
Descripción de El faro 482f2k
Se trata de un partida de un máster y un jugador, en la que toda la trama se desarrolla en un faro en los confines del mundo 1b274t
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Buenas. Bueno, yo soy Fon. Les avisa, ha cedido a ser torturado un poco en esta partida que llamaremos el faro. Entonces me gustaría que presentase a su personaje que se puede ver aquí en pantalla.
Muy bien, pues encantadísimo primero de estar con Fon aquí sufriendo o lo que vaya a venir. Y este personaje que veis aquí es Fredrik Sandviklund. Es conocido mundialmente de hecho, es un gran escritor de novela fantástica, el escritor del Árbol de la Luna, una trilogía fantástica que ha tenido mucho éxito.
La verdad es que, bueno, suelen decir que soy bastante guapete. Se nota mi ascendencia noruega, iranesa. Soy alto, rubio, bueno, tal y como me veis, sí que claro, con los ojos así achinados, marrones.
Y no sé si explicar algo más, voz del faro, de dónde estoy, a dónde voy o lo vamos descubriendo. ¿Qué prefieres? Yo me gustaría que explicases qué te ha pasado para que, brevemente, para que hayas dejado de escribir y por qué vas al faro.
Pues con lo que he dicho seguramente la mayoría de la gente estaría contenta y sí, es verdad, soy, o era, o soy, no lo sé. Creo que para los demás soy, pero para mí era.
Me encanta la escalada, irme a mi mansión, pasar los dos días en el hielo con mi mujer y mis hijas. Pero debíamos continuar, debíamos seguir escribiendo, pero no pude. No pude escribir, no sé qué pasa.
No encuentro esas musas que por la noche me atacaban y me obligaban a levantarme y a escribir. Y supongo que como buen artista, recomendado por buenas o malas amistades, decidí meterme en el mundo de Los Ángeles, donde vivo, en una de mis casas, a buscar inspiración en la noche, pero relativamente toqué quizá con las drogas, con el alcohol, con las apuestas. Y como no podía ser de otra manera, acabé yo mismo con mi familia. Un divorcio, estoy medio arruinado, todavía consigo algo de dinero, pero nada en comparación con lo que solía tener.
Y después de lo que aquel hombre le hice también, aquello fue, bueno, no quería hacerlo.
Pero una cosa llevó a la otra, tanto él como yo no estábamos a nuestros cabales y seguramente eso de medir 1,90 y haber hecho escalada durante toda tu vida te da cierta fuerza. Le di un mal golpe y creo que cuando vi que algo del cuello se le salía, me asusté. Me ayudaron y tal, pero ese fue el momento de decir. Se acabó.
¿El hombre llegó a morir o no? Pues no lo sé, porque se lo llevaron al hospital. Yo creo que lo dejo a la voz del faro porque no he querido saberlo. Quizá lo descubramos más adelante.
Y mirando mis viejos recuerdos, mis diarios, mis fotos, apareció un lugar, un pequeño pueblo, el pueblo de mi abuelo, del cual me habían hablado bastante pero no había ido jamás. Y me sonaba haberlo visto hacía poco en una web de viajes y ahí estaba. Parecía que estaba señalado para mí.
Había un trabajo, bastante bien pagado por cierto, aunque supongo que, claro, vivir allí durante un año en un faro perdido era por lo menos algo que todo el mundo no es capaz de estar. Pero yo creo que era
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