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Las LLamas del Pecado
Oscura fantasía

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18/2/2025 · 01:20:03
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Las LLamas del Pecado

Descripción de Oscura fantasía 1q5c45

Un atractivo hombre de color se muda a la casa de al lado de una menuda pero voluptuosa jovencita. _____________________________________________ Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces: * Anual https://www.ivoox.vip/?-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e * Mensual https://www.ivoox.vip/?-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38 *Plus https://www.ivoox.vip/plus?-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c 2h211v

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Las Llamas del Pecado, tu programa de relatos eróticos más caliente en español.
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Hoy presentamos, Oscura fantasía.
Luz entró al ascensor de su casa. Iba a pulsar el botón para subir a su piso cuando una varonil
voz le dijo que por favor sujetara la puerta. Automáticamente puso la mano sobre el sensor
para que las puertas no se cerraran. Cuando miró hacia el hombre que le había hablado,
se dio cuenta de que era un hombre de color. Nada más verlo le hizo recordar a un jugador
de baloncesto. Era alto, fuerte y no mal parecido.
—Gracias.
—Eres muy amable, le dijo el hombre entrando en el ascensor, sujetando lo que parecía una
pesada maleta.
—¿A qué piso va? preguntó la chica.
—Al sexto, por favor.
Pulsó el botón del sexto. Ese era también su piso.
Entonces, al ver al hombre sujetando la maleta recordó que su madre le había dicho que habían
alquilado el piso de enfrente. Mientras el ascensor subía, ella miraba hacia la puerta,
contando cómo los pisos pasaban. Oía la respiración del chico, pero no se atrevía a mirarlo.
La cabina se paró, obediente, en el piso que le solicitaron.
Lou salió primero y le mantuvo la puerta abierta al supuesto nuevo vecino.
—Oh, gracias.
—Eres muy amable, dijo el hombre, mostrando una encantadora y blanca sonrisa.
—De nada.
John esperaba que la chica volviese a entrar en el ascensor, pero vio que ella cerraba la puerta.
—¿Vives en este piso? le preguntó.
—Sí, contestó ella, bajando la mirada.
—Ah, pues he alquilado el 6J.
—Encantado.
—Igualmente.
—¿Ya nos veremos?
—Chao.
Lou se dirigió a su casa. No fue consciente de la mirada que John le echó. La miró de arriba a
abajo, fijándose especialmente en su lindo culito. A él le gustaban las chicas blancas de piel clara,
y esa chica era pelirroja, un plus. Además, usaba gafas. Notó que parecía algo tímida,
ya que había evitado mirarle a los ojos en todo momento. Pero era pequeñita, menuda. Seguramente
menor de edad y vecina suya. No quería líos, así que se la quitó de la cabeza. Abrió la puerta
de su nueva casa y entró. Lou fue al salón, pero oyó ruidos en la cocina y se aceró.
Su madre fregaba los platos.
—Hola, mami.
—Ya se mudó el nuevo vecino.
—¿Así?
Respondió su madre sin levantar la mirada de la taza que enjuagaba.
—Sip. Es... negro.
—¿Negro?
—exclamó la mujer, ahora dejando de limpiar y mirando a su hija.
Como un tizón, dijo Lou senfatizando la información con aspavientos de su mano derecha.
—Coño. Lo que nos faltaba.
Otro moro, se quejó amargamente su madre.
—No, moro no.
—Negro.
—Como un... americano, añadió la muchacha, pensando otra vez en un jugador de la NBA.
—¿Pero habla español? añadió, como si solo pudiesen hablar español los blancos de piel.
—Pues espero que no sea de esos que queman palitos de olores raros.
—No sé, dijo Lou, riéndose.
—¿Cuándo cenamos?
—En media hora.
—Ok. Voy a estudiar un poco.
—Vale, cariño. Te aviso.
La joven se fue a su cuarto y se sentó a estudiar. En un par de días tenía un examen,
pero no se pudo concentrar en el estudio. No se podía quitar al nuevo vecino de la cabeza.
Apenas se había atrevido a mirarlo, pero lo poco que vio, le gustó. Parecía guapo,
con un cuerpo marcado. Le vino a la memoria una conversación que tuvo con Luisa,
su amiga íntima, hacía unos meses.
—Luz.
—Ayer le hice una paja a Julián.
—Coño.
—¿En serio?
—¿Te atreviste?
—Jajaja.
—Sí.
—¿Y qué tal?
—Bueno, no estuvo mal, creo.
—Pero la tiene pequeña.
—¿Qué cosa?
—Joder, Luz, la nariz, no te jode.
—Pues la polla, mujer.
—Ah, perdón.
—Nada parecida a la de un negro, desde luego.

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