El Escritor - Una historia de amor y desempleo 1z54y

Soy ser fiebre si esto es palabras sonoras soy escritor o al menos eso es lo que digo en el servicio público de empleo la mujer que me atiende luisa quiere más datos mi editorial los libros que llevo publicados si soy poeta o novelista la miró con tristeza con esa tristeza que se te pone cuando estás en paro ella me devuelve la mirada también triste la de saber que tiene delante un escritor que solo es eso escritor y nada más le digo que una vez escribí un libro que se llamaba de lo canalla del amor y de lo absurdo rápidamente lo busquen en el ordenador con una sonrisa sus ojos verde se hacen de un verde más intenso cuando me dice que podría ponerlo en el curriculum porque publicar un libro no lo puede hacer todo el mundo unos segundos después su sonrisa pierde la felicidad porque descubre que el libro está descatalogado y es imposible comprarlo nos quedamos los dos mirándonos son son apenas unos segundos o quizá más o menos no sabría decir son esos momentos en los que el mundo se detiene donde se buscan respuesta sus soluciones pero no las hay o al menos de momento no las hay detrás de mí y cola estoy en la oficina de empleo de la calle artes gráficas en valencia justo estoy detrás de las universidades desde la ventana puedo ver los jardines de filología hispánica donde pasé cinco años pensando que todo era posible que las palabras me llevarían lejos donde las novelas que leía me hacían pensar que yo también podría dedicarme a eso a escribir a contar historias pero ahora estoy aquí en la mesa de inscripciones del paro y si es verano y el cielo es azul y el sol como un globo de helio brilla allá en lo alto redondo y amarillento la brisa marina se cuela por una ventana entreabierta de la oficina del paro y suavemente le mece el pelo largo y negro o a luisa luisa me mira y me dice entonces te pongo como escritor le digo que sí aunque en ese momento pienso que quisiera ser algo más pero solos o yeso escritor quizá podría ser constructor de castillos de arena en la playa o recolector de conchas marinas y caracolas o tal vez contador de estrellas fugaces o un poeta que escribe versos había andantes pero le digo a luisa que ponga que soy escritor llevo un libro en la mano louise me dice que si lo he escrito yo se lo enseñé lo lee en voz alta para ser novelista de john gardner sonrío y le digo que quiero mejorar como novelista le digo que estoy escribiendo una novela que se llama libelo blas pero que estoy atascado y busco ideas en este libro louisa siente contenta se pasa la mano por la frente y se aparta con suavidad el flequillo así que novelista me dice bueno lo intento le respondo louise vuelve a sonreír y lo apunta por qué novelista me pregunta me gusta contar historias largas coser los hilos que tejen la realidad pero también me gustan las historias cortas historias mínimas que puede que sean reales o puede que no entonces dice luisa no siempre escribe sobre la realidad no pero antes has dicho que lo hacías si si le digo normalmente me gusta escribir sobre cosas que me pasan de ahí tomó la anécdota o el hecho pero luego voy tergiversando a mi manera y todo queda tamizado por el túnel de la ilusión de la escritura entonces me dice luisa esta charla que estamos teniendo podría ser una historia mínima y pasada por el túnel de tu fantasía podría ser cambiada o modificada