Emiliano el amante de mi mamá. 3u1o2l

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Emiliano, el amante de mi mamá. Exiliado fue uno de los tantos amantes de mi mamá que le conocí y que compartió conmigo. Terminé el cama con él con la aprobación de mi mamá. Todos se preguntan por qué soy una mujer tan caliente y con tanto gusto por los hombres, pues eso se lo herede a mi mamá. Desde siempre mi mamá tuvo muchos amantes. Cada fin de semana le conocía a uno nuevo. Ella los metía a su cuarto y me podía dar cuenta mi mamá tenía sexo con esos hombres y cómo mi mamá les chupaba la verga. Todo eso se convirtió en mi fantasía, pues yo sabía que algún día tendría muchos amantes como ella. Mi mamá cuando joven era muy bonita. Siempre tenía un amante nuevo. Ella tuvo varios maridos. Hasta que vive con ella tuvo ocho esposos aparte de sus múltiples amantes. Mi mamá es alta, senos grandes, culo grande, piernas largas. Siempre vestía muy sexy, eso se lo aprendí a ella y a mi prima Viviana. Me tuvo muy joven, me tuvo a los 16 años. Vivió como dos años con mi papá, pero no pudieron seguir pues mamá le fue infiel con un amigo de mi papá y pues mi papá no se lo perdonó y la dejó.

Pero mi mamá creía que yo era una santa que no rompía un plato, se resistía a creer lo que decían de mí que era una puta. Creía que era virgen hasta el día que me encontró en la sala de mi casa teniendo sexo con Asco, el topógrafo de la obra. Pero yo hablé con mi mamá y le dije que eso lo aprendí de ella, que era lo que me había enseñado, que era algo que no podía controlar. Mi mamá me entendió, me llevó al médico, me dijo que si me gustaba el sexo me cuidara, me enseñó a planificar para no salir embarazada y que siempre exigiera el uso del condón y así lo hacía. Siempre que salíamos con mi mamá nos preguntaban que si éramos hermanas y les decíamos que sí. Pero cuando les decíamos que éramos mamá y hija se sorprendían. Sobre todo los hombres decían que Rico la hija tiene las tetas más grandes que la mamá o las dos tienen cara de putas como decían las viejas que odiaban a mi mamá en el pueblo. Yo tuve dos mentoras en mi vida en cuestión de los hombres, esas fueron mi mamá y mi prima Viviana. Y con las dos compartimos hombres, el amante de mi mamá fue mi amante, viceversa.

Uno de esos amantes fue Emiliano, un amante de mi mamá que me compartió y dejó que yo fuera su puta, que fuera suya porque mi mamá sabía que Emiliano me gustaba. La noche que mi mamá llegó con Emiliano se metieron a su cuarto y tuvieron sexo toda la noche. Mi mamá tenía 31 años para esa época, yo casi la mitad y Emiliano tenía unos 45, pero él era casado, tenía dos hijas. Pero se metió con mi mamá esa noche, esa noche hacía gemir a mi mamá, la hacía gritar, mi mamá gemía que uof. Yo me masturbé pensado en ese hombre que hacía gemir a mi mamá hasta que se durmieron. Al otro día me desperté y como siempre me ponía una blusa de tirantes, sin brasier, un sié cortico hasta la mitad de los cachetes de mi culo y sin tanga, se podían notar mis labios vaginales. Yo estaba en la cocina cuando mi mamá bajó a la cocina y me saludó y yo le dije a mi mamá, Jun, pero la pasaste bien anoche, ¿por qué hacías un escándalo? Gemías y me reía. Mi mamá me dijo, ay hija, es que conocí a un tipo que uof, me hizo unas cosas que uof. Mi mamá se reía y yo le pregunté, ¿es que acaso tiene una vergota o qué? Mi mamá me respondió, Jun, como de 23 centímetros y se reía y yo le dije, ay mami, tú sí eres de buenas, comparte un poco de esa verga.

Mi mamá me dijo, estás loca, ¿qué te pasa? Y nos reíamos. Yo le pregunté, pero si está lindo mami y me dijo si está divino, le dije a mi mamá, pero si Viviana si me compartió a Luis, ¿por qué tú no? Mi mamá se sorprendió y me dijo como así, esa Viviana, cuando de pronto vi bajar a semejante hombre baja por las escaleras, un tipo alto como de 1,90 metros, pelo negro canoso, unos ojos negros expresivos, pecho ancho, brazos fuertes, de pelo en pecho, un machote, que me dejó flechada, me gustó al instante. Mi mamá me lo presentó y le dijo, te presento a mi hija Lizette. Yo le dije hola y le coqueteé de una y lo mire de forma traviesa. Me mordí los labios viéndolo fijamente a los ojos y mi mamá me dijo, él es Emiliano, tu nuevo padrastro y se reía jajaja. Él me dijo, hola Lizette, eres igual de bonita a tu mamá, te pareces mucho a ella. Y le dije, ay tan lindo, gracias. Pero Emiliano no me quitaba la mirada, se quedaba viéndome el culo y las tetas embobado y yo le sonreía y le coqueteaba, como me lo había enseñado mi misma mamá y mi hija.