
Infernum Z - Libro 2 - La batalla de San Cabritos - 006 1w3t8
Descripción de Infernum Z - Libro 2 - La batalla de San Cabritos - 006 491g6q
Tras la repentina retirada de la horda zombi que mantenía sitiada la ciudadela de Puebla de Sanabria, justo cuando la caída de la ciudadela parecía ya inevitable, nuestros amigos mantuvieron una inesperada reunión con el ahora coronel del CNI Pérez. El mismo hombre que hasta que la infección se descontroló había sido el oficial a cargo de la investigación sobre las masacres ocurridas en San Facundo y Santa Marina, y de las de las que, tras haber secuestrado un autocar lleno de pasajeros se entregaron a la policía con la esperanza de que sus explicaciones sobre lo que realmente había ocurrido en los dos pueblos fueran suficientes para exonerarlos de toda culpa. Pero no fue así. Durante tres interminables semanas el por entonces capitán Pérez les sometió a continuos interrogatorios en los que todo el grupo se reafirmaba una y otra vez en su versión de lo ocurrido y en que en vez de estar perdiendo el tiempo con ellos, la policía haría bien en ocuparse de buscar a Ferranzo antes de que pudiese expandir la infección. Sin embargo, cuando Pablo, al que la policía consideraba el líder de una especie de secta satánica, se dio cuenta de que la infección se había extendido camuflando sus primeros síntomas con lo que todo el mundo consideraba que era una anómala, pero de ninguna forma preocupante “gripe de verano”, ante la sorpresa de Pérez se ofreció a firmar una declaración de culpabilidad a cambio de que él y sus compañeros fueran inmediatamente llevados a “la zona cero” para realizar una reconstrucción de los hechos. Lo que aconteció después es de todos conocidos. Cuando la policía les escuchó decir que habían encerrado a algunos supervivientes de la masacre en un viejo bunker subterráneo situado bajo un campo de trigo, intentaron acceder a la base subterránea en la que Ferranzo había pasado ochenta años confinado y se encontraron con los zombis que Ferranzo había dejado en su interior para asegurarse de que nadie que llegara hasta ella sobreviviera. Tras haber masacrado a todos los que se encontraban dentro de la zona acordonada, los zombis llevaron la muerte más allá de ella al mismo tiempo que el virus entraba en su última fase de mutación y por toda la meseta comenzaban a darse los primeros casos de infectados que atacaban violentamente a todo aquel que se ponía a su alcance. A ello le siguió el caos absoluto, la anarquía, el cierre perimetral de la meseta y el abandono de todos los que no había podido ser evacuados antes de la instalación de las torretas de fuego automático que la OTAN, bajo el auspicio de la ONU y de la OMS, había decido situar alrededor de toda la zona de cuarentena con el fin de evitar que virus pudiera salir de ella. Pero no lo consiguieron. Así que, tras “arreglar cuentas” con él, y dejarlo tirado en el suelo con la nariz rota, decidieron abandonar Puebla de Sanabria antes de que Pérez ordenase su captura. Y gracias a la inestimable ayuda del teniente Roberto, ellos y los supervivientes que habían recogido durante el trayecto a Sanabria, se unieron a una patrulla y, con la esperanza de encontrar a Sofía, la única integrante que permanecía desaparecida, pusieron rumbo a Ciudad Rodrigo. Pero en esta historia, nunca nada es tan sencillo como debería de ser. Ferranzo les lleva meses de ventaja. Y tampoco se ha olvidado de ellos. Lleva meses aguardando ese momento. Para ser exactos, desde el mismo instante en que Maruja le clavó el cuchillo en el cuello y consiguieron escapar de su emboscada en el cementerio, lo que quiere decir que ha dispuesto de mucho tiempo para planificar su venganza. Él sabe que antes o después caerán en su trampa, y ellos saben que antes o después llegará en momento de la suya. Son dos locomotoras circulando a toda velocidad sobre un laberinto de vías y que, a pesar de ser conscientes de que antes o después colisionarán, siguen adelante porque anhelan que llegue ese instante. asistir a la muerte del rival aunque sepan que hacerlo conllevará la suya propia. 69630
