Infernum Z - Libro 1 - Zona de cuarentena - 026 366v11

Capítulo seis decisiones precipitadas día tres doce y quince de la noche no te abandonaré en cuanto hubo doblado la esquina de la calle pablo escuchó los feroces gruñidos que emitía en el centenar de muertos que se acercaban desde la plaza y se dio cuenta de que probablemente había alargado demasiado su despedida los zombis estaban subiendo por la calle del estanco y si no encontraba una ruta alternativa acabaría encontrándose de frente con ellos así que echó un rápido vistazo a su alrededor intentando encontrar un camino alternativo a su izquierda la calle acera ascendía suavemente hasta el cruce de la calle del estanco por la que venían los zombis a la derecha en direccion al convento en el que estaba aparcado su microbús la calle se extendía durante cien metros hasta la plazoleta del convento y desde ahí continuaba dando una amplia curva hasta finalizar en una gran plaza rectangular con un arco medieval que guardaba la entrada sur del pueblo situado a su izquierda y varias pequeñas calles que desde el lado opuesto se internaban hacia el centro del pueblo y casi frente a él comenzaba la estrecha callejuela en la que se encontraba la panadería si quería evitar que le descubrieran esa era su única opción por lo que recorrió los escasos veinte metros que le separaban de ella y agachado tras la hilera de coches que estaban estacionados en el lado derecho avanzó hasta que la calle se curvo a la derecha dejándole fuera del alcance visual de los zombis arrimado a las paredes de adobe continúa hasta detener irse en el portal de ladrillo visto de una casa de nueva construcción era la casa de teresa i samuel un joven matrimonio a los que conocía de haberles construido una caseta y una zona de juegos en el patio interior sin saber exactamente porqué su mano derecha se apoyó sobre la manilla inesperadamente esta descendió permitiendo que la puerta se entre abriera un par de centímetros mierda seguro que ésta no es una buena señal pensó al ser consciente de que se hubiera personas dentro de la casa lo primero que habrían hecho al descubrir el peligro habria sido cerrar la puerta con llave con el hacha en su mano derecha y sin atreverse a entrar empujó muy lentamente la puerta hasta poder mirar en el interior ante él se extendía un corredor de paredes blancas flanqueadas por varias macetas y que finalizaba en el patio trasero que también conocía en el lateral derecho se encontraban las escaleras que conducían a la vivienda que ocupaba la primera y segunda planta mientras que en el lateral izquierdo había una puerta que conducía al garay de la casa y en cuanto cerró la puerta de la calle ese fue precisamente el primer lugar al que se dirigió tras abrir la puerta respiró con alivio al ver que el coche de la familia no estaba en el eso quería indicar que o viene el matrimonio no se encontraba en el pueblo cuando comenzó el ataque o bien en cuanto fueron consciente ntes del peligro subieron a su coche y se marcharon aunque pensándolo mejor si hubieran conseguido escapar habrían dado la alarma y el que no hubieran visto a la menor señal de ayuda quería indicar que no habían llegado demasiado lejos espero que simplemente estuvierais de compras en salamanca o en zamora murmuró saliendo del garaje y echándole un rápido vistazo al patio para comprobar que se encontraba tan desierto como se esperaba a continuación y valiéndose de la función linterna de su móvil subió las escaleras y registro toda la vivienda hasta convencerse de que se encontraba desierta pero todavía no se sentía lo suficientemente seguro como para poder respirar aliviado si se habían ido antes de que todo diera comienzo por habían dejado la puerta abierta si iban a estar todo el día fuera lo lógico hubiera sido que la cerraran con llave un tanto mosqueado por lo que le parecía una incongruencia para alguien tan atenta al más mínimo detalle como teresa abrió una tras otra todas las puertas de la despensa hasta que tal como se había imaginado encontró un alargado y estrecho armario metálico el armero en el que samuel guardaba sus escopetas tras reventar la cerradura con unos cuantos golpes de hacha sacó de su interior un rifle remington magnum setecientos con mira telescópica una escopeta de doble cañón y algo completamente inesperado protegido dentro de una funda rígida encontró un rifle y ocho un arma diseñada para el tiro deportivo y que utilizaba munición del calibre doscientos veintidós remington pero de dónde demonios has sacado esto samuel murmuró irado por lo que aquel hallazgo suponía para él como cómo cómo es que un simple profesor de informática ha conseguido un rifle de asalto intrigado por la forma en que aquella arma podía haber llegado a las manos de su vecino examino toda la documentación guardada en una carpeta que reposaba en el fondo del armero y descubrió que a pesar de que se trataba de la versión civil de un fusil de asalto treinta y seis indudablemente era un arma completamente legal allí estaba todo la factura de compra los