Iglesia Noticia Diócesis Coria-Cáceres (16-03-2025) 703j43

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Muy buenos días, feliz domingo. Soy Lorena Jorna, delegada de medios de comunicación social de la diócesis de Coria Cáceres. En este espacio te ofrecemos la información diosesana y volvemos a acompañarte desde las ondas de COPE en Cáceres en este domingo 16 de marzo.

El domingo día 30 de marzo la diócesis de Coria Cáceres llevará a cabo su tradicional Vía Crucis al convento del Palancar. La celebración del Vía Crucis dará comienzo a las cinco de la tarde y concluirá con la Eucaristía en el templo del convento. En el caso de que llueva, el Vía Crucis se desarrollará en el interior de la iglesia de Pedroso de Afín.

El año pasado, Monseñor Pulido destacaba la importancia de la unidad dentro de la diócesis y de la comunidad cristiana. Venimos de todos los arcipriestadgos, decía el obispo del seminario del obispado, manifestando lo que somos, un solo pueblo.

En 2024 la celebración adquirió un significado especial al conmemorarse el 25 aniversario del primer Vía Crucis diocesano que tuvo lugar en 1999 con motivo del quinto centenario del nacimiento de San Pedro de Alcántara. Desde su inicio, solo se ha suspendido una vez en 2020, hace ya cinco años, debido a la pandemia de la COVID-19. Desde la Vicaría de Pastora a la organizadora del evento han expresado su agradecimiento a quienes realizan un esfuerzo mayor para asistir, en especial a los fieles que llegan desde lugares lejanos.

En palabras del Vicario de Evangelización y Pastoral Ángel Martín Chapinal, el esfuerzo de caminar juntos también nos une, especialmente en este año jubilar de la esperanza, donde este Vía Crucis diocesano cobra aún más sentido. Además, este año, bajo el lema Peregrinos de Esperanza, como Francisco de Asís y Pedro de Alcántara, la reflexión del Vía Crucis estará inspirada en el 800 aniversario del Cántico de las Criaturas de San Francisco, un himno de alabanza a Dios a través de la naturaleza y la creación.

Cabe recordar que en este 2025 se conmemoran esos ocho siglos de este canto que sigue siendo un referente espiritual dentro de la tradición franciscana y cristiana. Por eso, las Religiosas Franciscanas de Casas de Don Gómez han sido las encargadas de preparar las meditaciones centradas en la espiritualidad franciscana y en el mensaje de gratitud y armonía con la creación, y que serán rezadas por los distintos arciprestazgos, el seminario y otras instituciones diocesanas. Te animamos a asistir.

Continuamos ahora con el comentario al Evangelio que nos trae Ángel Martín Chapinal, Vicario de Evangelización y Pastoral de la Diócesis de Coria Cáceres.

Segunda semana de cuaresma, avanzando con ideales transformadores de la realidad. Se acerca la gloria para Jesús, pero antes llegará la pasión. Debe ser perseguido, detenido, denigrado, maltratado y muerto violentamente. Se hace la noche para los discípulos. En el monte de Tabor, Pedro, Santiago y Juan vieron una ráfaga de luz y entendieron, solo os queda el ejemplo y el proyecto de vida que estáis viendo en mi hijo. Al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. El velo había vuelto a correrse.

A partir de ahí, el camino será iluminado por ese rayo de luz que habían captado en el monte. El mensaje insistente del Evangelio de la Transfiguración del Señor es que cuando nuestro camino se oscurece, necesitamos retirarnos al silencio para dejar que Dios nos ilumine. Este es mi hijo amado, escuchadlo.

Los apóstoles viven dos experiencias, la alegría y el temor, quedarse allí o bajar, vayamos con él y muramos. ¿Qué vieron? ¿Quizá la responsabilidad y la coherencia que hay que tener para vivir el Evangelio con los ideales transformadores que vencen el mal con el bien? Comparemos la parroquia, nuestra parroquia, con el monte Tabor.

En nuestras vidas la gloria y la pasión van de la mano. A veces todo se oscurece por la enfermedad o la muerte o todo es gloria por un nacimiento de un niño en la familia y subimos a la parroquia para encontrar esa ráfaga de luz que ilumine nuestro camino. Y en la comunidad nos encontramos cómodos, a veces eufóricos, o si vamos con temores, desesperados, nos animamos por un abrazo, una palabra, un canto, un silencio. La Eucaristía ha de ser ese momento en que volvamos a descubrir el rayo verde de la presencia de Dios.

Pero ir solamente a la parroquia para sentirnos bien, eufóricos, entusiasmados, es prueba de que no todo está bien en la comunidad. Muy espirituales, sí, pero temerosos de salir al mundo a transformarlo.