Laika EP09: Día de Muertos 49536q

Presenta, Día de Muertos.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.

Cuando el reloj marca la una, las calaveras salen de su tumba.

Chumbalaca, chumbalaca, chumbala.

¡Ay! Hola, queridos radioscuchas.

Hoy les traigo una historia muy especial que se celebra en mi querido México, el Día de Muertos.

Cada año, el primero y dos de noviembre, nuestras familias se preparan para recibir a las almas de aquellos que ya no están con nosotros.

El primer día es para los niños, y el segundo, para los adultos.

Se dice que todas esas almas vienen de mi clan, un lugar mágico donde ellas residen.

Pero, ¿cómo los recibimos? Pues con mucha alegría y amor, cada estado tiene su forma única de celebrarlo.

Pero hay algo que nunca falta, la ofrenda.

Este altar está lleno de las comidas y las bebidas favoritas de nuestros seres queridos, junto con sus objetos más preciados y, por supuesto, una fotografía.

Las ofrendas están decoradas con elementos que son como un abrazo cálido para las almas.

El papel picado vuela con el viento.

Las semillas de cacao y el maíz nos recuerdan la tierra y las flores de cempasúchil, con su hermoso color naranja, son como pequeños soles que guían a los difuntos.

También hay velas que iluminan su camino, agua para calmar su sed y hasta pan de muerto adornado con azúcar y ajonjolí.

Y, ¿adivinen qué? También hay calaveritas de azúcar y una figura de un perrito, así como yo.

Pero es de un solo escuincle, que se dice es el que guía a las almas de regreso a su casa.

En algunos rincones de México, las familias no solo se quedan en casa, van a los panteones para pasar tiempo con sus difuntos, decorando sus tumbas, comiendo y poniendo música.

Es como una gran reunión familiar.

Y no podemos olvidar a la Catrina, una elegante figura creada por José Guadalupe Posada, que representa a la muerte con un toque de humor y estilo mexicano.

Es tan famosa que la verás en disfraces, dibujos y en cada esquina durante esta celebración.

El Día de Muertos es una fiesta que nos recuerda que aunque las personas ya no estén físicamente con nosotros, siempre vivirán en nuestros corazones y recuerdos.

Así que, amigos, celebremos juntos, ríamos y compartamos historias, porque al final del día, el amor nunca se apaga.

¡Hasta la próxima!