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Ilustres anonimos
Cuando todo se apaga

Cuando todo se apaga 5214m

4/5/2025 · 38:35
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Ilustres anonimos

Descripción de Cuando todo se apaga 5c1l5l

🎙️ ¡Saludos, oyentes de Ilustres Anónimos! Hoy encendemos velas en mitad de la oscuridad con el episodio: “Cuando todo se apaga: Historia de grandes catástrofes”. Un viaje por los momentos en que el mundo, literalmente o en sentido figurado, se quedó sin luz. ⚠️ ¿De qué hablaremos en este episodio? 🔥 Gran Incendio de Chicago (1871) Una vaca, un farol y 17 000 edificios reducidos a cenizas… para dar paso a los primeros rascacielos. 🌫️ La Gran Niebla de Londres (1952) Cinco días de smog letal y 12 000 víctimas que obligaron a legislar el aire limpio. 📉 El Crack del 29 Cuando la confianza se esfumó y el futuro cayó del tablero de Wall Street. ☠️ Bhopal (1984) El gas tóxico que dormía a los vivos y la negligencia que sigue contaminando décadas después. 🌍 Terremoto y tsunami de Lisboa (1755) Un seísmo que sacudió templos… y las certezas filosóficas de toda Europa. 🌊 Tsunami del Índico (2004) La ola que se tragó la Navidad, un recordatorio brutal de que la tragedia no entiende de pasaportes. 🗿 Pompeya (79 d. C.) La ciudad congelada en ceniza: arqueología del último suspiro humano. ☢️ Chernóbil (1986) El átomo desbocado que expuso la arrogancia tecnológica y la censura imposible del viento. 🌃 Apagón de Nueva York (1977) 25 horas sin luz que desvelaron la herida social de la Gran Manzana. 💥 Hindenburg (1937) 34 segundos en llamas que incendiaron el sueño de los dirigibles. 📚 Extras Especiales 🔎 Pequeñas grandes anécdotas: la vaca pirómana, grafitis en Pompeya, el “Oh, the humanity!” del reportero del Hindenburg. 📊 Datos de impacto: cifras de muertos, pérdidas económicas y leyes nacidas del desastre. 🚨 Consejos de supervivencia histórica: lo que no aprenderás en un simulacro moderno. 🌱 Reflexión Final Las catástrofes no avisan, pero también alumbran reconstrucciones, leyes y ciudades más fuertes. Depender de la luz —o de cualquier certeza— es humano; levantarnos cuando se apaga, también. 📣 Llamada a la Acción Si esta excursión por las sombras de la historia te ha encendido la chispa de la curiosidad, ¡compártelo! Deja tu comentario, cuéntanos qué catástrofe añadirías y recuerda: cuando todo se apaga, somos nosotros quienes volvemos a encender la linterna. 1uz17

Lee el podcast de Cuando todo se apaga

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

¡Bienvenidos al podcast de Ilustres Anónimos! Hay un momento exacto, preciso, matemático.

Las doce y treinta y tres del mediodía.

El sol brillaba en casi toda España, la gente comía, trabajaba, bostezaba en alguna reunión por teens o miraba el móvil disimuladamente bajo la mesa de una cafetería, de un bar.

Y entonces todo se apagó.

Literalmente.

Se fue la luz.

Un apagón a la antigua, de esos que parecen sacados de una España en blanco y negro, cuando el horno no tenía reloj y la televisión era una caja gorda y terca.

Pero no, fue esta semana, en dos mil veinticinco, y en toda España, o casi, menos las islas y Ceuta y Melilla.

Durante minutos, o para algunas horas interminables, la realidad se volvió silenciosa.

Las neveras dejaron de zumbar, los semáforos se rindieron, los routers murieron con dignidad, y lo peor, las máquinas de café de casa de la oficina dejaron de funcionar.

La gente salió a la calle, como en esas películas donde el mundo se detiene y la humanidad tiene que enfrentarse al misterio.

Algunos miraban al cielo, por si acaso, otros miraban a sus móviles esperando una señal que no llegaba, literalmente, sin señal.

El apagón fue desigual.

En algunos sitios volvió en seis horas, en otros en diez, y hubo lugares donde la oscuridad se instaló como huésped molesto, sin intención de irse.

Pero esto no es nuevo.

No es la primera vez que una ciudad, una nación o el planeta entero se queda sin luz, a veces por culpa de la naturaleza, otras por errores humanos y otras por pura estupidez colectiva.

Porque a lo largo de la historia ha habido momentos en los que el mundo se detuvo, en los que todo ardió, se derrumbó, explotó o simplemente se disolvió entre la niebla.

Hoy, en Ilustres Anónimos, vamos a viajar por esos instantes en los que la historia dijo ¿y si probamos con el caos? Desde incendios imposibles a catástrofes económicas, desde nieblas asesinas a errores nucleares, desde vacas incendiarias hasta ciudades engullidas por el mar.

Porque a veces, solo a veces, hace falta que se apague todo, para darnos cuenta de lo mucho que dependemos de lo invisible.

Bienvenidos al episodio de hoy, al episodio cuando todo se apaga.

Espero que haya sido una semana más o menos tranquila, a pesar de lo que ha pasado.

Que estéis todos muy bien, yo sé que mis amigos de fuera de vez en cuando también tienen sus apagones, pero bueno, esto en España casi que era novedad.

Así que hoy vamos a hablar de cuando todo se apaga, de la historia de las grandes catástrofes a lo largo de la historia.

Y dicho esto, y esperando que estéis perfectamente, vamos a pasar al contenido, así que empecemos.

Todo empezó con una vaca, o eso cuenta la leyenda.

La noche del 8 de octubre de 1871, en un humilde establo de Chicago, la vaca de la señora O'Leary decidió darle una patada a un farol.

Un farol de aceite, un establo de madera y una ciudad entera hecha de cerillas.

En cuestión de minutos, el fuego se alzó como si tuviera prisa, y la ciudad no tenía cómo frenarlo.

Chicago, entonces, era una urbe joven, ambiciosa y absurdamente inflamable.

Las calles, las casas, incluso algunas aceras, todo era de madera.

Hasta los tejados llevaban alquitrán, por si a alguien le parecía que la madera sola no era suficiente para arder bien.

Durante tres días, las llamas devoraron la ciudad como si se tratara de un banquete.

Más de 17.000 edificios.

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