¿ESCUCHO PARA ENTENDER O SOLO PARA RESPONDER? 3t3423

Ya con él, una producción creada pensando en ti, donde aprenderás cosas maravillosas que te ayudarán en tu diario a vivir y te guiarán a una vida feliz.

Has tenido alguna vez la experiencia de sentir que alguien ha dedicado tiempo a escucharte? Hemos pensado cuán distintas fueran nuestras relaciones, en pareja, con nuestros hijos, la familia, amigos, si nosotros aprendiéramos a escuchar desde el corazón, a escuchar con empatía.

Vivimos en un mundo lleno de ruidos, donde las distracciones constantes, el hábito de rápida respuesta, dolor o heridas no san nada, prácticamente han extinguido el hábito de escuchar.

Y creo que vale la pena preguntarnos, ¿Escucho para entender o solo para responder? ¿Cuántos problemas tenemos que enfrentar simplemente porque no tenemos el hábito de escuchar? ¿Cuántos problemas pudieran haberse evitado si tan solo hubiéramos frenado nuestro instinto, nuestro impulso de hablar, de responder? Esta dama me decía, yo solamente quería que él me escuchara, mientras el caballero buscaba por todos los medios tratar de satisfacer, de dar una respuesta con la que ella se sintiera quizás validada, pero ella solamente lo único que quería era ser escuchada.

Muchas veces nosotros, lejos de ayudarnos, lo que hacemos es empeorar simplemente porque no hemos cultivado el hábito de escuchar.

Un día mientras esperaba para ser atendido en una consulta médica, escuchaba a una señora hablando por teléfono y ella le decía a la persona que estaba al otro lado, yo estoy aquí para responder todas tus preguntas, pero la forma en que hablaba decía mucho de sus heridas, decía mucho de su falta de empatía hacia la otra persona y podemos preguntarnos una vez más, cuán distintas fueran nuestras relaciones si nosotros aprendiéramos a escuchar con empatía, aprendiéramos a escuchar desde el corazón, cómo me siento cuando alguien me escucha realmente con atención.

Una madre y un hijo adolescente discutían diariamente, él sentía que ella no lo entendía y ella sentía que él no la respetaba.

Esto es una dinámica que se ha hecho muy popular, pero un día se les pidió que hicieran un ejercicio donde uno hablaba y el otro tenía que repetir lo que escuchaba sin juzgar y sin contestar.

Fue allí cuando la madre tuvo la oportunidad por primera vez de escuchar las palabras de su hijo cuando le dijo, siento que nunca soy suficiente para ti.

En esa ocasión la madre escuchó no desde la rebeldía, sino desde el dolor.

Muchas veces las personas nos están transmitiendo un mensaje y nosotros no lo percibimos, buscamos la manera de taparlo, de darle una solución rápida.

Buscamos la manera.