Lunes 5 de mayo – Juan 6, 22-29. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eter 213y56

Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna.

Comenzamos esta semana, en los evangelios de cada día, a escuchar el discurso del pan de vida que Jesús pronuncia en Cafarnaum.

La gente estaba entusiasmada porque Jesús había multiplicado los panes, les había dado de comer y le querían hacer una fiesta grandísima.

Y Jesús les dice, claro, me seguís porque os he dado de comer, me seguís porque os he resuelto la vida, porque os he facilitado las cosas, pero vosotros no me busquéis por las cosas temporales, no trabajéis por el alimento que perece, sino trabajad por el alimento que perdura para la vida eterna.

Y hay que fijaros, el ser humano se mueve siempre entre dos dimensiones, lo temporal y lo eterno.

Lo temporal es tu casa, la ropa, la comida, el trabajo, el medio de transporte, sí, todas esas cosas son buenas y son necesarias, pero no son lo más importante de nuestra vida.

Hay gente que se deja de hablar con otras personas, hay hermanos que se pelean por un pedazo de tierra o por un muro aquí o un muro allá, sí, y todo eso que tiene su importancia, si nos aparta de la vida eterna, lo estamos malogrando.

Por eso Jesús dice, mira, si cualquier cosa temporal te va a apartar de lo eterno, más vale que no la tengas.

¿Hay que vivir en la justicia? Sí.

¿Hay que vivir en la verdad? Sí.

Pero sobre todo hay que trabajar por la vida eterna.

Y por eso sí, en nuestra vida hay cosas que las hacemos y terminarán y se quedarán aquí.

Todas esas joyas que a veces la gente quiere, todos esos bienes materiales, ese dinero que lo va a dejar aquí detrás, no se va a llevar nada, sólo va a quedar en el alma eso que tú te has nutrido eternamente, pues de la Eucaristía, de tus confesiones, de las obras de caridad, de las veces que hayas perdonado, de todo lo que has querido amar y te has entregado a los demás, eso es lo que perdura para la eternidad.

Por eso Jesús dice, ¿en qué inviertes tus esfuerzos, a qué le das más importancia, a lo temporal o a lo eterno? Y a lo temporal hay que darle mucha importancia, pero a lo eterno más.

Y si vemos que nosotros por conseguir cosas temporales tenemos que romper nuestra conciencia, tenemos que pecar, tenemos que apartarnos de Dios, tenemos que faltar a la justicia, pues evidentemente no podemos hacer eso.

No podemos olvidar que el día de mañana responderemos ante un Dios que nos ama, pero responderemos ante Él de cómo hemos gestionado nuestra vida, cómo hemos gestionado las cosas temporales en orden a las cosas eternas.

Y por eso sí, Jesús insiste a aquellos que le siguen, os he dado de comer, bien, y os importa mucho, sí, pero hay una cosa mucho más importante y es la eternidad, es saber que tenéis las puertas del cielo abiertas y que no podéis perder esa oportunidad de entrar en el cielo por cuatro cosas que hoy las tienes y mañana las vas a perder.

Pregúntatelo muchas veces, Señor, ¿qué es más importante para mí, lo que sucede en el tiempo o lo que va a suceder en la eternidad?