Nuestra Adoración a Dios/Edgar Calderon / iglesia Palabra Ungida 5e3v6m

Y ahora pasamos al Consejo de la Palabra del Señor, con el pastor evangelista Edgar Calderón.

Diferentes grupos están, practica y practica y practica y practica para poder tocar y cantar bien, pero el adorador en Dios, músico o no músico, el verdadero adorador está practicando su obediencia, ministrando su alma, su mente y su conciencia para tocar a Dios aún sin tocar un instrumento. Y esto le hace a uno sentir la presencia de Dios en la casa, en el carro, en un abismo, en un barranco, en el techo de una casa, en cualquier lugar donde usted se encuentre, no hay nada más lindo que tocar las cuerdas del alma para con Dios. Ahora, la Biblia sí nos habla de personas que establecieron ese vínculo siendo músicos y también de personas que tocaron ese vínculo sin ser músicos. Un músico, por ejemplo, David. Este hombre tenía una relación con Dios en el campo, pastoreando las ovejas.

Tenía una relación con Dios en el reinado antes de ser rey. ¿Se acuerdan ustedes que le tocaba el arpa a don Saúl y dice que los demonios se le espantaban a Saúl porque era tal la adoración, la unción, la magnitud de esa adoración que los demonios no podían resistirlo. Es algo tremendo. O sea, David tocó ese vínculo de adoración con música y sin música.

Pero aquí tenemos también un hombre que tomó el vínculo, tocó el vínculo de adoración sin tener un instrumento y este fue Abraham. Él tocó con la fe. ¿Se acuerdan ustedes cuando él le dice antes de subir a presentar el sacrificio en el cual Dios le había ordenado sacrificar a su hijo? Él le habla a los que iban con él y les dicen, ustedes esperados aquí, nosotros subiremos, adoraremos y regresaremos. Hace dos años tuve la oportunidad de estar en Cerro Quemado Guatemala. Bueno, Cerro Quemado Quetzaltenango, Guatemala, es un centro de adoración latinoamericano.

Se puede ver ahí pastores que llegan de Brasil, de Costa Rica, de Argentina, de México, de todos los lugares a este cerro y el camino para subir a ese cerro, créame que yo soy de campo y yo soy bueno para trepar y subir, pero ahí sí me costó. Hay unos caminitos así donde uno tiene que subir o dar una vuelta o subir colgado de una cuerda y me quedé asustado porque hermanas de corte se suben, se trepan con la cuerda y yo todavía pensaba ¿me aviento o no me aviento? Y cuando vi que pasó una como de 60 años y se colgó, dije pues qué vergüenza que yo no me cuelgue, entonces me colgué.

Pero hermano para llegar allá arriba es como unos 45, una hora para subir arriba, pero cuando uno llega allá arriba uno se percata hermano de que ahí hay altares y que los hermanos, así como los grupos que vemos aquí, suben por ese camino resbaladizo que ni el burro sube, ni el burro, el burro ahí, el burro no se puede agarrar del lazo así que el burro no sube y llevan bocinas hermanos, bocinas así más grandes que estas bocinas, los hermanitos con las bocinas así cargadas suben hasta allá arriba hermano, hacen en ramadas, hay galeras con teja para que ustedes puedan ver y uno dice cuando ve los altares hasta allá arriba ¿cómo subieron esa madera? ¿cómo subieron esa teja? ¿cómo subieron esos instrumentos? y después vienen para abajo con todos los instrumentos, créanme sinceramente que si yo no conozco el otro lado del cerro yo me quedo completamente enamorado, hasta allá arriba lo más alto de la cúspide del cerro hay dos banderas, una bandera de Israel y una bandera de Estados Unidos, que con la boca abierta, una bandera de Estados Unidos, una bandera de Israel, una bandera de Guatemala, pero cuando voy del otro lado del cerro, me doy cuenta que de este lado del cerro están todos los cristianos evangélicos y ojo, catequistas también, que van allá a adorar a Dios y del otro lado del cerro están los satanistas