
La Ciencia de la Gratitud: Cómo Agradecer Mejora Tu Salud | 324 385zd
Descripción de La Ciencia de la Gratitud: Cómo Agradecer Mejora Tu Salud | 324 4h266m
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Hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida una semana más a este espacio de Psicología y Desarrollo Personal. Soy Elena Echeverría, psicóloga y fundadora de psicoguías.com.
Hoy vamos a hablar de un tema que quizás ya hayas escuchado muchas veces, pero pocas veces lo hemos explorado con la profundidad que se merece. Esta semana vamos a estar hablando de la gratitud. No quiero que este episodio vaya a ser un recordatorio más de que deberías agradecer. Tampoco voy a proponerte que te repitas frases positivas sin sentido. Mi objetivo es que puedas comprender qué es realmente la gratitud, desde una mirada psicológica, qué papel juega en nuestro bienestar, en nuestra salud tanto física como mental, y cómo podemos entrenarla de una manera realista, útil, incluso en los días que no son difíciles.
Y para ello vamos a partir de uno de los estudios más conocidos y relevantes en este campo, donde se llevó la gratitud al ámbito de la ciencia. Tendrás toda la referencia de este estudio en la descripción del episodio. Pero antes de entrar con esta investigación, quiero que nos detengamos un momento a definir exactamente de qué estamos hablando.
Cuando hablamos de gratitud desde la perspectiva psicológica, no nos referimos simplemente a dar las gracias por cortesía o educación. La gratitud, tal como se estudia en el campo de la psicología positiva, es una disposición emocional y cognitiva que implica reconocer los aspectos positivos de nuestra vida, incluso cuando atravesamos dificultades.
Es una forma de mirar, de colocar el foco, de reconocer aquello que ya está y que muchas veces damos por sentado, un gesto amable, un día sin dolor, una conversación significativa, una oportunidad o incluso una dificultad que nos enseñó algo. La gratitud no implica negar el malestar ni forzarnos a ver el lado bueno de todo. No se trata de sustituir emociones como la tristeza, la rabia o la frustración. Se trata de ampliar la mirada, de poder sostener una experiencia emocional difícil y a la vez reconocer también algo por lo que nos sentimos agradecidos. No es blanco o negro. Es aprender quizás a ver esos grises.
Y esto no es solo un enfoque teórico, obviamente. La ciencia ha estudiado los efectos de practicar la gratitud de forma intencional y eso nos lleva al estudio que quiero compartir contigo.
Esta investigación es una de las más citadas sobre gratitud, donde se quería comprobar si llevar un registro regular de aquello por lo que las personas nos sentimos agradecidas podría tener un impacto real en nuestro bienestar físico y psicológico. El estudio se propuso responder a una pregunta muy concreta. ¿Qué ocurre cuando las personas dedican unos minutos a la semana a enfocarse en aquello por lo que se sienten agradecidas? ¿Cuál crees tú que van a ser los resultados a esta pregunta? Para ello se reunió a varios grupos de participantes y los dividieron en tres grupos o tres condiciones diferentes. El primer grupo es el grupo de gratitud. A estas personas se les pedía que una vez por semana escribieran cinco cosas por las que se sentían agradecidas.
Podían ser cosas grandes o pequeñas, cotidianas o excepcionales, desde una conversación con un amigo hasta el hecho de tener salud, pasar un buen día o disfrutar de una comida que nos guste. El segundo grupo es el grupo de las quejas o molestias. Aquí se les pedía a las personas que debían escribir cinco cosas que les habían molestado o que no les habían salido bien en esa semana, cosas por las que se sentían frustradas, irritadas o decepcionadas. Y el tercer grupo era el grupo neutro o de control. Las personas aquí simplemente escribían cinco eventos que habían ocurrido durante la semana, sin etiquetarlos como positivos o negativos. Este estudio duró diez semanas.
Cada semana los participantes hacían esta práctica durante unos minutos. Lo interesante es que no solo se analizaron estos textos que escribían, sino que también se midieron otros aspectos como el nivel de energía y vitalidad de los participantes, su calidad de sueño, su nivel de optimismo, su percepción del bienestar general, la frecuencia con la que hacían ejercicio y también cuántas veces iban al médico. Los resultados fueron muy claros. El grupo que practicó la gratitud de forma regular no tuvo problemas.
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