Piedras Negras (Una historia de perdedores) 4i656c

Antonio iraníes llevaban casi dos años sin trabajo las cosas en la empresa habían ido mal llegaron los ajustes osea una indemnización bastante exigua y el paro durante estos dos años no encontraron nada estable pero tenían que seguir pagando los gastos que esto sí que eran estables la hipoteca el colegio de los hijos facturas y sobretodo comer porque comer cada día a veces no era tan fácil y esa noche de finales de invierno a una semana de cumplirse el tiempo del paro decidieron volver al cementerio en piedras negras un pueblo del interior de valencia últimamente se comentaba que habían desaparecido un par de crucifijos y un bucal o del cementerio de momento no había sospechas de nadie del pueblo los vecinos pensaban que sería algún forastero que quería hacer dinero con los objetos religiosos en alguna chatarrería cercana otros pensaban que eran cosas de críos porque quién no ha hecho trastadas en un cementerio cuando era niña otros decían que habían visto un tipo alto viejo y muy delgado vestido de negro merodeando por el cementerio a medianoche pero no estábamos en casa el rock ni tampoco en salem's lot a que nadie conocía stephen king estábamos en piedras negras un pueblo a cien kilómetros de valencia de unos dos mil habitantes en verano y trescientos en invierno antonio había escondido los dos crucifijos debajo de la cama de matrimonio y el buckaroo lo tenía en el armario del comedor nadie iba a sospechar de ellos eran de allí de piedras negras tenía mujer e hijos se les conocía como personas muy trabajadoras y humildes eran como se decía en el pueblo gente de bien habían pensado en acercarse otra noche más al cementerio y después lo dejarían no volvería más pero necesitada más crucifijos y más buscaros sino del anterior robo no habría valido la pena porque el chatarrero apenas les daría seiscientos euros se vistieron de negro cogieron dos bolsas llenas de herramientas y salieron de casa cuando ya estaban dentro del coche escucharon unas voces vamos con vosotros era miguel y pedro los hijos mayores de antonio y daniel y también llevaban ropa negra vosotros no vais a ningún lado no quiero que os metáis en esto les dijo antonio antonio tiene razón no os metáis dijo daniel miguel y pedro a pesar de las advertencias entraron en el coche y dijeron vamos a ir con vosotros aquí si algo sale mal y perdemos perdemos todos todos estamos en el mismo club además lo hacemos por la familia por comer lo hacemos por necesidad no estamos haciendo nada malo antonio se les quedó mirando y les dijo pero como que no estamos haciendo nada malo vamos a entrar a un cementerio a robar a quitar algo valioso que los familiares han dejado ahí para velar un descanso lo que vamos a hacer no está bien hecho es un sacrilegio una pro sanación entendéis sí pero es por necesidad dijo miguel antonio y daniel se miraron a los pocos segundos daniel le hizo un gesto para que arrancara aparcaron a un kilómetro del cementerio la luna como una moneda de plata viejísima flotaban las nubes mientras se acercaban al cementerio escuchaban el ulular de las aves nocturnas ligero viento movía con lentitud los cipreses todo parecía en calma ladridos de perros lejanos luces de coche se veían de vez en cuando atravesar la carretera que llega