El Heraldo de la Curva 5c6w4v

El narrador de historias Esta noche en el narrador de historias Les voy a contar una historia a la cual llamo El heraldo de la curva Dicen que hay curvas que matan Curvas tan cerradas, tan traicioneras Que incluso el GPS parece dudar La gente les pone nombres La curva del diablo La vuelta de la muerte Pero...

¿Y si no fuera el camino? ¿Y si lo que provoca esos accidentes No está en el asfalto ni en la velocidad? ¿Sin en algo más? Algo que espera Algo que llama Algo que engaña Esta historia llegó a mi de forma inesperada Y desde que la conocí No he vuelto a mirar una carretera solitaria de la misma manera Hoy les contaré lo que me reveló un hombre Mateo Un sobreviviente Un testigo Y quizás el único que ha enfrentado a el...

El marqués de las mentiras El verdadero dueño de las curvas del diablo Fue en la carretera vieja rumbo a los sauces Esa que todos evitan después de las 9 de la noche Llovía y yo venía solo Ni siquiera sé por qué me fui por ahí Era como si me llamara Y entonces la vi Parada justo antes de la curva Una mujer Delgada Vestida de blanco Lloraba creo yo Al principio pensé que era un reflejo Una alucinación Pero me miró Sus ojos No tenían lágrimas Solo negrura Como si detrás de sus párpados hubiera algo más Un vacío Y detrás de ella Una sombra Alta Delgada Pero la sombra era la de un ave Una lechuza gigante Años antes Esa mujer había tenido un hijo Y el hijo se moría Nadie en el pueblo pudo ayudarla Médicos, chamanes, pastores Todos fallaron Y una noche entre sollozos Alguien tocó a su puerta Era un hombre delgado De piel pálida Ojos hundidos Hablaba con voz quebrada Como si le doliera cada palabra Le ofreció un trato Su hijo viviría Pero a cambio Ella debía ayudar a otros como ella Lo aceptó Pero al amanecer el niño murió Pero ella ya no era la misma Su reflejo ya no era el suyo Su sombra se alargaba Y esa noche escuchó por primera vez el aleteo Desde entonces se aparece en carreteras olvidadas Vestidas de blanco Suplicando ayuda Pero no para ser salvada Sino para llevarse a alguien Que aún no entiende El precio del deseo Aquel hombre No era un alma cualquiera Su nombre era Shax El marqués del infierno Mentiroso entre los mentirosos Robaba la vista, el juicio, el entendimiento Te hace ver lo que deseas Te hace creer lo que más anhelas Y justo cuando más convencido estás Te quita el alma ¿Ves? Tu hijo ya no sufre Ahora ayúdame a llevarme a otros como tú Así nació su heraldo Una mujer convertida en anzuelo Una madre atrapada en la culpa Cumpliendo el pacto Atrayendo conductores Mostrándoles lo que desean Amor Compañía Y un cuerpo que los espera en la nieve Y al final solo queda el crujir del metal El estallido de parabrisas Y la llegada de Shax