Entrevista a la gran escritora Montserrat Jané 4m1w5f

Hay otra cosa que tampoco me agrada.

Aquí estamos con una gran escritora, Montserrat Jané Piquet, nacida en 1963 en El Venter, Tarragona. Se estrena como escritora con el libro Vivir a tope. Nos cuenta cómo el hecho de sufrir un proceso de cáncer le cambió la vida y la inició en una búsqueda de respuestas que la llevaron a investigar diferentes técnicas complementarias y alternativas para tratar de encontrar la sanación física.

Y como quiera que cuando buscas encuentras, abre la ruta del descubrimiento de las cuestiones del espíritu y tú puedes aprender lo aprendido para buscar un nuevo enfoque existencial más auténtico, más vivo y más real de lo que es la espiritualidad en conexión con uno mismo, el proceso de la vida y el dejarse guiar por esa brújula interior que todos tenemos y que pugna por manifestarse, indicarnos cuál es el siguiente paso a realizar.

Fue a partir de su segundo proceso de cáncer después de 18 años de andadura cuando entendió que debía compartir su experiencia vital para transmitir a las personas que se hallan en una situación parecida de crisis vital o existencial que sí se puede lidiar con ella y que los procesos dolorosos duran menos con una actitud positiva, confiable y a favor de la corriente de la vida.

Bueno, Montserrat, ¿qué tal estás? ¿Te he presentado un poquito? Sí, así es. Bien, muy bien. Ya, como podéis ver, estupendamente, en fase muy creativa, de escritora, escribiendo, compartiendo con el mundo todo lo que yo pueda compartir porque llegué a la conclusión en este segundo proceso, como tú bien has dicho, de cáncer, de que no me podía quedar para mí sola todo lo que yo había aprendido.

Porque con ello pienso que mucha gente se puede beneficiar también, o al menos, saber que hay otras posibilidades para ayudarnos a estar mejor, incluso a superar cualquier crisis, ya no solo un proceso de enfermedad como ha sido mi caso, puede ser cualquier otro tipo de crisis y eso depende de cómo tú lo encares, porque aunque lo pasas mal, porque son, por decir algo, desgracias, si lo sabes enfrentar diferente o sabes darle otra perspectiva, es una oportunidad muy grande de crecimiento y de realmente darte cuenta tanto de lo que tienes alrededor como de la fortaleza que puedes sacar tú de tu interior. Y las ayudas te vienen.

Y bueno, como yo me dediqué después de mi primer proceso de cáncer, que fue hace 20 años, a buscar respuestas, porque yo quería entender qué había pasado, por qué una enfermedad tan grave, pues que parecía que todo iba bien en mi vida, pues bueno, que me había pasado, ¿no? Y tan joven y tal, que dices, bueno, que esto no te lo esperas. Y buscando respuestas, pues bueno, me inicié en este camino del autoconocimiento y la espiritualidad y la verdad es que una cosa te lleva a otra y bueno, yo también he sido muy curiosa.

Entonces, cosa que se me ponía por delante o que me hacía gracia, pues yo iba a investigar y a probar a ver qué. Entonces, sí que puedo decir que siempre hay unas cosas que te aportan más que otras, pero que de todo he sacado un poquitín. Y que las cosas me han ido viniendo según mi propia evolución, porque la vida no te pone en el camino nada ni nadie que no sea lo que necesitas en ese momento. Es que queremos controlar mucho, ¿vale? Todo como tiene que ser y lo que tal, y por si yo tuviera esto, estaría mejor. Si no me hubiera pasado esto, pues estaría mejor también.

Y no es real, son esas trampas que nos pone el ego, porque al final, ¿qué sabemos nosotros? ¿Cómo estaríamos? ¿Si estaríamos mejor o peor? Yo lo que sí que puedo decir es que para mí, tanto la primera vez como esta segunda, me supuso mucho crecimiento y mucho autoconocimiento.

Esta segunda vez, claro, después de que has trabajado tanto en ti y te pasa otra vez, es como que te desengañas un poco y te enfadas. Es decir, ¿por qué ahora me está pasando esto otra vez con lo que he trabajado en mí? ¿Qué pasa? ¿Que no lo he hecho bien? Y lo que pasa es que luego, cuando ya se te pasa el primer enfado por decir algo, le das un poco un giro a esa manera de plantearlo y dices, bueno, a ver, ¿dónde me lleva esto? ¿Para qué me ha pasado esto? Entonces, he de decir que a partir de ese segundo proceso fue cuando a mí se me abrió el chip, por decir algo, la idea de decir, es que esto tienes que compartir todo lo que tú has aprendido para que las personas se puedan beneficiar, porque estamos muy perdidos.