CUIDANDO EL NIDO 1l3434

De servir se borra y nos deja sirviendo solos. ¡Tiralo, tiralo! Muy pronto el pájaro cucú, este es el huevo del pájaro cucú, no se tira, no se tira.

Muy pronto va a estar teniendo toda la atención de sus padres y no es de extrañar que a causa de toda esa comida y a causa de que no es la especie que corresponde, el pájaro cucú va a terminar siendo más grande que sus padres.

Hay ahí en las diapositivas una foto del pájaro cucú, bien gordo, siendo alimentado por sus padres.

El polluelo es enorme y acapara todo el nido.

Hoy quiero hablarte de eso, hoy quiero hablarte de acaparar el nido y con esto en mente quiero llevarte a la palabra de Dios, a la parte final de la parábola del hijo pródigo.

Para ponerte un poco en contexto, el hijo ha vuelto, la familia está reunida, todos los siervos se están festejando, hay una enorme fiesta, todos están de fiesta, salvo uno, el hermano cucú de la historia, el hermano mayor.

Lucas capítulo 15, versículo 25.

Y su hijo mayor, sí Walter, me lo alejo ahora.

¿Está bien? ¿Te gusta? ¿Me escuchan todos? Abajo, arriba, así, ahí, más lejos, un poquito más lejos.

El tema es la barba, ¿viste? Es la barba, es un problema, yo cada vez que predico la barba, los pelitos de la barba con los pelitos de la nariz se ponen a conversar, así que siempre estoy arreglándome la nariz, no es que tengo moco, es simplemente una conversación que sucede ahí con la barba.

¿Está bien ahí? Perfecto, bien, gloria a Dios.

Lucas capítulo 15, versículo 25.

Lucas capítulo 15, versículo 25.

Y su hijo mayor, el hermano cucú de la historia, y su hijo mayor estaba en el campo.

Y cuando vino y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas.

Y llamando a uno de los criados, no habla directamente con el padre, no tiene una comunicación directa, va y habla con un criado.

Le preguntó qué era aquello.

Él le dijo, tu hermano ha venido y tu padre ha hecho matar el becerro gordo por haberle recibido bueno y sano.

Entonces se enojó y no quería entrar.

Salió, por tanto, su padre y le rogaba que entrase.

Mas él respondiendo dijo al padre, he aquí tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.

El cabrito, en mi opinión, el cabrito es un símbolo del demonio.

Están comiendo cordero, pero él quiere un cabrito, no tiene carne, es algo que es totalmente despreciable.

Y él dice, no me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos, pero cuando vino este tu hijo, no dice mi hermano, dice tu hijo que ha consumido sus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.

Él entonces le dijo, hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas, mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos porque este tu hermano era muerto y ha revivido, se había perdido y es hallado.

Esta es una de las películas producidas por Jesús que terminan mal.

Esta historia no termina muy bien.

Hasta pareciera que nos intenta decir algo más, hasta pareciera que tiene un final abrupto.

Y yo me hago esta pregunta cuando leo la historia, en este contexto que venimos hablando.

¿Qué pasa cuando no sos el centro de la fiesta? Pregúntale al que tenés al lado, ¿qué pasa cuando no sos el centro de la fiesta? ¿Sabés que hay gente que no puede vivir? ¿Hay gente que no puede vivir si no es el centro de la fiesta? ¿Conozco gente que en el entierro le gustaría ser el muerto? Viene a un entierro y no puede soportar que haya una persona ahí que le robe atención.

Va a decir, pero está muerto, la pasó mal, ahora está en paz.

¿Pero y a mí? Hay gente que no puede soportar no ser el centro de la fiesta.

O sos el festejado o no hay fiesta.

Esta es la manera de pensar del hijo Pedro.

Esta es la manera de pensar del hijo Pedro.