Infernum Z - Libro 4 - El asedio de Plasencia - 007 53u59

Capítulo cinco perdidos tras un indeterminado tiempo de inconsciencia el cerebro de pablo se reactivó al mismo tiempo que un aire impregnada del inconfundible olor de la muerte invadía sus fosas nasales y una idea urgente se abría paso a empujones entre la confusión que cegaba su cerebro lentamente casi con desasosiego sus párpados se levantaron y su mirada recorrió la pequeña salita con paredes recubiertas de papel pintado en la que se encontraba la persiana de la única ventana que tenía se encontraba bajada pero el espacio que quedaba entre sus lamas superiores dejaba pasar la poca luz amarillenta que iluminaba la estancia y gracias a la que pudo contemplar los muebles de los años ochenta o noventa que la atestaban y el sol sofá de skay negro y cojines amarillentos que no pegaban con el sofá sobre el que estaba tumbado movió los dedos primero los de las manos uno a uno intentando descubrir si todavía los conservaba todos a continuación movió las piernas y notó que estar respondían por lo que deslizó la mano hacia la entrepierna y al palo carla suspiró aliviado bien todo parecía seguir en su sitio y eso quería decir que había llegado el momento de descubrir a que habían estado jugando sin saberlo quien había decidido que lo hicieran y en donde se escondía el responsable de ello para que pudiese ir a por él y partirle las piernas tres veces antes de pegarle un tiro en la cabeza qué diablos había pasado dónde estaba porque aquellos comandos les habían disparado pero sobre todo si le habían disparado por qué continuaba con vida se palpó todo el cuerpo en busca de la herida causada por el disparo pero no la encontró lo único que pudo notar fue una pequeña marca en el pello que asoció a la de un pinchazo y fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había sucedido la munición de las pistolas con las que les habían disparado debía contener algún tipo de potente narcótico que les había dejado casi instantáneamente fuera de juego en ese momento su desconcierto se transformó en una mezcla de euforia y estupefacción al ser consciente de que estaba vivo de que no tenía ni la menor idea de por qué razón alguien se había tomado tantas molestias para casi acabar con ellos y de que afortunadamente por el creciente coro de gemidos e irrepetibles maldiciones que parecían provenir de las habitaciones cercanas no debía ser el único que lo había hecho estáis bien preguntó levantándose del sofá y notando un fuerte mareo que le forzó a volver a tumbarse hola chaval le saludó raúl entrando en la sala ya era hora de que te despertases qué tal estáis todo bien sí creo que sí murmuró sólo estoy un poco mareado pero me parece que no tengo ninguna herida ni tú ni nadie aclaró raúl mientras le sujetaba por los hombros espera has dicho que nadie está herido inquirió pablo con tono incrédulo nada de nada así es esos cabrones pudieran haberse deshecho de nosotros de un solo golpe pero quién qué mira que esté detrás de esto nos quiere con vida al menos por el momento todo esto es completamente absurdo sabéis al menos en dónde estamos estábamos esperando a que te despertases para salir a echar un vistazo así que por el momento todo lo que te puedo decir es que estamos en una pequeña casa de pueblo situada en alguna parte de algún sitio ya veo que no sabéis devanado demasiado los sesos y marian está bien siento tener que decirte esto amigo pero ni ella ni louis están con nosotros qué quieres decir con que no están simplemente eso que no están y teniendo en cuenta que la puerta está cerrada con llave tan solo se me ocurre en dos posibilidades o se han ido a explorar y la han cerrado por nuestra seguridad o se los han llevado a otro sitio y a qué coño estamos esperando para averiguarlo nos han dejado algo de equipo nada de nada dijo cristina entrando y dándole un abrazo qué tal estás listo para acción y tú preocupada contestó pero no por nosotros nosotros estamos juntos y de una u otra manera nos las apañaremos pero temo que lo de que josé no haya venido con nosotros no ha sido por voluntad propia ito que es una extraña casualidad pero piensa que musel city es el sitio más seguro que conocemos si alguien ha intentado algo contra él los hombres del coronel hernández le habrán parado los pies eso espero dijo finalizando con un suspiro sobre lo que estabais hablando es verdad tan sólo nos han dejado la ropa que llevamos puesta no es que sea gran cosa pero con menos nos las hemos arreglado ya os estáis quejando otra vez dijo maruja entrando con lancer en el cuello y dándole un sonoro beso mientras que lancer se lanzaba sobre pablo y empezaba con su habitual sesión de lengüetazos