Infernum Z - Libro 4 - El asedio de Plasencia - 036 5mj5x

Capítulo quince puesto antenas abran fuego bienvenidos al puesto avanzado antenas llamada así por echanove señaló hacia las enormes antenas que la rodeaban bueno por sus grandes antenas en el interior hay café pastas latas de sardinas y todo lo que puedan desear así que pasen y sírvanse ustedes mismos gracias sargento de dijo josé pero será mejor que antes de merendar le echemos un vistazo a ese obús para asegurarnos de que se encuentra en buenas condiciones como tú digas legado joer qué raro se me hace llamarte de esa manera tío tú puedes llamarme como te apetezca sargento te lo has ganado pues vale marmota venga vamos a ver qué tal está ese cacharro los demás ocupad vuestros puestos y vigilar que no tengamos visitas inesperadas un rato después en uno de los puestos de observación gutiérrez encendió un cigarro se puso de pie sobre unos sacos terreros y mirando hacia el este se dispuso a echar una meadita mientras miraba hacia marcha gad el pueblo de los hippies todo iba bien hasta que le pareció ver más movimiento del que era normal en el que coño esta paz sando allí abajo dijo cogiendo los prismáticos y dirigiéndolos hacia el pueblo me cago en la leche que mamé exclamó al ver que el pueblo estaba tomado por una horda de zombis comandada por demonios y que éstos estaban señalando hacia su posición ahí abajo está pasando algo raro gritó qué coño te pasa es que te la has vuelto a pillar con la cremallera preguntó gastón nombre no mira allí tío juraría que el pueblo de los jipis está lleno de zombis y demonios pero qué dices gilipollas que coño te crees que iban a hacer esos allí contestó cogiendo los prismáticos coño pues oye me parece que es verdad y saltando fuera de la posición corrió hacia el lado opuesto de la base hasta la posición de benítez me cago en la madre del cordero murmuró al mirar hacia abajo y distinguir a un centenar de constantiniana es que se se acercaban desde casar de palomero el pueblo situado a poco más de un kilómetro de ellos vaya parece que todo el mundo se ha puesto de acuerdo para que no merecemos y acto seguido empezó a gritar alarma nos atacan de inmediato el sargento josé corrieron hacia donde estaba qué pasa gast don que nos atacan respondido preparando la ametralladora quién nos ataca preguntó el sargento constantiniana nos respondió josé mirando hacia los atacantes que avanzaban campo a través en su dirección y ahora mira hacia el otro lado josé le dijo gastón por allí los que bien en son demonios y zombis me parece que al final se han puesto de acuerdo para atacarnos todos a la vez cojonudo ya me han fastidiado a siesta se quejó echanove pero bueno qué se le va a hacer todo cristo a sus puestos de combate y que nadie abra fuego hasta que yo dé la orden ese fue el momento en el que los constantiniana los aceleraron la marcha para alcanzar cuanto antes la cobertura de la arboleda situada al pie de la colina mientras que cuatro picas armadas con ametralladoras ascendían por la carretera que subía hasta la cima al mismo tiempo que por el oeste zombis y demonios empezaba la ascensión todos a las trincheras a vuestros puestos munición dónde coño está la munición las ametralladoras de los vehículos enemigos abrieron fuego desde ambos lados para cubrir la extensión de sus tropas y los proyectiles empezaron a rebotar contra el metal de las torretas de las antenas los bidones y las chapas de acero galvanizado agachaos que esta rebotan fuego gritó gastón presionando el gatillo de la m cuarenta y dos y dirigiendo una lluvia de proyectiles contra los constantiniana es disparar disparar gutiérrez tú eres nuestro mejor tirador así que coge un rifle barret y dales caña a la orden sargento usted mandada por el sur los blindados están a tiro por el sur yo me ocupo del primero dijo benítez situándolo en el punto de mira de su ametralladora alcanzando al conductor y provocando que el pick up cayera ladera abajo un silbido surcó el aire mortero todo el mundo ha cubierto la granada impactó contra el tejado del edificio situado a la derecha de la entrada y la explosión llenó los alrededores de trozos de tejas dónde coño está ese mortero que alguien localice ese puto mortero tenemos que anularlo sargento gritó josé sígueme ese pepino ha venido del noreste corrieron hasta el puesto de tirador en el que estaba gastón allí abajo a la derecha de la casa con piscina cojonudo dijo