Madres en oración: Ruth - Ep01T08 6w2b5m

Porque donde se reúnen dos o tres en mi nombre, ahí en medio estaré yo.

Ser madre no es tarea fácil, pero juntas podemos lograr el cielo.

Bienvenidos a esto que es Madres en Oración, con Adriana Corona.

Hola, mis queridos amores, ¿cómo están? Me da mucho gusto estar con ustedes.

Pues hoy iniciamos una nueva serie en esto que nos juntamos cada miércoles, en este apostolado de Madres en Oración. ¿Cómo se llama la serie que vamos a arrancar? Mujeres Fuertes de la Biblia. ¿Y por qué, Adriana? Porque creo que las mujeres extraordinarias que han vivido antes de nosotros y que han confiado y creído tienen mucho que enseñarnos.

Y el día de hoy, mis amores, vamos a ver la historia de Ruda.

A lo mejor algo conocemos de ella, pero vamos a profundizar en su vida, en su historia.

¿Y qué nos deja de enseñanza a nosotros? Y quisiera empezar platicándoles un poco que la historia de Ruda ocurre en la época de los jueces, aproximadamente entre el 1200 y 1050 años antes de Cristo, un periodo que se caracterizaba de mucha inestabilidad en Israel.

Qué curioso, ¿no? Parece que estamos otra vez volviendo a repetir los tiempos.

Había una gran desobediencia del pueblo y la intervención de los jueces que trataban de guiar al pueblo de regreso a Dios.

Y pareciera que estamos otra vez viviendo eso actualmente.

¿Cómo está nuestro mundo hoy con una total desobediencia a Dios? Entonces, tenemos que empezar hablando de Rud, diciendo que Rud obviamente estaba casada con una israelita llamado Malón, cuyo padre era Elimelech.

Había llevado a su familia a Moab debido a una hambruna en Belén.

Entonces, él se mudó. Elimelech se mudó con sus hijos y con sus nueras a Moab porque obviamente en Belén había hambruna.

Cuando Elimelech y sus dos hijos murieron, Noemí, la suegra de Rud, decidió regresar a Belén porque ellos eran de ahí, sus familiares estaban ahí.

Y entonces Noemí, que era la esposa de Elimelech, animó a sus dos nueras, Orfa y Rud, a quedarse en Moab a rehacer sus vidas.

Ya eran viudas las dos y no tenían hijos, entonces podían ellas rehacer sus vidas.

Orfa regresa a su pueblo, decide dejar a Noemí y regresar a su pueblo, pero Rud se niega a abandonar a su suegra.

Fíjense, desde aquí empieza la gran historia de Rud.

La decisión de quedarse mostró su fe en Dios, en el Dios de Israel y su amor por Noemí.

En Rud, capítulo 1, versículo 16, dice, No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque adonde tú vayas yo iré y donde tú vivas viviré.

Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios.

Esto le dice Rud a Noemí, su suegra.

Qué palabras, qué palabras tan profundas.

Y luego, ya en Belén, ¿qué le pasa a Rud? ¿Cómo se mantiene? Al llegar a Belén, Rud comenzó a recoger espigas.

Antes se permitía que las mujeres, las viudas y los niños podían recoger las espigas que quedaban caídas en los sembradíos de trigo.

Entonces Rud comenzó a recoger espigas en los campos para alimentar a Noemí y a ella misma.

Providencialmente, terminó trabajando en el campo de Vos, que era un pariente rico de Elimelech, el esposo de Noemí, o sea, de su suegro.

Vos notó su esfuerzo y bondad hacia Noemí y le mostró favor protegiéndola y permitiéndole recoger más grano a Rud.

Obviamente, les dijo a sus criados, permítanle que Rud recoja lo que necesite para vivir.

Noemí, reconociendo la bondad de Vos, que era pariente de su esposo, sugirió que Rud le pidiera que actuara como pariente redentor.

¿Y qué era un pariente redentor? Bueno, era una costumbre que tenían los israelitas donde un pariente cercano podía casarse con una viuda para restaurar la línea familiar.

En este caso, Vos era pariente de Elimelech.

Entonces, Vos aceptó, pero primero tuvo que asegurarse de que otro pariente más cercano renunciara al trato.