Cartas Abiertas - Programa 04 (05/03/2025) x1f6r

4 de marzo de 2025. Carta abierta número 4. La salud y la educación de la población. ¿De eso no se habla? El silencio grita más fuerte cuando de vulnerar derechos se trata. El discurso de inauguración de sesiones del año 2025 del presidente de la nación sorprendió, entre otras muchas cosas, por la ausencia total de referencias a la educación o a la salud de la república.

La omisión parece consistente con el progresivo desentendimiento durante el primer año del actual gobierno nacional sobre estas áreas. Salud y educación que, como hermanas gemelas, han compartido a lo largo de la historia argentina momentos de auge y momentos de retroceso. La generación del 80, muy reconocida por haber constituido la etapa fundacional de la educación laica, gratuita y obligatoria, fue también la generación de los higienistas, la de quienes pusieron límite a las graves epidemias de cólera, de disentería y de fiebre amarilla, flagelos que asolaban nuestro país. La de las obras sanitarias y la que contribuyó a hacer saludables grandes ciudades como Corrientes, Mendoza, Rosario, La Plata o Buenos Aires. Alberto Binder, en un excelente texto que denominó la sociedad fragmentada, justamente en los noventas ya advirtió sobre la cultura del naufragio.

Cementaba en esa época la metáfora del hundimiento del Titanic, en donde luego del hundimiento no había botes para todos y como sólo salvaron su vida los que viajaban en las clases más acomodadas. ¿Cómo impedir hoy la cultura del sálvese quien pueda? Al comienzo del curso de verano de este año, el ministro de salud de nuestra provincia, Nicolás Kreplak, hizo su presentación casualmente desde el despacho de su par de educación, Alberto Sileoni. Desde allí, precisamente, postuló que en los hombros de la salud y educación han recaído desde inicios del siglo XXI las políticas de inclusión basadas en un denso plexo legislativo, de remoción de barreras, de vigilancia de derechos de nueva generación, de compensación de desventajas relativas de una infinidad de minorías discriminadas a lo largo de la historia de nuestro país.

Minorías que sumadas pueden llegar a ser mayoría. Estoy hoy acá en la sede del Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires. En las políticas de inclusión somos el costado del Estado que tiene que pensar cómo las políticas de inclusión son sostenidas o no son destruidas. En el pasado fuimos los sectores del Estado a cargo de la universalidad. Hoy tenemos un rol central en la inclusión de quienes por diversos motivos quedaron segregados, discriminados.

Argentina fue pionera a nivel global de esta agenda de debate, a veces siendo la voz de los y las postergadas. Aún sin tener el desarrollo completo de nuestra economía y ciertas cuestiones de desigualdades sin resolver, dimos discusiones muy fuertes. Tenemos que continuar y fortalecer ese camino. Si uno de los calificativos que mejor describen los rasgos actuales del gobierno nacional es el de proponer una suerte de darwinismo social, resulta entendible que vea en salud y educación justamente sectores que resisten acompañar esas políticas.