LO MEJOR Y LO PEOR: STELLAR BLADE. 5a166u

Dos de los videojuegos que han marcado a la industria, así como a millones de jugadores, han sido Bayonetta y Nier Automata. El primero, un hack and slash, aparecido para la séptima generación de consolas, nos devolvía la fórmula a Devil May Cry, haciéndonos manejar a una estilosa bruja mientras se enfrentaba a hordas de ángeles.

El segundo, aparecido en la octava generación, nos ponía en los circuitos de unos androides que debían recuperar la tierra para una exilia de humanidad, en un juego con tanta acción como toques de aventura y RPG, además de hacernos partícipes veladamente de la confrontación entre las filosofías dogmática y existencialista.

Lo que tenían en común ambos juegos era la desarrolladora, la Platinum Games de Hideki Kamiya. Otro videojuego que ha dejado su sello en la industria, así como en los jugadores, aún más profundamente si cabe, ha sido Dark Souls. En sus iteraciones posteriores, sin olvidar que el mencionado en realidad es el segundo de su familia, se ha ido refinando la fórmula manteniendo sus aspectos más característicos hasta llegar al superventas Elden Ring. Y un día, en la mente de alguien, en un estudio de videojuegos de Corea del Sur, nació la idea de mezclar Bayonetta con Nier Automata y darle unos toques de Souls para crear la obra que nos ocupa en el día de hoy.

Sed bienvenidos, una vez más, amigos de la tertulia del tentáculo, a otro programa de lo mejor y lo peor, que hoy estará dedicado al videojuego Stellar Blade. Aprovechando tanto el anuncio de su próxima salida para PC como la confirmación de desarrollo de una secuela, hemos querido traeros este, de momento, exclusivo de Play 5 en el que la inmensa mayoría de sus aspectos tienen una cara y un cruz. Para comenzar, con lo más obvio, la estúpida polémica que rodeó a Eve, la protagonista.

Es algo seguro que esto perjudicó mucho la percepción del juego frente al gran público, así como a sus ventas. Demasiado se habló de que era un cuerpo irreal, a pesar de que, incluso antes de su salida, se confirmara que fue la modelo Shinjae-Eun la base de Eve.

Y una vez más, pido perdón por la pronunciación. Lo mejor en este aspecto fue que eso no afecta nada al videojuego, además de que Shift Up, el estudio creador de la obra, no tuvo ni la más mínima relación con la consultora Sweet Baby Inc. y espero, por el bien de todos, que jamás la tenga. Los gráficos nos presentan personajes muy bien detallados, y lo mismo puede decirse de los escenarios tipo mazmorra, con el trío de protagonistas y la ciudad de Scion como mejores ejemplos. Sin embargo, las secciones abiertas se limitan a un páramo y un desierto.

No pido niveles de detalle excesivo como los Assassin's Creed, pero estos escenarios se sienten demasiado vacíos y simplones, las más de las veces. Es verdad que hay edificaciones, ruinas, brutas, incluso una preciosa cueva que quizá descubrí demasiado tarde en el juego.

Todo va en consonancia con esa parte del argumento que cuenta que el planeta Tierra es un erial marchito en el que las formas de vida predominantes son abominaciones conocidas como naitivos o naitivas. Asimismo, la optimización no es que esté muy lograda, porque si dejamos la coleta de EVE en su tamaño original, sufriremos caídas de frame acusadas cuando haya varios enemigos en pantalla o estemos luchando contra algún jefe gigantesco. Por lo que respecta a la jugabilidad, nos encontramos con una mezcla de los juegos mencionados al principio, aunque si nos tenemos que decantar por un juego tipo, este sería Sekiro. No en vano, los parries de Stellar Blade son tan buenos como en el juego de From Software.

Tiene selector de nivel de dificultad, lo que es muy de agradecer, una duración de entre 50 y 55 horas si es que se quiere ser completista, y el control es prácticamente perfecto. Digo prácticamente porque falla un poco cuando se trata de abrir algunos cofres. No es que sea algo molesto, y al menos no falla cuando se trata de encontrarse con parades invisibles o de estar luchando con algún enemigo y que de repente falle la hitbox. Si el tema de la jugabilidad tiene algo malo, son las misiones de relleno, en mi opinión, porque muchas de ellas están ahí solo para eso, para rellenar y arañar alguna orilla más de juego. Sobre todo, las latas, las malditas latas.

En cuanto a la historia, creo que es lo que menos me ha gustado realmente. No digo que sea mala, tiene algún giro argumental, pero no son de esos que te quedas con el culo torcido cuando se revela el secreto en cuestión, porque la verdad es que me gusta mucho.