Cierto día, el Cardenal Weisman discutía con un inglés utilitarista sobre la existencia de Dios. A los argumentos del gran sabio, respondía el inglés con mucha flema: "No lo veo, no lo veo". Entonces, el Cardenal tuvo un rasgo ingenioso. Escribió en un papel la palabra "Dios", y colocó sobre ella una moneda: -- "¿Qué ves?" -le preguntó. -- "Una moneda" -respondió el inglés. -- "¿Nada más?" -insistió el Cardenal. Muy tranquilo, el Cardenal quitó la moneda, y preguntó: -- "Y ahora, ¿qué ves?". -- "Veo a Dios" -respondió el inglés. -- "¿Y qué es lo que te impedía ver a Dios?" -le preguntó de nuevo el Cardenal. Y el inglés se calló como un muerto.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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01:34
El país de las muletas
El país de las muletas
Episodio en Parábolas
En un lejano país, un rey salió a combatir al frente de sus soldados y, en el fragor de la pelea, le hirieron gravemente en uno de sus muslos, se le gangrenaron las heridas y, para salvarle la vida, tuvieron que cortarle la pierna. Regresó a su reino y, para poder caminar, fue necesario que se ayudara en unasmuletas. Para solidarizarse con su rey, su Primer Ministro comenzó a caminar éltambién apoyado en unas muletas a pesar de tener sus dos piernas en perfectascondiciones. Pronto, comenzaron a imitarles los muchos halagadores que nunca faltan, y a los pocos días, casi toda la población de aquel país andaba con muletas. Con el tiempo las muletas pasaron a ser símbolo de distinción y jerarquía: los ricos las hacían con las maderas más finas y les incrustaban joyas y piedras preciosas, los comerciantes se apresuraron a montar varias fábricas de muletas y a vocear sus ventajas funcionales, comenzaron a ser despreciados y tenidos por bárbaros los que todavía caminaban sin muletas, y muy pronto en las escuelas se empezó a dar clases de cómo caminar con muletas, barnizarlas y cuidarlas. Todos llegaron a convencerse de que era mucho mejor caminar con muletas que sin ellas y el Consejo de Ministros logró convencer al rey de que emitiera un decreto real prohibiendo caminar sin muletas y exigiendo que todo niño, desde su nacimiento, fuera adiestrado a caminar con sus muletas. Fue pasando el tiempo y en aquel país ya nadie sabía que era posible caminar sin sus muletas... Al cabo de muchos años, un joven inconforme empezó a decir que las muletas eran un estorbo y que era posible e incluso preferible caminar sin ellas. Nadie le dio mucha importancia a sus ideas por considerarlas locuras de joven, se rieron de él, y esperaron que el tiempo le devolviera la sensatez. Pero el joven seguía insistiendo en su descabellada idea. Parecía que no podía quitársela de la cabeza y se soñaba corriendo sin muletas por el monte, trepando a los árboles, escalando montañas... En vano trataron sus padres de hacerle entrar en razón: -Ya no eres ningún niño para seguir con esas locuras –le dijo un día con verdadera ira su padre-. Te prohíbo que vuelvas a mencionar el tema. Tu conducta nos está trayendo muchos problemas. Todo el mundo comienza a mirarnos mal y andan murmurando sobre tu proceder y de nuestra debilidad, ya que te permitimos seguir con tus locuras. De ahora en adelante, si quieres seguir viviendo en esta casa, tienes completamente prohibido hablar de eso. De nada sirvieron amenazas y castigos. El joven no iba a abandonar una idea que se había adueñado por entero de su vida, y le sembraba chispas de ilusión en los ojos y le ponía a galopar febrilmente el corazón. Cuando corrieron rumores de que el joven había sido sorprendido practicando a escondidas el caminar sin muletas, comenzaron a preocuparse seriamente las autoridades de aquel país y, como último recurso, enviaron al sacerdote del lugar a que lo convenciera por las buenas. Si no lo lograba, tendrían que proceder de un modo mucho más severo. No iban a permitir que las locuras de un joven sembraran las semillas de la desintegración y la discordia. -¿Cómo puedes ir en contra de nuestras tradiciones y nuestras leyes? –le dijo el sacerdote-. Durante años y años, todos hemos andado perfectamente con la ayuda de las muletas. Con ellas, te sientes más seguro, y tienes que hacer menos esfuerzo con las piernas. Las muletas son un gran invento, símbolo de la civilización y de la ciencia. Dios nos dio la inteligencia para que la usáramos; ir contra las muletas es ir contra Dios. Sólo los animales, que son seres inferiores, pueden caminar sin ellas. ¿Acaso pretendes que los imitemos y tiremos por la borda tantos años de avances y progreso? ¿Cómo vas a despreciar nuestras bibliotecas donde se concreta todo el saber de nuestros antepasados sobre la construcción, uso y mantenimiento de las muletas? ¿Cómo vas a faltar al respeto a nuestros