Emociones - Una historia de cartas de amor 232zu

Soy sergio llorens si esto es palabras sonoras una nube partido por la mitad en los colores del amanecer el viento soplaba el tráfico era insoportable andrés llevaba un par de horas atascado en el centro de la ciudad al final llego a tiempo a su lugar de venta ambulante en un mercado de la periferia abrió la mesa plegable puso una caja de cartón encima y se sentó en una silla de playa andrés lo había vendido todo y sólo le quedarán sus cartas cientos de cartas de amor así que las metí todas en una gran caja de cartón y puso un cartel encima cartas de amor precio a convenir a la media hora se le acercó una pareja laia y fran empezaron a mirar el interior de la caja manosearon las cartas la ya no podía creer lo que veía y le preguntó a andrés con varias en la mano porque las vendes porque necesito el dinero respondió andrés pero cómo puedes vender tus cartas de amor esto no tiene precio dijo laya pues por eso quiero que se lo pongas tú cuánto crees que puede valer una carta de amor le preguntó andrés no lo sé respondió olaya andrea escogió una carta la abrió la leyó en voz alta y luego dijo venga ponle un precio cuánto crees que cuesta en estas palabras mientras andrés leía la carta la ya empezó a recordar algo palabras antigua las de hace años palabras de amor de un primer amor esas cartas que ella enviaba cada día valencia pero no podía ser aquello sucedió hace muchos años en aquel verano del noventa y dos en granada era imposible que fuera aquel andrés no seguro que no dime cuánto crees que vale repitió andrés la ya volvió de sus recuerdos miró a andrés después a durante unos segundos no supo qué decir luego dijo no la quiero debe ser muy cara no es bastante económica respondió andrés es una emocion pasada así que ha perdido su valor como cuánto de económica preguntó fran dime tú el precio insistió andrés diez céntimos insinuó frank trato hecho dijo andrés por ese precio puedo daros varias más incluso podría daros las todas la cifra se buscaron con los ojos franela la cogió de la mano laya se soltó hubo un corto silencio luego la allá le dijo andrés no mira mejor nos vamos no queremos nada gracias por todo espera un momento laya nos las vende tu das por diez céntimos a que habrá por lo menos quinientos cartas dijo frank pero nosotros no las necesitamos o sí para qué las quieres frank siempre está bien tener algo así no dijo frank andrés los observaba con las manos en los bolsillos estaría bien si fueran nuestras si fueran tuyas pero son son de l frank dijo laya y eso qué más da respondió frank ya has oído lo que ha dicho son emociones pasadas ahora ya no son del que las ha escrito pueden ser de cualquiera mira dijo laya a mí no me parece bien haz lo que quieras cariño son solo diez céntimos diez céntimos por quinientos cartas de amor es una ganga insistió frank hacía frío andrés se levantó los cuellos de la chaqueta de piel negra una nube gris atravesó el cielo comenzó a llover haz lo que quieras volvió a decirla ya con los ojos rojos si las quieres comprar cómpralas por las compro todas respondió frank andrés ordenó las cartas levantó la caja de cartón alargó los brazos y se la dio a frank los diez céntimos cayeron en la palma abierta de andrés frank se puso la caja encima de su hombro y con el brazo derecho intentó rodear la espalda del aya pero ella lo rechazó caminaron hacia la salida el mercado mientras una telaraña de lluvia empezaba a cubrirse