El Charlatán y Jack, 1/2 (Clive Barker) 2h1c4p

El charlatán no era capaz de adivinar por qué los poderes larga vida a su reinado larga vida a la luz que defecan sobre las cabezas de los condenados lo habían enviado desde el infierno para acechar a jack polo siempre que intentaba dirigir alguna discreta consulta por los cauces adecuados a su amo simplemente formulando la sencilla pregunta qué hago aquí recibía una rápida reprimenda por su curiosidad no era de su incumbencia le respondían lo suyo era actuar o morir intentándolo y tras seis meses de acosar a apolo el charlatán estaba empezando a considerar su propia extinción como la opción más viable este juego interminable del escondite no beneficiaba a nadie y provocaba una inmensa frustración en el charlatán éste temía sufrir úlceras temía la lepra psicosomática una dolencia a la que los demonios menores como el mismo eran proclives y lo peor de todo temia perder del todo los nervios y matar al hombre directamente en algún ataque y controlado de rabia al fin y al cabo quién era jack polo un hit portador de pepinillos por los huevos del levítico no era más que un importador de pepinillos su vida carecía de valor su familia era mediocre sus ideas políticas eran una simpleza y su teología inexistente el tipo era un cero a la izquierda una de las manifestaciones más anodinas de la naturaleza porque perder el tiempo con alguien así este hombre no era un fausto un hacedor de pactos un vendedor de almas este tipo no prestaría la más mínima atención ante una oportunidad de inspiración divina simplemente resoplar ia se encogerá de hombros y continuaría con sus importaciones de pepinillos sin embargo el charlatán se hallaba confinado en esa casa todas las largas noches y todos los largos días hasta que lograra volver loco al hombre o algo equivalente iba a ser un largo trabajo por no decir interminable si había ocasiones en las que incluso la lepra psicosomática le parecía soportable si ello significaba quedar apartado de esta misión imposible por su parte jack jota apolo continuaba siendo el hombre más inconsciente del planeta tierra siempre había sido así en efecto su biografía estaba plagada de las víctimas de su ingenuidad cuando su difunta y llorada esposa le engaño y al menos en dos ocasiones mientras él estaba en casa viendo la televisión pablo fue el último en enterarse y menudas pistas le dejaron hasta un sordo mudo ciego hubiera sospechado pero jack no se enfrascaba en sus asuntos y jamás detectó el tufo de colonia del adultero ni la normal frecuencia con la que su esposa cambiaba la ropa de la cama tampoco mostró mayor interés en los acontecimientos cuando su hija pequeña amanda le confesó su lesbianismo su respuesta fue un suspiro y una mirada perpleja bueno mientras no te quedes embarazada querida respondió y salió lentamente al jardín tan despreocupado como siempre qué posibilidades tenía la furia con un hombre como aquél para una criatura entrenada a hurgar con dedos entrometidos en las heridas de la psique humana pueblo ofrecida ofrecía una superficie tan glacial tan carente de marcas distintivas que la maldad era incapaz de encontrar un resquicio donde agarrarse los sucesos no parecían hacer mella en su perfecta indiferencia los desastres de su vida no parecían afectarle lo más mínimo cuando por fin se vio obligado a enfrentarse a la verdad sobre la infidelidad de su esposa los encontró follando en el baño no fue capaz de sentirse herido o humillado son cosas que pasa san se dijo a sí mismo al tiempo que retrocedía y salía del baño para dejarles que acabaran lo que habían empezado che será será el hombre susurraba esa maldita frase con monótona regularidad parecía vivir según esa filosofía fatalista dejando que los ataques contra su virilidad su ambición y dignidad resbalase sobre su ego como gotas de lluvia sobre su calva el charlatán tan mientras colgaba boca abajo del aplique de luz y más invisible que nunca había escuchado a la esposa de polo confesar todo a su marido y la escena le hizo estremecerse allí estaba la pecadora consternada suplicando ser acusada regañada incluso golpeada y en algún y en lugar de darle la satisfacción de su odio pueblo simplemente se encogió de hombros y la dejó que soltara su discurso sin interrumpirla ni una sola vez hasta que a ella ya no le quedaron más reproches finalmente la mujer