símbolos patrios que llevan en el escudo y la bandera una muleta? ¿Qué sentido tendrán nuestras oraciones en las que todos los días agradecemos a Dios el habernos dado la sabiduría para perfeccionar cada vez más la utilización de las muletas? ¿Acaso vamos a ignorar a nuestros próceres, nuestros sabios y nuestros santos que levantaron su gloria, sabiduría y santidad bien afincados sobre sus muletas? Fracasó también el sacerdote y, para impedir la propagación de ideas tan perniciosas, encarcelaron al joven. Allí fue practicando con avidez su propuesta de prescindir de las muletas. Sus piernas débiles se fueron fortaleciendo y cada día su caminar era más seguro y firme. Decidieron desterrarlo del país. Lo sacaron de la cárcel y ante los ojos impávidos de todos, el joven arrojó sus muletas al aire y comenzó a correr gritando de alegría, al encuentro de sí mismo, de su libertad. ¡Cómo nos cargamos de muletas para sentirnos seguros e importantes! Lasmuletas del dinero, de la fama, del poder, del carro nuevo, de la tarjeta de crédito,del título... Afincados en nuestras muletas nos creemos superiores, ocultamosdetrás de ellas nuestra inseguridad, nuestros miedos. Confundimos la libertad con llenarnos de cosas, con apoyarnos en muletas doradas. Ya nadie se atreve a ser él mismo, a caminar sin muletas. Estamos confundiendo la libertad, con amarrarnos a nuestros caprichos y deseos, cuando la verdadera libertad consiste en liberarse de toda muleta y atadura, en vivir de tal forma que nada ni nadie tenga poder sobre uno. La libertad implica una serie de rupturas de todo aquello que nos impide vivir con autenticidad, de todo lo que nos ata y esclaviza.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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Marcos y Mosés
Marcos y Mosés
Episodio en Parábolas
Marcos nació en una familia de siete hermanos. Su madre tuvo un parto difícil, pero gracias a la ayuda médica nació sin ninguna tara. Mosés también tiene siete hermanos. Durante el embarazo, su madre tuvo problemas y él nació con un pulmón oprimido que ahora le impide respirar con facilidad. Mosés nació ayudado por su tía y su abuela, expertas ganaderas. Marcos disfruta de una alimentación sana y equilibrada. Come verduras, carne, pescado, hierro, fósforo, hidratos de carbono... A Mosés se le cayeron los dientes debido a la desnutrición. La comida preferida de Marcos es el pollo, y el jamón serrano. Mosés no lo ha probado nunca, pero seguro que le gustaría. Marcos tiene un abrigo de cuadros para los días de frío. Mosés tiene más suerte, porque en su país casi nunca hace frío y no necesita ropa. Es una suerte doble, porque aunque la necesitara tampoco la tendría. Marcos sale de su casa para ir a jugar al parque y dar un paseo. Mosés siempre está fuera de casa. Marcos no conoce a su padre y no sabe dónde está. Mosés tampoco lo conoce, pero sabe que murió en la guerra, aunque no contra quién luchaba. Marcos no irá nunca al colegio ni aprenderá a leer. Mosés tampoco. La esperanza de vida de Marcos es de unos 20 años. La de Mosés es mayor, pero él quizá no llegue a cumplir los 20. Marcos es un setter irlandés. Mosés, un niño africano.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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Llamada a la puerta
Llamada a la puerta
Episodio en Parábolas
Cuentan que el artista Holman Hunt pintó un cuadro de Jesucristo llamando a la puerta de su casa. Reunió a sus amigos artistas y les pidió que miraran el cuadro con ojo crítico, para ver si detectaban algún error. Durante un buen rato lo estuvieron observando y sólo tuvieron palabras de iración tanto para el cuadro, como para el pintor. Ante la insistencia de Hunt de que lo siguieran mirando pues sin duda tendría algún defecto, uno de los artistas más jóvenes, dijo: -Sr. Hunt, creo que he encontrado un grave error en el cuadro. Se olvidó de pintar el pestillo de la puerta. -Amigo mío –le respondió Hunt-, cuando Cristo llama a la puerta de tu casa, sólo se puede abrir desde dentro.
Fe, filosofía y espiritualidad 13 años
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Como el lápiz
Como el lápiz
Episodio en Parábolas
El niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó: - ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí? El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto: - Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó: - ¿Qué tiene de particular ese lápiz? El abuelo le respondió: - Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo. Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona. Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino correcto. Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior. Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.
