Nº 157-VIAJEROS ROMÁNTICOS - RONDA EN LA RUTA ROMÁNTICA DEL BAJO GENAL - Joséphine E. Brinckmann (1850) (y III) 4k3426

Una ciudad, ronda, dos territorios en uno, la serranía rondeña y el campo de Gibraltar, unos personajes, arrieros, contrabandistas, guerrilleros, bandoleros, serranos y un programa en coperronda, viajeros románticos, con Faustino Peralta, cronista oficial de la ciudad buenas tardes y bienvenidos de nuevo a viajeros románticos, aquí en coperronda, encantado de estar una semana más con todos ustedes, ronda en la ruta romántica del bajo genal, Josephine E.

Brickman, fecha del viaje 1850, tercera y última parte, continuamos con esta escritora romántica en su visita a ronda en marzo de 1850, que en esta ocasión realiza una excursión hasta Zinipo, ronda la vieja, a la que los romanos llamaban a Zinipo, según otros escritores alzinopa, está situada a tres leguas de la primera, la tierra que recorrimos hasta llegar allí, es una tierra triste, casi deshabitada, durante un trayecto de cinco leguas sas, no encontramos más que un cortijo, donde un aguacero, nos obligó a refugiarnos unos momentos, y donde el ama de casa, nos ofreció hospitalidad, mediante un gran fuego, para secar nuestros mantos, convertidos en torrentes, me puedo jactar de haber experimentado allí, en toda la extensión de la palabra, la gran fraternidad tan predicada, tan celebrada, por nuestros tribunos de las cruces de caminos, don guzmán, preveyendo una lluvia muy fría, había puesto en mi bolsillo una botella de licor, algunos pasteles y un vaso, de ese modo, como yo no quería estar sola, gozando de los beneficios del reconfortante licor, resultó que cada uno bebió uno tras otro, sin que nadie tuviese la idea de enjuagar el recipiente, yo quise disimular, y no desdeñar esta confraternidad con las buenas gentes, que se dedicaban a mi defensa, y tomé pues, valientemente, una segunda vez el vasito, que siete u ocho labios, habían acariciado, ya con el fin de quitarme así la sed, el interior de una granja española, tiene mucha relación con el de las ventas, sin embargo, en lugar de entrar por el establo, entré por la cocina, que sirve de gran habitación, donde está todo el mundo, pero ella sirve también de antesala del establo que la sigue, como no tiene otra salida, resulta que los caballos, mulas y bueyes, pasan por esta habitación, para acudir allí, cuando el tiempo se hubo despejado un poco, nos llevamos a un muchacho de la granja, para que nos guiase hasta el lugar donde en otro tiempo estaba Finipo, esta ciudad construida por los fenicios, ampliada por los cartagineses, tomó luego importancia bajo los romanos, que le dieron un gran desarrollo, después llegaron los vándalos, que la destruyeron enteramente, a jugar por los vestigios que cubren el suelo, a gran distancia unos de otros, y por algunos restos de su antigua muralla, ésta debía ser considerable, ocupa una de las mesetas más altas de España, en medio de las sierras de Ronda, al internarse en el punto culminante de estos lugares tan tristes, tan silenciosos, hoy, es curioso observar, hasta qué punto el terreno de esta provincia,