
Descripción de II Pascua (lecturas) 5j5e73
Estamos en el segundo domingo de Pascua. Este audio es de archivo, por lo que las referencias históricas que se mencionen pueden no ser actuales. Días atrás hemos celebrado el domingo de resurrección, la gran fiesta confesante de los discípulos. A partir de la resurrección se abren cincuenta días que van a culminar en la venida oficial, pública, del Espíritu Santo, sobre la Iglesia. Estos cincuenta días son ya la venida prolongada, paso a paso, del Espíritu. 1o85j
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Hemos celebrado días atrás el Domingo de Resurrección, la gran fiesta confesante, testimonial, de los discípulos de Jesús.
Ha resucitado el Señor. Y ahora vamos a meditar en torno a las lecturas del Domingo Segundo de Pascua, el siguiente a la Resurrección.
A partir de la Resurrección se abren esos 50 días que van a culminar en la venida oficial pública del Espíritu Santo sobre una iglesia ya constituida, sobre los orantes con María la Madre del Señor, Pentecostés.
Pero esos 50 días son ya la venida prolongada, paso a paso, del Espíritu Santo.
Una venida que a lo mejor no es pública, que a lo mejor no es ya la última palabra, pero que es la que conduce y hace germinar el comienzo de la iglesia.
Fijaos, para Lucas, los hechos de los apóstoles, es el Espíritu el que genera y conduce la iglesia, el Espíritu de Jesús, el Espíritu que Jesús envía.
La iglesia en San Lucas, y lo sabemos, pero no lo sabemos, no nace de las decisiones gubernativas de la jerarquía, del Episcopado, del Papa, que va.
La iglesia no nace del trabajo de los teólogos, la dostrina, la enseñanza.
La iglesia no nace de los pastoralistas, de los planes pastorales, la iglesia no nace de ahí.
La iglesia nace del Espíritu, va más allá de lo que se intuye, se prevé y se planifica.
Los planes se quedan a medias, muchas veces, muchas, no llegan ni a ponerse en práctica.
Pero la iglesia crece y continúa.
Esta es la confesión que va a empezar este domingo, y que nos va a ir preparando y nos va a ir introduciendo en la obra del Espíritu Santo y en el amor a la iglesia.
Las líneas de hoy son un resumen de cómo veían a los cristianos al comienzo.
Ya han salido, no se ocultan, se reúnen todos los días en el Pórtico de Salomón.
El Pórtico de Salomón al este del templo.
Es un pórtico, un atrio, son esas construcciones que hay fuera de las iglesias y de los edificios públicos, unas cuantas columnas y una especie de tejadillo, de tal manera que el pórtico o atrio ni está dentro del templo ni está fuera, es la entrada.
De este he leído que algunos dicen que era el lugar de entrada y salida de los impuros, es decir, de los que no podían entrar en el templo templo.
Bueno, pues puede ser.
Si fuera así, ¿qué lugar más bien elegido? ¿Nos consideráis impuros? ¿Nos excluís? Aquí estamos en el templo.
Pero sobre todo, si por aquí pasan los ciegos y los sordos y los paralíticos, aquí estamos nosotros, el templo del Señor, que sale del templo para recibirlos.
La gente se hace lengua de ellos.
Es que es un grupo tan bondadoso, tan caritativo, tan bueno.
Es que es un grupo tan sanante.
Muchos no se atreven a ir, pero hablan de ellos, hablan de ellos.
Pedro hace curaciones, ya lo hemos dicho, hasta su sombra, hasta su sombra.
Y mucha gente del entorno de Jerusalén sube y se curan.
Crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres.
¿No os acordáis de los panes? 5.000 hombres y a parte...
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