
Infernum Z - Libro 1 - Zona de cuarentena - 005 3c1l2h
Descripción de Infernum Z - Libro 1 - Zona de cuarentena - 005 303z1n
Zona de Cuarentena es la primera novela de «INFERNUM Z», una extensa serie de novelas largas autoconclusivas que conduce al lector a través de una pandemia apocalíptica y… ¡Bah!, ¡Dejémonos de tanta tontería que esto es España y aquí las cosas se hacen a las bravas! ¿Qué llega el apocalipsis zombi? Pues que llegue, pero que lo haga para quedarse porque ya está bien de que cuatro pringados salven al mundo. Esto es España y aquí si hay que matar a alguien, pues oye… se le mata y tan amigos. ¿Qué hay un millón de zombis?, pues pon más que pocos me parecen. ¿Qué los americanos tienen bunkers subterráneos?, pues nosotros tenemos bodegas de vino y castillos a tutiplén. ¿Qué ellos tienen Hummers?, pues nosotros tenemos tractores. ¿Qué ellos tienen tanques?, pues nosotros tenemos cosechadoras. ¿Qué ellos tienen a los Marines?, pues que se los queden, que nosotros tenemos a un montón de unidades con muy mala uva, así que más les vale a los de The Walking Dead apartarse si no quieren que los españoles les pasemos por encima, porque el fin del mundo ha empezado en España, y para más señas, lo ha hecho en un pueblecito de Salamanca, en el que el más tonto te pega un tiro y después se va al bar a tomarse una cervecita con los amiguetes. Y ahora que ya ha quedado claro el espíritu de la novela, vamos al meollo que hay mucho zombi que reventar, y si llego a casa con la camiseta manchada de sesos, la parienta me canea. Un pueblecito lleno de gente con muy mala baba y una vieja historia sobre un grupo de alemanes y vecinos del pueblo a los que enterraron en vida en el bunker para quedarse con el oro que almacenaban en el subterráneo. Un montón de entrañables y sádicos viejetes que llevan desde entonces avisando de que antes o después regresarían para vengarse. Una auténtica masacre en la que los zombis le cogen el gustillo a eso de comer humanos al natural. El más listo del pueblo que toma las de villadiego y se larga a Alemania infectando medio mundo a su paso. La ONU que decide crear una hermética zona de cuarentena que abarca a gran parte de la meseta central. Los americanos que aprovechan la ocasión para enjaretarnos mil torretas de fuego automático que tenían preparadas para ser instaladas en la frontera con México. ¿Quién estarán más seguros? ¿Los que están fuera de la zona de cuarentena y no quieren entrar o los que están dentro y no pueden salir? Los "Luchadores del Páramo" te están esperando, así que toma tu arma y acompáñalos en esta larga aventura repleta de acción y zombis. Un ilimitado número de zombis con tanta hambre como mala baba tienen los protagonistas. ¡Buena suerte y mucha munición! 71t1w
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Día dos ocho y treinta y cinco de la mañana carretera a santa marina josé y cristina apenas eran las ocho y media de la mañana cuando cristina subió al todoterreno de josé y arrancaron camino de la finca sumidos en sus propios pensamientos cristina planeando la estrategia a seguir para conve ancer a los ancianos y josé manteniendo una ardua lucha contra sí mismo para obligarse a continuar adelante con lo inevitable hicieron todo el camino en silencio hasta que cuando llegaron se detuvieron en el cruce del que partía el camino de tierra que llevaba hasta la casa ninguno de ellos quería reconocerlo pero ambos habían apartado momentáneamente de sus mentes todo aquello a lo que le habían estado dando vueltas durante el trayecto para pasar a centrarse en una misma cuestión que haría germán cuando les viera llegar qué le habría dicho ordiales sobre cristina le habría convencido de que había venido con el objetivo de charles de su casa no te parece que hay demasiado silencio por aquí musitó cristina rompiendo inesperadamente el incómodo mutismo que estaban manteniendo no por aquí siempre hay mucho silencio pero hemos de estar atentos mi padre solía decir que el silencio sólo es malo cuando hay demasiado porque es entonces cuando las cosas más raras suceden respondió es que tienes miedo sabes que es lo único que me da un poco de miedo de todo esto dijo cristina mirando con desconfianza a través de la ventanilla que con toda esta niebla ese anciano nos confunda con intrusos y nos dispare y por cierto a qué te refieres cuando dices cosas raras preguntó desconcertada no te preocupes no es nada realmente peligroso tan solo eso cosas raras contestó con tono meditabundo ya sabes cosas que contaban los viejos recuerdo que de pequeño un chico vino diciendo que según su abuelo entre los prisioneros republicanos enviados a su interior había un mulato que había llegado desde cuba y que practicaba la magia negra su abuelo le contó que en realidad se trataba de un jornalero a sueldo del alcalde y que como se rumoreaba que entre él y la mujer del alcalde había habido algo el alcalde le denunció a los soldados nacionales y estos se lo entregaron a los alemanes quienes tras romperle las piernas le encerraron en un calabozo rodeado de los cuerpos en descomposición de otros prisioneros le dejaron con vida solo para que muriera de hambre y sed enterrado en vida hay quien dice que no fueron los experimentos de los nazis sino la magia negra del mulato la que revivió a sus compañeros de encierro y que desde entonces cuando la niebla es tan densa como la de ahora y el más débil de los sonidos se puede oír a muchos kilómetros todavía se puede escuchar cómo arrastran los pies por el interior de los túneles mientras intentan encontrar una salida que les conduzca al exterior y a la venganza impresionante pero no te creas que me voy a rajar sólo porque me cuentes una historia de miedo en medio de una llanura cubierta de niebla no he querido excederme en poner en tela de juicio la verosimilitud de la historia que me contó tu prima porque la aprecio pero obviamente yo soy una mujer del siglo veintiuno que no creo ni en leyendas ni mucho menos en cuentos de fantasía mas para mí esa historia no es más que algo con lo que poder asustar a los niños para evitar que se acerquen a la propiedad la verdad es que ya lo suponía y respecto a eso que has dicho de dispararnos mira por donde pero yo estaba pensando exactamente eso mismo añadió gregorio conoce mi coche y estoy casi seguro de que no me dispararía o al menos no creo que lo hiciera sin antes haberme preguntado por el motivo que me había llevado hasta su casa y crees que es posible que ya se haya enterado de nuestra llegada estoy casi seguro de que si es como si el muy cabrón tuviera un sexto sentido de vez en cuando salgo a dar una vuelta en bicicleta y en alguna ocasión me he desviado para echarle un vistazo a mi campo aunque ya te digo que ni mucho menos me atrevo a llegar hasta aquí cuando lo hago suelo detenerme á la entrada de mi finca que está como a un kilómetro en línea recta en varias ocasiones mientras paseaba por la finca revi usando el sembrado le he sorprendido de pie entre los pinos observándome con atención hasta que me marcaba te aseguro que si un día mata a alguien a nadie del pueblo le sorprenderá demasiado dijo estacionando a un lado de la carretera y apagando el motor que haces es que acaso vamos a ir caminando preguntó ella con tono in un kilo no tú te vas a quedar en el coche y yo voy a ir caminando hasta la casa contestó sacando una cajetilla de tabaco y ofreciéndole un cigarrillo en serio de verdad te crees que me voy a quedar sola en medio de la nada dijo sacando un mechero de su bolso y exhalando una bocanada de humo tras encenderlo sí y te voy a dar dos buenos motivos para que lo hagas el primero es que germán sabe perfectamente que solo hay una persona capaz de venir a su casa en coche
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