La palabra entre nosotros #118 Dios es el Dios de vida 2l5d

Programa de Radio Bolivariana, de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia.

La Palabra entre Nosotros, un momento de diálogo sobre la Palabra de Dios, sus contextos originales y nuestras situaciones cotidianas, a cargo del Grupo de Investigación en Teología, Religión y Cultura de la Escuela de Teología, Filosofía y Humanidades de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Orientan el presbítero Tarsicio Gaitán y la licenciada Olga Nuri Estrada.

Un cordial saludo para nuestros amables oyentes, aquí en La Palabra entre Nosotros.

Bienvenido, Padre Tarsicio.

Bienvenida, licenciada Olga Nuri.

Cuando hablamos de realidades, de cosas que son obvias y parecen tan sencillas a simple vista, nos quedamos cortos con las definiciones.

Por ejemplo, sucede con la vida, ¿qué es la vida? Y se la atribuimos a Dios diciendo que Él es el Dios de la vida, el Dios viviente.

Pero nos quedamos mucho más cortos y acudimos a una gran variedad de lenguajes y medios si queremos explicarlo, para aprenderlo en nuestro intelecto, siempre con ese deseo casi primitivo, pudiéramos decir, de verlo cara a cara, como nos vemos entre nosotros, vivo, respirando el mismo aire que respiramos nosotros.

Por eso, en nuestro programa de hoy vamos a dialogar sobre el Dios viviente, el Dios de vida.

Comencemos escuchando una canción que nos introduce y nos motiva a este diálogo de vida.

Los nirios del campo y las aves del cielo no se preocupan porque están en mis manos tené confiado en lo que sos y tus circunstancias Estoy con vos, con tu cruz en mi espalda Vida en abundancia, como nos está cantando aquí Atenas, es lo que nos trae el Señor.

Y para eso no solamente cantamos, sino que lo alabamos con esta canción y con muchas otras acciones de la vida para agradecerle esta vida en abundancia.

En la lengua hebrea de la Biblia, la palabra vida es usada en la forma de un plural, hayim.

Dicho plural no indica en sí una pluralidad, como decimos en nuestro idioma castellano, sino la intensidad particular que posee la vida, la pasión que posee la vida, la fuerza.

Pero ¿a qué clase de intensidad se refiere esto? Pues se refiere a una perfección, a una plenitud que es fácil de observar por la forma de emplear el verbo vivir en los textos de la Biblia.

De ahí que no se puede hablar de vida cuando se está enfermo, débil o pobre, o más aún, desterrado, sufriendo o sintiéndose desgraciado.

Ahí no cabe la vida.

Y esta intensidad de la vida a la que se refiere la palabra en hebreo sobrepasa incluso la propia persona y hasta alcanza a todo lo que le concierne y a todo lo que posee más allá de su cuerpo.

Entonces vivir no es solamente disfrutar de buena salud, es también conocer la abundancia.