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Biografías
Isaac Peral. El inventor del submarino eléctrico.

Isaac Peral. El inventor del submarino eléctrico. 1v6k6m

18/5/2025 · 28:51
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Descripción de Isaac Peral. El inventor del submarino eléctrico. 1d6s14

(Cartagena, 1851 - Berlín, 1895) Marino español que construyó el primer submarino dotado de propulsión eléctrica en inmersión, superando con ello las limitaciones de los diseños anteriores y haciendo viable la navegación submarina. Isaac Peral y Caballero, es considerado el inventor del submarino torpedero moderno, propulsado eléctricamente. Todas las pruebas que se le realizaron en alta mar, fueron satisfactorias. Sin embargo, la Armada española, pese a la fama del teniente de navío, lo rechazó y privó a España, de tener en 1898 en la Guerra de Cuaba y Filipinas, del arma más moderna y mortífera de aquel momento. Fueron muchos los intereses oscuros que estuvieron detrás, de que el proyecto del Submarino Peral, fuera un fracaso. Tanto dentro como fuera de España. Basil Zaharoff, un oscuro traficante de armas, compró y persuadió a las personas que tenían tomar la decisión, para que rechazaran el primer programa de submarinos del mundo, que pudo provocar, que España hubiera ganado la guerra a Estados Unidos en 1898. e5d59

Lee el podcast de Isaac Peral. El inventor del submarino eléctrico.

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Isaac Peral y Caballero vino a este mundo el 1 de junio de 1851 en el número 3 del Callejón de Zorrilla, en la ciudad de Cartagena. Cuando contaba ocho años, el pequeño y toda la familia se trasladó a la localidad gaditana de San Fernando, a donde había sido destinado su padre, el capitán del Cuerpo de Infantería de Marina Juan Manuel Peral y Torres. A los 14 años ingresó, al igual que su hermano mayor, en el Colegio Naval Militar de San Carlos. Isaac se esforzó al máximo en sus estudios para no ser una carga a la maltrecha economía familiar.

Dos años más tarde de su ingreso ya era guardamarina de segunda y comenzaban sus 24 años de servicio en la Armada Española en los que llegó al cargo de Teniente de Navío, obteniendo diversas condecoraciones en su carrera militar, después de haber participado en misiones bélicas, expediciones científicas e innovaciones que permitieron abrir las puertas al futuro de la navegación submarina. Peral destacó por sus firmes convicciones, el amor a su esposa María del Carmen Cencio y a los cinco hijos que lograron superar la infancia, la pasión que sentía tanto por la Armada como por su país y su gran capacidad de observación y reflexión. Por algo era conocido entre sus compañeros como el profundo Isaac. La vida de nuestro protagonista giró radicalmente cuando fue destinado a Filipinas en 1880.

En Cavite, un barbero cortándole una verruga le produjo una considerable herida en la sien, la cual pronto se infectó y de por vida el marino sufrió graves dolencias. Al serle imposible continuar navegando, en 1882 fue destinado como profesor de física y matemáticas a la Escuela Naval de Ampliación de Estudios de la Armada en Cádiz. En su nuevo destino, Peral pudo dedicar tiempo a desarrollar una idea que llevaba años rondándole la cabeza. En ese tiempo, la aparición de los nuevos acorazados y la modernización de las armadas había hecho que la española se hubiese quedado rezagada y apenas fuera capaz de defender eficientemente sus territorios de ultramar.

Peral pensaba que una sigilosa nave militar que pudiera navegar por debajo de la superficie del agua, dotada de suficiente autonomía y que pudiera disparar a distancia uno o varios de los modernos torpedos, sería realmente terrorífica y volvería a poner a la armada española en el lugar en que durante tantos siglos estuvo. Demostrado había quedado que para propulsar su nave militar, a Peral no le servía ni el vapor que había utilizado Narciso Monturiol en su submarino Ibtineo II o el motor de aire comprimido que los ses habían manejado en El Plogue. La clave estaba en la propulsión eléctrica, entonces una gran desconocida. El cartagenero, para diseñar su nave, se encargó de perfeccionar sus conocimientos de construcción naval, mecánica y especialmente en electricidad.

El aparato que quería diseñar Peral, a diferencia de los anteriores prototipos, no se podía limitar a navegar por un río o cercano a un dique, lo tenía que hacer en alta mar, debería poder sumergirse durante horas a gran profundidad y disparar torpedos tanto emergido como sumergido, todo ello para ser efectivo sin ayuda del exterior. En el mayor de los secretos, con la ayuda de algunos compañeros suyos, en especial Pedro Novo y Colson, en 1882,

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