
Los celos de Yahvé por la diosa Asera. Ep. 28. Ex 34. 22r1n
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En Ex 34 aparece por primera vez la diosa Asera en la Biblia, en un contexto fuertemente sacerdotal que repite con insistencia la necesidad de someterse a Yahvé y la obligación de pagar impuestos a los sacerdotes. Es aquí donde se descubren sus celos por la diosa cananea, síntoma incómodo de la batalla por imponer el monoteísmo entre el pueblo hebreo. Un análisis detallado nos permitirá observar cuáles debieron ser los intereses doctrinales del autor. 0:00 Presentación 0:51 Introducción 3:09 Las cuatro partes heterogéneas 6:10 ¿Por qué se repite el pacto? 10:11 ¿Por qué insiste en los elohim de fundición? 15:29 ¿Por qué insiste en las fiestas anuales? 16:27 ¿Por qué entrega las tablas otra vez? 17:26 Conclusión 18:52 La consulta: la relación de YHVH y el número 6 (@entendiendotodo.63) 21:13 El comentario de la semana: el ego excesivo de Yahvé (@laslagrimasdeldragon319) Conviértete en miembro de este canal para apoyar mi trabajo y disfrutar de privilegios: https://www.youtube.com/channel/UCy3Ao0p7kCJ5iYF72macr7g/ Mi web literaria: www.javiercaravaca.com YT, TW, IG, FB: @caravacajavi TikTok: @caravacajavier Vídeo de @danahilmiguel @identi_ty360 Music by Epidemicsound. Puedes escuchar mi podcast en Youtube, iVoox, Spotify y Amazon Music. También los extractos más relevantes en IG, TikTok y FB. 1v1f3t
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En Éxodo 34 aparece por primera vez la diosa Asera en la Biblia, en un contexto fuertemente sacerdotal que repite con insistencia la necesidad de someterse a Yahvé y la obligación de pagar impuestos a los sacerdotes.
Es aquí donde se descubren sus celos por la diosa Cananea, síntoma incómodo de la batalla por imponer el monoteísmo entre el pueblo hebreo.
Un análisis detallado nos permitirá observar cuáles debieron ser los intereses doctrinales del autor. El pasaje de Éxodo 34 es fuertemente sacerdotal. Dieciséis veces se cita la palabra Yahvé, con una insistencia que desluce la calidad literaria. Este ejemplo es muy llamativo.
Éxodo 43, del 4 al 6. Como le mandó Yahvé, y llevó en su mano las dos tablas de piedra, y Yahvé descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Yahvé, y pasando Yahvé por delante de él proclamó, Yahvé, Yahvé.
Tal y como avanzamos en el episodio anterior de este resumen, se trata de un pasaje ajeno al núcleo narrativo de las leyes, el tabernáculo y los protocolos que abarca Éxodo 19 al 40, prácticamente la mitad del Éxodo, del cual podríamos prescindir de éste para entender la historia. Por tanto, lo interesante aquí será identificar la intención doctrinal del autor, como en los últimos dos episodios, que por algún motivo consideró necesario interrumpir la trama para insertar elementos sacerdotales con los que enfatizar el objetivo de su doctrina. El pasaje se articula en cuatro partes heterogéneas, con escasa trabazón entre sí, lo cual, además, es una característica habitual de los fragmentos de la Torah que han sido introducidos posteriormente con intención sacerdotal.
Da la sensación de que el objetivo fue insertar en la trama ciertos recordatorios, aprovechando un determinado argumento narrativo para enfatizar aspectos de la fe que son cruciales para la casta sacerdotal. Sin embargo, pese a que pueden parecer detalles rios imprescindibles, su potencia doctrinal suele conquistar la fijación de ideas fuerza que servirán después para edificar los principales dos más religiosos.
Vamos a ver cuáles son esas cuatro partes heterogéneas de forma sumaria. La primera, Yahweh renueva su pacto con Israel y hará las tablas de la ley otra vez. El segundo, Yahweh insiste en no hacer dioses de fundición. Ya lo sabíamos, pero insiste. El tercero, Yahweh repite el protocolo de las tres fiestas anuales que ya conocemos.
Y el cuarto, Yahweh entrega de nuevo las tablas después de 40 días y 40 noches, igual que la vez anterior. Como vemos, se trata de cuatro fragmentos redundantes y en apariencia innecesarios, que no aportan nada nuevo a la trama.
El primero es superfluo. El pacto de Yahweh e Israel se firmó con Abraham y fue subrogado a todos sus descendientes hasta Moisés de forma explícita. Por si fuera poco, en el capítulo anterior, exodo 33, la esencia del pasaje consiste simplemente en recordar el pacto y la tierra prometida.
El segundo no lo es menos, superfluo. No te harás el hojim de fundición, cosa que quedó suficientemente clara después de matar a 3.000 parientes por hacer un becerro de oro en exodo 32, hace muy poco.
Por no mencionar que ese era el segundo mandamiento. No hay tantos mandamientos.
El tercero es, si cabe, más aburrido todavía, repitiendo, y por tercera vez, el protocolo de la fe.
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