Docentes presentes nº50. Un viaje por el Gimnasio de Deferr d3q3l

Hola, bienvenidas y bienvenidos a un nuevo episodio de Teixim Futurs.

Un espacio donde hablamos de proyectos que transforman, que mueven y que mejoran nuestras comunidades.

Y hoy os traemos una historia inspiradora desde La Mina, a San Adrià del Besós, donde el deporte tiene que haber un montón de cambio social.

Hoy hablamos del club gimnástico de Fer, un gimnás con nombre de leyenda, el campeón olímpico Gervasio de Fer, pero con ánimo de barrio.

Un proyecto que no solo forma jóvenes gimnastas, sino que los empodera, les ofrece una alternativa y les da herramientas para enfrentarse al mundo con más confianza.

Todo empezó con una idea muy clara, ofrecer un espacio seguro para que los adolescentes del barrio pudieran entrenar, crecer y desarrollarse.

Y es que, según Fer, el gimnás tenía que ser un lugar donde el deporte servía para enseñar valores, disciplina y respeto.

Y vaya si lo han conseguido. No es solo un lugar para hacer tumbarellas o mejorar paralelas, es un punto de encuentro y un refugio, un espacio social donde cada movimiento cuenta.

¿Y por qué es tan importante este gimnás para el barrio? Porque La Mina ha estado durante mucho tiempo un barrio estigmatizado.

Muchos de sus jóvenes crecen envoltados de dificultades, atur, falta de recursos o simplemente falta de oportunidades.

El club gimnástico de Fer se planta aquí, en medio de esta realidad, y dice ¡Tú puedes! Aquí tienes un espacio para superarte.

Niños y niñas que quizás nunca habían imaginado algo parecido se ven entrenando al lado de los campeones, aprendiendo a caer y, sobre todo, a levantarse.

Una metáfora brutal para la vida.

Hay una cosa muy potente en este proyecto. Aquí nadie se siente mejor que el otro.

El respeto es mutuo. Los entrenadores, muchos de ellos también del barrio, conocen bien a los chicos, los entienden, los acompañan y los motivan.

No solo son técnicos esportivos, sino que son referentes para sus vidas.

Y eso hace que los beneficios para el barrio sean enormes.

Porque cuando un adolescente encuentra un propósito, todo cambia.

Baja la conflictividad, mejora el ambiente, se crean redes entre familias y la autoestima colectiva pasa.

El gimnasio de Fer es una herramienta de transformación urbana y humana.

Como decía una de las madres del centro, yo antes no sabía qué hacer con mi hijo a las tardes.

Y ahora no hay quien lo traiga del gimnasio. Y eso, amigos y amigas, vale oro.

Así que, si pasas por la mina, ¿no te extraña si ves a un grupo de chicos practicando mortales en medio de un gimnasio que vibra con energía? No es solo un esporte, es una esperanza, es una comunidad, es futuro.

Y hasta aquí el día de hoy. Gracias por escucharnos.

Porque las buenas historias, como la del club gimnástico de Fer, merecen ser explicadas.

Nos vemos en el próximo episodio. Adiós, adiós.