
Lectura del Evangelio y Meditación diaria. Martes, 20 de mayo de 2025. Padre Javier Siegrist 5869u
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Lectura del Evangelio y Meditación diaria. Martes, 20 de mayo de 2025. Padre Javier Siegrist, párroco de la iglesia del Santo Cristo de la Misericordia, de Boadilla del Monte (Madrid) 3g2m71
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Ven, Espíritu Santo, y inflame nuestros corazones en las ansias redentoras del corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras en unión con Él por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío, Jesucristo, por el corazón inmaculado de María, que consagra tu corazón, me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.
Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Bispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.
Oh, Señora mía, oh, Madre mía, yo me ofrezco del todo a ti, y en plena miseria del afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra todo mi ser, ya que soy todo tuyo, oh, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.
Amén.
Nuestra Señora de los Apóstoles, rega por nosotros.
Vamos a contemplar este Evangelio que la Iglesia nos propone en este día, pidiéndole pues que de verdad nos convirtamos a Él, que salve nuestro corazón para poder vivir lo que Él nos dice, para poder saborear ese encuentro con Él.
Y lo hacemos desde la oración colecta, como siempre decimos que las oraciones colecta nos ayuda en ese conocer cada vez más la intimidad del Señor, el corazón del Señor, que es lo que la Iglesia nos pide, a mí me parece tan bonito, que es lo que la Iglesia nos pide en este tiempo de Pascua.
Siempre lo pienso, que el Señor ha querido invitarnos a participar con Él de esa vida suya, que eso es una gozada, que nos ayude de verdad a encontrarnos con Cristo, que no sea solamente...
Es que la celebración de la Pascua, pues esto es que es muy así, ¿verdad? Porque en la celebración de la Pascua el Señor nos invita, la Iglesia nos invita mejor dicho a convertirnos, a que de verdad cada vez más haya un encuentro profundo con Él, que no sea una cosa teórica, sino de verdad, de corazón, en profundidad, ¿no? Y efectivamente Jesús nos pide en serio que trabajemos por Él, que lleguemos con Él.
Bueno, le decimos al Señor, Señor, Tú que en la resurrección de Jesucristo nos has engendrado de nuevo para que renaciéramos a una vida eterna, fortifica la fe de Tu pueblo y afianza su esperanza, a fin de que nunca dudemos que llegara a realizarse lo que nos has prometido.
Por eso Señor Jesucristo.
Tú que en la resurrección de Jesucristo nos has engendrado de nuevo para que renaciéramos a una vida eterna.
Tú que en la resurrección de Jesucristo nos has engendrado de nuevo, hemos sido regenerados para vivir una vida eterna, hemos sido rodeos a ayer para vivir una vida eterna, para que renacieramos a una vida eterna.
Creo que nochos somos conscientes de esto.
Nos has engendrado de nuevo, eso que era la discusión entre Jesús y Nicodemo, porque a su poder de hombre volver a nacer, siendo ya viejo, pues el Señor nos ha engendrado de nuevo para la vida eterna, para que renacieramos a una vida eterna.
La fe de tu pueblo, haz fuerte la fe de tu pueblo y afianza su esperanza a fin de que nunca dudemos que llegará a realizarse lo que nos tiene prometido.
Fortifica no es solamente intensifica, haz fuerte, haz fuerte.
Me preocupa que la fe de la iglesia se tambalea muy fácilmente, o sea que es muy fácil hacer caer esa fe, sin embargo fortifica la fe de tu pueblo, haz fuerte la fe de tu pueblo y afianza su esperanza para que nunca dudemos llegar realizarse lo que nos tiene prometido. Es curioso que siempre es fortifica la fe y afianza la esperanza para que no dudemos de la calidad que es lo que no pasa nunca ya afianza su esperanza a fin de que nunca dudemos que que llegará a realizarse lo que nos tiene prometido, la vida en plenitud de la calidad, la vida del cielo, que no dudemos que llegará a realizarse lo que nos tiene prometido, porque nos ha fortificado la fe y ha afianzado su esperanza, afianzado es hacer firme, que no se tambalee, que no dude.
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