Docentes presentes nº 43. Autoridad en el aula - Entrevista en Herrera en COPE a prof. Dr. Pablo Rodríguez de la UAO CEU 1q3fn

Seguimos adelante con la información que le afecta en su COPE más cercana.
Herrera Incope. La mañana.
Seguro que es una cuestión multifactorial y quiero entender que todo lo que se aplica, se aplica con buena fe, con ganas de que la cosa funcione mejor y ganas de que todo vaya mucho mejor.
Pero, ¿qué pasa cuando tú aplicas eso con toda la buena voluntad y piensas que será magnífico, cuando tú aplicas una política guoque y no acaba de tirar, que no acaba de funcionar?
Aquí está el punto y posiblemente la valentía de saber rectificar para que las cosas funcionen.
Es evidente que a veces tú pones en marcha una cosa y se te escapan.
Una de estas cuestiones es la autoridad en el aula.
¿Qué tipo de autoridad tiene el profesor o la profesora o los profesores en el aula?
¿Afecta esto directamente a los resultados o no?
¿Cómo lo podemos plantear?
No sé si hasta qué punto los jóvenes de hoy en día tienen claro exactamente el concepto.
Porque los traemos tan entrecotoneros que su tolerancia a la frustración es nula, básicamente.
No aceptan muchas veces un no.
Hablo de forma general, ¿eh?
Hablamos de todo esto, de esta posible crisis de autoridad educacional en los jóvenes con el señor Pau Rodríguez,
que es profesor-doctor del Departamento de Humanidades de la Universidad de Batoli-Baceo.
Pau, buen día, bienvenido.
Hola, buen día, ¿cómo estáis?
Muy bien, gracias por estar aquí con nosotros, Pau.
Se está perdiendo esta autoridad en las aulas. ¿Hay falta de autoridad en las aulas?
Pues mire, la verdad es que en un contexto de caída de evidencias que estamos viviendo,
es decir, en un mundo sin límites,
como usted comentaba, la verdad es que la policía tiene las manos llegadas,
el maestro a veces no puede entrar al aula,
o hasta los padres tienen miedo de los hijos, ¿no?
La pregunta que nos tendríamos que plantear un poco como sociedad sería
¿qué experiencia de autoridad han tenido las nuevas generaciones?
Para decir un caso concreto.
¿Han visto el paro respecto al árbitro en el partido escolar, por ejemplo?
Es decir, hemos transmitido...
El ejemplo, ¿no?
El valor, ¿no? El valor respecto a la autoridad.
Somos capaces y lo hemos transmitido con todas las consecuencias,
las nuevas generaciones, quizás, ¿por qué irían?
Y eso, evidentemente, en el mundo escolar, pues todavía se refleja más.
Posiblemente sería el punto en el que más se refleja o da esa sensación, ¿no?
El hecho de que cuando un profesor o una profesora censura o castiga o suspende,
son los padres los que van a dar la cara al hijo.
Sí, evidentemente.
O sea, estamos viviendo lo que sería la educación más que una época de cambios,
un cambio de época.
Estamos viviendo una auténtica revolución.
Para poner un caso concreto también,
si agarrásemos a un maestro jubilado de hace no tanto, quizás 10 años,
y hiciéramos la prueba de que volviera al aula y enseñara matemáticas,
seguramente se encontraría un panorama muy diferente.
Por ejemplo, si la clase fuese a las 8 de la mañana,
probablemente la mitad de la clase no asistiría,
porque estarían todavía durmiendo.
Es una probabilidad gran.
La organización de la aula ya no estaría en pupitres alineados o en una terima,
sino que seguramente tendríamos a los alumnos agrupados en pequeños grupos reducidos
para hacer trabajo cooperativo.
La materia propiamente de matemáticas habría sido sustituida por un proyecto.
Es decir, creemos o fundamos una ONG.
Entonces, un día, de este proyecto o de este programa,
haríamos la economía de la ONG y ya entrarían las matemáticas.
La palabra cástig o la palabra disciplina probablemente no sería un modo prohibido,
no podríamos utilizarlo.
Todo esto, ¿por qué de cierta manera se está produciendo?
Pues porque seguramente nos ven que estamos ante un nuevo modelo de innovación pedagógica,
pero probablemente también estamos ante una sensación de intentar hacer la educación más amable,
es decir, como una forma de entretenimiento.
¿Por qué? Porque necesitamos evitar situaciones de conflicto.
Es decir, los alumnos que encontramos hoy en día no aguantan, por ejemplo, una película de dos horas.
Es decir, tienen una atención muy limitada a dos minutos, a tres minutos,
y esto implica que tenemos que hacer la educación más amable.
Claro, esto, de cierta manera, ataca lo que sería la cultura de las forzas.
¿Cómo podemos enfrentarnos a todo esto?
¡Madre mía! Todo lo que estás explicando es como un tsunami de realidad.
Es un tsunami de realidad.
Un cambio de época, como decía.
Y esta cultura de las fuerzas que, de alguna manera,