
Infernum Z - Libro 3 - El último tren a Asturias - 008 3t61q
Descripción de Infernum Z - Libro 3 - El último tren a Asturias - 008 i6u6h
Nuestros amigos han logrado escapar con vida del asalto de los zombis a San Cabritos, pero lo han hecho muy maltrechos y con dos de ellos contagiados por el virus. Sin embargo, la inesperada aparición de Manuel les ha concedido una oportunidad para sobrevivir... ¿pero a qué precio? ¿Se convertirán en las mismas abominables bestias a las que llevan tanto tiempo combatiendo, o al igual que él se volverán inmunes? Lo cierto es que ni el mismísimo Manuel lo sabe. Y la respuesta a esa pregunta les llegará durante la dura travesía que les aguarda. El invierno ha comenzado, las primeras nieves cubren las montañas de la Cordillera Cantábrica y cruzarla no va a ser tarea fácil. Además del frío y la nieve, deberán enfrentarse a los carroñeros que sobreviven asaltando a los grupos de refugiados, a los zombis que pululan por las montañas en busca de alimento, y a Ferranzo, quien no está dispuesto a permitir que sus más tenaces enemigos pongan en peligro su plan para crear una nueva especie. Sabe que no pueden alcanzar la costa, y por ello hay millares de zombis aguardando el momento de caer sobre ellos. Como veis, no lo van a tener nada fácil. Sobre todo teniendo en cuenta que ignoran la verdadera magnitud de lo que les aguarda. Pero no estarán solos en esta batalla. Por una parte, han dejado muchos amigos tras de sí, y estos no van a permitir que se adentren solos en el infierno. Y, por otra parte, un estrambótico personaje que ha hecho de un remoto refugio de montaña su hogar, está esperando su llegada armado con... una emisora de radio y mucha información. Eso por no mentar a una embarazada que aguarda a que su marido legionario regrese a su lado, un puñado de alemanes que no tienen ni la menor idea de español, un exprofesor de ciencias reconvertido en el alguacil de un campamento de refugiados, dos guías con poca fortuna y menos habilidad para los idiomas, y el siempre inefable grupo formado por el alcalde Melitón y su leal "camarilla" (gallo "Pachorro" incluido) quienes a bordo de lo poco que queda de su tren están dispuesto a hacer lo que sea necesario siempre que sea en aras de la "Nueva Reconquista" y para mayor gloria de España; por lo que no dudarán en luchar contra los infieles... independientemente de que estos sean saqueadores, zombis, "demonios" o soldados británicos. A fin de cuentas, lo único importante es sobrevivir un día más para poder seguir matando. 5q2d3y
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Capítulo ocho apresados louis abrió lentamente los ojos se sentía espeso confundido su mente parecía no querer responder tan ágilmente como la tenía acostumbrada y cuanto más se esforzaba en recordar más parecía cerrarse esta era como si una parte de su cerebro estuviera enfadada con la otra y ambas se ignorasen como si fue essen dos rivales forzados a tener que convivir en la misma celda que diablos me está pasando pensó cerrando los ojos con fuerza en un nuevo intento por descorrer la pesada cortina que ocultaba su pasado inmediato pero no tuvo demasiada suerte y su conclusión fue que aunque desconocía el lugar en el que se encontraba sabía que no es taba allí por voluntad propia lo que quería decir que alguien le había capturado pero quién cuándo y cómo lo habían hecho de repente un recuerdo atendió sus súplicas si ahora se acordaba de que aquella no era la primera vez que se hacía las mismas preguntas hacía días quizás sea manas que se había despertado en aquella celda de blancas paredes metálicas cuyo espartano mobiliario estaba compuesto por una cama metálica una mesita de acero inoxidable atornillada a la pared y una multitud de máquinas y monitores que parecían ser de última generación y cuya función indudablemente consistía en monitorear su estado de salud a poca distancia había un par de focos de luz blanca integrados en el techo y ahí terminaban sus recuerdos más cercanos ya que la siguiente imagen borrosa y de apenas un par de segundos se correspondía con una habitación que desconocía y en la que sonaban unos gritos y la anterior con el tren en el que habían escapado del sitio de san cabritos recordaba el combate en el vagón de cola veía con meridiana claridad los rostros de los zombis que cayeron sobre él notaba la presión de sus cuerpos inmovilizando la mientras clavaban sus dientes en su cuerpo las lágrimas de impotencia de sus amigos al saber que todo había terminado para él la inesperada aparición de manuel inclinado sobre él y murmuran dale algo que no llego a entender y la oscuridad dad sobre todo recordaba las súbita oscuridad en la que de repente se sumió que había pasado en donde estaba y por qué estaba solo qué había sido de sus compañeros no lo sabía lo único de lo que tenía certeza era de que estaba encerrado en lo que parecía ser una especie de celda de aislamiento que había ha sido habilitada como una especie de unidad de cuidados intensivos sólo para él y eso le llevaba a sospechar que sus captores debían ser humanos y que él muy probablemente estaba infectado sí forzosamente tenía que tratarse de eso el virus estaba en su organismo pero entonces por qué seguía siendo humano por qué no se había transformado en uno de esos montones de carne putrefacta o en uno de los demonios a los que tanto odiaba o acaso sí lo había hecho se miró las manos eso daban plagadas de heridas algunas de las cuales habían sido superadas pero no recordaba quién o cuándo lo habían hecho además estaban limpias lo que quería decir que forzosamente alguien tenía que estar cuidándolas a diario pero sin embargo no recordaba que nadie lo hubiese hecho cuando lo hacían estarían drogando para hacerlo y de así ser por qué motivo lo hacían es que acaso le temían acaso su aspecto se asemejaba al de un zombi no había ni un solo espejo en el que poder mirarse así que se pasó lentamente las manos por el rostro detectando más cicatrices sólo que a diferencia de las de sus manos estas parecían ser mucho más gruesas y largas suspiró apretó los labios con preocupación se apoyó en los codos e incorporándose levemente miró hacia la puerta y recordó que nunca la había visto abierta dirigió entonces la mirada hacia la vía intravenosa de su antebrazo derecho y siguió el largo tubo transparente por el que fluía un líquido amarillento el tubo finalizaba en una doble bolsa de suero o al menos una de ellas debía de serlo ya que era transparente pero la otra contenía un líquido que parecía ser menos denso y de un intenso color amarillo fluorescente que le recordaba a los líquidos usados para realizar las pruebas de resonancia magnética pero no recordaba que le hubieran hecho ninguna por lo que obviamente no debía de tratarse de eso así que cabía la posibilidad de que fuese algún tipo de medicamento con el que intentaban eliminar el virus de su organismo tal vez una especie de suero milagroso o quizás era aquello lo que le mantenía en estado de permanente atontamiento no tenía ni la m menor idea pero seguro que de haber estado allí su amigo raúl podría haber respondido a todas sus preguntas aunque eso sí primero le habría echado la bronca del siglo por no haberle hecho ni puñetero caso cuando le dijo que su idea de abandonar la azotea del cortijo era una enorme tontería y lo cierto es que tenía que reconocer que viendo lo visto al menos parcialmente tenía razón
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