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Capítulo seis el viejo comandante mientras que uno de los blindados se encargaba de patrullar las inmediaciones del centro del lobo ibérico el sargento marcos optó por llevar su vehículo un poco más lejos hasta la carretera de la que habían partido y no lo hizo simplemente para comprobar si los zombis habían vuelto sobre sus pasos sino porque no se fiaba ni un solo pelo de aquella chica estaba completamente seguro de que la historia que les había contado sobre los saqueadores que se refugiaban en el pueblo de abajo era más falsa que un billete de seis euros él mismo lo había registrado exhaustivamente en tres ocasiones y en ninguna de ellas había encontrado ni el más mínimo rastro de cualquier cosa que le pudiese hacer sospechar que allí había alguien esconde dido por lo que sospechaba que el propósito por el que la chica les había invitado a su refugio no había sido simplemente el de examinar al landseer sido el alejarles de aquel pueblo porque en él debía de haber algo que no quería que descubrieran y muy posiblemente los responsables del combate que habían escuchado unas horas atrás tenían mucho que ver con todo ello así que una vez que el bm alcanzó el pueblo de lobeznos giraron a la izquierda y continuaron circulando hasta que un poco antes de llegar al pueblo de pedralba de la pradería avistaron un reguero de cuerpos de zombis esparcidos a ambos lados de la carretera y al final del macabro reguero un todoterreno negro volcado entre la maleza que cubría el borde de la ca tetera cabo acérquese hasta el vehículo accidentado para que podamos echarle un vistazo ordenó con gesto serio al presagiar que aquel vehículo debía de haber sido inutilizado durante el tiroteo la orden sargento espero equivocarme pero yo juraría que se trata de uno de los coches del convoy del coronel pérez ya sabe los que llegaron justo antes del ataque a la ciudad de la apuntó a la vez que avanzaba lentamente atento a cualquier señal de peligro mientras que el sargento le respondía lo sé y también sé que definitivamente a ese coche no lo han detenido los zombis sino que lo han hecho los humanos concluyó al ver que la chapa mostraba múltiples agujeros de bala pero lo que de verdad me gustaría saber es por qué no hay ni rastro de los que viajaban en él cabe la posibilidad de que los zombis llegarán después y que los arrastrase fuera del coche no me parece contestó el sargento negando con la cabeza de haber sido así debería de haber mucha sangre tanto en su interior como sobre la chapa y esparcida por el terreno que lo rodea especialmente alrededor de las puertas y al menos por el momento yo no veo más que unas pocas manchas de escaso tamaño que probablemente hayan sido causadas por heridas leves más bien me parece que debía formar parte de un convoy que fue tiroteado por saqueadores y que este coche en particular se salió de la carretera volcó y sus ocupantes fueron rescatados por sus compañeros quienes me imagino que los trasladarían a otro coche con la intención de largarse a toda prisa pero viendo la gran cantidad de cadáveres que hay es bastante posible que se encontrasen con que los zombis todavía estaban cerca probablemente tan cerca que al escuchar el ruido del combate retrocedieron en busca de sus autores y se encontraron de frente con los supervivientes del convoy seguro que eso explicaría el reguero de zombis muertos lo digo porque comienza a casi medio kilómetro atrás así que oh los del convoy se dieron media vuelta y fueron matando zombis mientras regresaban a sanabria o los zombis ya estaban aquí esperándoles um vale reconozco que en eso podría llevar razón itió el sargento marcos sin embargo cabe la posibilidad de que estos cuerpos perteneciesen a los rezagados de la red guardia zombi que el convoy de pérez fuese abatiendo los a medida que se abría paso entre ellos algo que por todo lo que he escuchado sobre ese cabrón encaja perfectamente con su forma de actuar lo que pasa es que de así haber sido titubeos rascándose la barbilla si ahora que caigo sí que hay algo que no me cuadra si los disparos procedían de los del convoy quién demonios se supone que disparó contra ese coche es posible que los impactos fuesen producidos por fuego amigo apuntó el cabo quizás el coche que iba delante tuvo que hacer una brusca maniobra y los que iban disparando desde el le dieron por accidente y volcó entonces sí que podría haber sucedido lo que usted ha dicho que tras subirlos a otro coche continuasen adelante hasta que se toparon con la horda al completo y que al descubrirle se viesen obligados a retroceder y desviarse por aquella pista forestal que se ve un poco más adelante sugirió señalando a un camino que ascendía por el monte de la izquierda eso podr ía ser bastante factible reconoció marcos dándose por satisfecho con esa posibilidad propongo que le echemos un vistazo al mapa para averiguar hasta dónde conduce esa pista no es necesario que perdamos tiempo haciéndolo se apresuró a responder el chavo
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