Hijos y educación 13 años
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Los hijos del labrador
Los hijos del labrador
Episodio en Parábolas
Entre los antiguos había un hombre muy viejo que tenía muchos hijos. Cuando iba a terminar ya su vida les pidió que le trajesen, si la había, una gavilla de finos juncos. Uno de ellos se la trajo: «Intentad, hijos, con toda vuestra fuerza, romper los juncos así entrelazados unos con otros». Pero ellos no podían. «Intentadlo ahora de uno en uno». A medida que los rompían con toda facilidad, les dijo: «Hijos míos, de igual manera si convivís todos unos con otros, nadie podrá haceros daño, por mucha fuerza que tenga. En cambio, si cada uno toma una decisión al margen del otro, os pasará lo mismo que a cada uno de los juncos». La hermandad es el mayor bien de los hombres: incluso a los humildes los eleva a las alturas
Hijos y educación 14 años
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Dar de lo que cuesta
Dar de lo que cuesta
Episodio en Parábolas
Poca gente sabe que Gaudí tuvo que salir a la calle a pedir dinero para poder proseguir las obras del templo de la Sagrada Familia. En una de esas visitas, exitosa, ocurrió lo siguiente: - Muchas gracias, dijo Gaudí. - No, no me dé las gracias. En realidad no me supone sacrificio. - entonces, añadió el arquitecto con gracia, no sirve. Mejor dicho, no le sirve a usted. Vea de aumentarlo hasta sacrificarse… ¡Le será más agradable a Dios! Porque la caridad que no tiene el sacrificio como base no es verdadera y tal vez no sea más que vanidad. El caballero se quedó boquiabierto. Reflexionó. Buen cristiano, comprendió y entregó un donativo mucho mayor - Ahora soy yo quien le da a usted las gracias, señor Gaudí
Arte y literatura 14 años
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La armonía y la entrega
La armonía y la entrega
Episodio en Parábolas
Cuando el soberano de un reino vecino anunció su propósito de visitar el monasterio, todo el mundo exteriorizó su nerviosismo. Sólo el Maestro mantuvo su habitual calma. Conducido el rey a presencia del Maestro, le hizo una profunda reverencia y le dijo: «He oído decir que has alcanzado la perfección mística, y quisiera saber cuál es la esencia de lo místico» «¿Para qué?», preguntó el Maestro «Deseo averiguar la naturaleza del ser, a fin de poder controlar mi propio ser y el de mis súbditos y conducir a mi pueblo a la armonía» «Está bien», dijo el Maestro, «pero debo advertirte que, cuando hayas avanzado en tu averiguación, descubrirás que esa armonía que buscas no se consigue a base de control, sino a base de entrega»
Fe, filosofía y espiritualidad 14 años
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El elefante encadenado
El elefante encadenado
Episodio en Parábolas
Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ellos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido de otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un tamaño, un peso y una fuerza descomunales… Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye? Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces por el misterio del elefante… Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?” Con el tiempo, me olvidé del misterio del elefante y la estaca… Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: “El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño”. Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa, porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.
Mente y psicología 14 años
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Rana hervida
Rana hervida
Episodio en Parábolas
En las escuelas de negocios se ha puesto de moda la parábola de la rana hervida Si ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente intenta salir, pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 21º C, la rana no hace nada, incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida: sabe que algo va mal, pero no está en condiciones de darse cuenta de que debe salir inmediatamente de la olla. Aunque nada se lo impide, la rana se queda ahí y hierve, ¿por qué? Porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales. Para aprender a ver procesos lentos y graduales tenemos que prestar atención, no sólo a lo evidente, a lo que nos cuentan, sino también a lo sutil. Tenemos que caer en la cuenta del grado de manipulación. La historia nos demuestra que todo lo que se creía grande, acaba cayendo, y casi nunca a causa de lo que se creía que era la mayor amenaza.
Marketing y estrategia 14 años
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El copo de nieve
El copo de nieve
Episodio en Parábolas
- ¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve? - le preguntó un colibrí a una paloma - Nada - fue la respuesta - Si eso es lo que piensas, que no pesa nada, te voy a contar una historia: El otro día me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Hacía frío y comenzó a nevar mansamente. no era una de esas ventiscas terribles que zotan los árboles y los retuercen dolorosamente. Nevaba como un sueño, sin violencia, sin heridas. Como no tenía nada que hacer, empecé a contar los copos que caían sobre la rama. Había contado exactamente 4.741-902 copos, cuando cayó el siguiente - sin peso alguno, como tú dices - y quebró la rama.
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La zanahoria, el huevo y el café
La zanahoria, el huevo y el café
Episodio en Parábolas
Un acólito preguntaba a su maestro acerca de la vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido. Estaba cansado de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. su maestro lo llevó a la cocina del monasterio. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En unas colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. El alumno esperó impaciente, preguntándose qué estaría haciendo su sabio maestro. A los veinte minutos apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su extrañado alumno le dijo: «¿qué ves?» - «Zanahorias, huevos y café» fue su respuesta. Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. El aprendiz sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y humildemente preguntó: «¿Qué significa esto?» El maestro explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agu hirviendo, habían transformado al agua. «¿Cuál eres tú?», le preguntó. «Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la dversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poesías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un problema te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullició el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
Mente y psicología 14 años
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No fijarse en el aspecto
No fijarse en el aspecto
Episodio en Parábolas
Se encontraba una familia de cinco personas pasando el día en la playa. Los niños estaban haciendo castillos de arena junto al agua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con sus vestidos sucios y harapientos, que recogía cosas del suelo y las introducía en una bolsa. Los padres llamaron junto a sí a los niños y les dijeron que no se acercaran a la anciana. Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándose una y otra vez para recoger cosas del suelo, dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieron el saludo. Muchas semanas más tarde supieron que la anciana llevaba toda su vida limpiando la playa de cristales para que los niños no se hirieran los pies.
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