
Infernum Z - Libro 3 - El último tren a Asturias - 004 by62
Descripción de Infernum Z - Libro 3 - El último tren a Asturias - 004 3j1r3q
Nuestros amigos han logrado escapar con vida del asalto de los zombis a San Cabritos, pero lo han hecho muy maltrechos y con dos de ellos contagiados por el virus. Sin embargo, la inesperada aparición de Manuel les ha concedido una oportunidad para sobrevivir... ¿pero a qué precio? ¿Se convertirán en las mismas abominables bestias a las que llevan tanto tiempo combatiendo, o al igual que él se volverán inmunes? Lo cierto es que ni el mismísimo Manuel lo sabe. Y la respuesta a esa pregunta les llegará durante la dura travesía que les aguarda. El invierno ha comenzado, las primeras nieves cubren las montañas de la Cordillera Cantábrica y cruzarla no va a ser tarea fácil. Además del frío y la nieve, deberán enfrentarse a los carroñeros que sobreviven asaltando a los grupos de refugiados, a los zombis que pululan por las montañas en busca de alimento, y a Ferranzo, quien no está dispuesto a permitir que sus más tenaces enemigos pongan en peligro su plan para crear una nueva especie. Sabe que no pueden alcanzar la costa, y por ello hay millares de zombis aguardando el momento de caer sobre ellos. Como veis, no lo van a tener nada fácil. Sobre todo teniendo en cuenta que ignoran la verdadera magnitud de lo que les aguarda. Pero no estarán solos en esta batalla. Por una parte, han dejado muchos amigos tras de sí, y estos no van a permitir que se adentren solos en el infierno. Y, por otra parte, un estrambótico personaje que ha hecho de un remoto refugio de montaña su hogar, está esperando su llegada armado con... una emisora de radio y mucha información. Eso por no mentar a una embarazada que aguarda a que su marido legionario regrese a su lado, un puñado de alemanes que no tienen ni la menor idea de español, un exprofesor de ciencias reconvertido en el alguacil de un campamento de refugiados, dos guías con poca fortuna y menos habilidad para los idiomas, y el siempre inefable grupo formado por el alcalde Melitón y su leal "camarilla" (gallo "Pachorro" incluido) quienes a bordo de lo poco que queda de su tren están dispuesto a hacer lo que sea necesario siempre que sea en aras de la "Nueva Reconquista" y para mayor gloria de España; por lo que no dudarán en luchar contra los infieles... independientemente de que estos sean saqueadores, zombis, "demonios" o soldados británicos. A fin de cuentas, lo único importante es sobrevivir un día más para poder seguir matando. 5q2d3y
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Capítulo cuatro tocata y fuga dos días después al amanecer y a unos seis kilómetros de vega cerne ja juanfra detuvo el blindado ante una vivienda aislada una casa de campo de buen tamaño con la que se habían topado el día anterior mientras reconocía en la zona en busca de alguno de esos grupos de saqueadores de los que manuel les había alertado y de los que sorprendentemente no habían encontrado el menor rastro eso les había extrañado tanto que incluso se atrevieron a subir a un monte desde el que poder vigilar el gran asentamiento fortificado que según él cortaba la carretera a unos pocos kilómetros más adelante querían averiguar si realmente estaba tan bien defendido pero lo que se encontrarán les confundió sobremanera y no fue porque él asentó amiento estuviera mal defendido o porque los saqueadores lo hubieran abandonado sino porque simplemente no existía ningún asentamiento lo único que allí quedaba era una solitaria torreta de fuego automático inservible y oxidándose entre la nieve por lo que sospechando que manuel podía estar ocultándole es algo importante sigue fueron rastreando sin encontrarse con nada más que aquella casa la cual descubrieron que estaba habitada por una pareja de adorables ancianos que le recibieron con los brazos abiertos según les contaron nunca habían llegado a abandonarla porque ambos tenían serios problemas de movilidad debido a la artrosis motivo por el que decidieron permanecer en ella con la esperanza de que los infectados no llegasen hasta allí a fin de cuentas nunca nadie pasaba por allí estaban demasiado alejados de todo y sobrevivían con lo que ellos mismos producían lo cierto es que tras tantos años viviendo en la montaña y prácticamente aislados del resto del mundo los dos ancianos se habían vuelto completamente auto sufí sientes la casa era verdaderamente grande dos plantas y desván de unos ciento cincuenta metros cada una y estaba ubicada dentro de una parcela de cuatro mil metros cuadrados rodeada por una alta tapia que además de la propia vivienda albergaba la cuadras en las que tenían a una veintena de ovejas ocho cabras y dos caballos un un granero bien abastecido un par de corrales para gallinas y conejos una cocinera con cinco cerdos una huerta de buen tamaño y cuatro docenas de árboles frutales más que suficiente para una pareja de menudos ancianos acostumbrados valerse por sí mismos y alimentarse de lo que sacaban de la tierra y de los animales que criaban no obsta ante lucifer quien parecía estar encantada de conocerlos les entregó una caja de provisiones y prometió que al día siguiente les llevaría otra caja y algunos medicamentos que había encontrado en el consultorio médico en el que estaban alojados y eso es lo que estaban haciendo en aquel preciso momento espérame aquí que ya se la llevo yo di luci cogiendo la caja y abriendo la puerta del blindado es que vas a ir tú sola y yo que tú mejor espérame aquí no vaya a ser que de verdad nos haya visto algún grupo de saqueadores y nos estén siguiendo que saqueadores pero si sabes de sobra que no hemos encontrado el menor rastro de ninguno por si acaso vengo ahora insiste llegando ante la puerta y saludando a la anciana con dos besos empezó a charlar con ella hasta que la anciana le invitó a pasar dentro hola yo aquí más solo que la una y ella de tertulia con los viejos se quejó nu frío mientras se colocaba los cascos y empezaba a escuchar la música guardada en su móvil pero cinco temas después al darse cuenta de que habían pasado casi veinticinco minutos y que lucí todavía no había salido de la casa le invadió una leve sensación de desasosiego le parecía extraño que tardase tanto en volver por lo que volvió a abrir la puerta y salió del blindado miró a su alrededor no no había nada raro que no fuese achacable a los habituales sonidos de los animales pero a pesar de ello tenía la sensación de que había algo una oscura y casi espectral presencia que le vigilaba sobreponiéndose a sus lóbregas cavilaciones se obligó asimismo a reaccionar orientó su rifle hacia las ventanas y valiéndose de la mira telescópica la recorrió una a una hasta que al llegar a la tercera ventana de la planta superior le pareció distinguir una fugaz sombra que se escondía tras las cortinas no tenía la plena certeza de que había visto pero de lo que sí estaba seguro era de que estaba pasando algo fuera de lo normal de pronto procedente del interior de la casa creyó escuchar el débil sonido de una voz suplicante que fue inmediatamente seguido por un ahogado lamento todos sus sentidos se agudizaron sí definitivamente algo estaba ocurriendo dentro de la casa por lo que quitó el seguro de su fusil corrió hasta la puerta y antes de entrar agudizo el oído nuevamente provenientes de algún lugar del interior una serie de murmullos llegó hasta él en ese momento un sudor frío cubrió su piel al tiempo que un escalofrío recorría su espina
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