Pensamiento crítico 6ue

Bienvenidos a Brisa Cultural, el programa que conduce Gonzalo Peña Fernández.

El pensamiento crítico se trata de fomentar en las escuelas, en la universidad, y a todos nos gusta presumir. Sí, sí, claro, yo tengo un pensamiento crítico, yo razono. Bueno, ya veremos ahora, más adelante, si es que eso es posible o estamos sobreestimando nuestras posibilidades para mantener una conversación correctamente formada e informada. Voy a distinguir entre lo que es el pensamiento crítico y la actitud crítica. El pensamiento crítico es particular, es decir, se refiere a una persona concreta y además sobre una materia concreta, sobre un acontecimiento concreto. Por ejemplo, un médico puede tener pensamiento crítico sobre el cuerpo humano porque ha estudiado durante muchos años y aún así su ignorancia es considerable, porque falta mucho todavía por investigar y por eso avanza la ciencia.

Pero tienen un pensamiento crítico o es la máxima expresión del pensamiento crítico sobre el cuerpo humano que podemos encontrar ahora mismo. Otra persona que no sea un médico, pues bueno, podrá hablar, si es un biólogo, también con mucha referencia, todo muy documentado, pero el común de los mortales, la masa, pues no puede tener un pensamiento crítico. Nos acordaremos de aquello que nos explicaron en el colegio y de aquella manera. El pensamiento crítico es particular, referido a una persona y a una rama de conocimiento o a un caso concreto. Mientras que la actitud crítica es algo más genérico y que podemos todos desarrollar en el sentido de activar nuestro cerebro, estar pendiente de lo que nos rodea y asumir la actitud del escepticismo, es decir, de la duda.

Tener dudas respecto de la calidad de las informaciones que nos llegan sobre incluso nuestras propias opiniones, es decir, dudar del conocimiento y plantear sistemas alternativos, reconocer que existe una necesidad de consultar varias fuentes y puntos de vista para poder tener una idea poliédrica, es decir, desde varias caras, desde varios puntos de vista. Eso requiere de una apertura de mente, así como también de reconocer que nosotros tenemos nuestros propios sesgos, nuestros propios filtros ideológicos y conceptuales e intelectuales, que son nuestras limitaciones, que nos llevan a mantener una serie de criterios y opiniones. Entonces, el pensamiento, la actitud crítica es reconocer nuestras limitaciones y dudar del conocimiento, dudar de lo que escuchemos en la radio, en la televisión o que nos llegue por cualquier medio, por revistas, es decir, dudar un poco del conocimiento y de lo que nos están vendiendo.

Y para pasar de la actitud crítica al pensamiento crítico se requiere de una cosa que es el esfuerzo. No se puede mantener un pensamiento crítico sólo con la actitud. La actitud no es suficiente, sino que hay que coger pico y pala y empezar a estudiar, a documentarse y a tomar datos, es decir, pasar de informaciones, recopilarlas y luego elaborarlas y construir en nuestra mente, en nuestro intelecto, un conocimiento ya más organizado que nos permite tener un pensamiento crítico. Por ejemplo, en medios de comunicación, pues no podemos conformarnos con lo que nos diga una noticia o una línea editorial de determinado periódico o radio, sino que, para comprender mejor el fenómeno, tendremos que estar más atentos a la actitud crítica.