
La Brújula de la Ciencia s14e22: La física de estoicos y epicúreos 404m71
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En el episodio de hoy no hablamos de ciencia moderna, sino de las ideas que tenían sobre el mundo natural dos escuelas de la Antigüedad, los estoicos y los epicúreos, que fueron fundamentales en el mundo helenístico y romano. Tan importantes fueron, y tan herederos somos nosotros de ese mundo, que su recuerdo ha llegado hasta nosotros: en el imaginario colectivo, el epicureísmo está ligado a la búsqueda del placer, y el estoicismo a cierta aceptación serena de las cosas tal y como nos ocurren. Ambas escuelas eran mucho más ricas que esas dos ideas, y hoy hablaremos sobre su faceta "científica", es decir, sobre cómo interpretaban el mundo natural. Descubriremos que ambas tienen algunas ideas en común con la ciencia moderna, aunque, de los dos, quizá los que más se nos acerquen sean los seguidores de Epicuro. Sorprendentemente, algunos de los preceptos éticos de estas escuelas emergen de su visión del mundo natural. Los estoicos, por ejemplo, veían a dios en el funcionamiento del universo, y como eran materialistas estrictos pensaban que el futuro estaba ya predefinido en el simple movimiento de la materia. Esto nos ayuda a entender de dónde salía esta aceptación del destino que ha llegado hasta nuestros días: el futuro está ya escrito, y además es el resultado de la voluntad de dios (digamos, de las leyes de la física). ¿Qué sentido tiene entonces oponerse a ese destino o incluso irritarse por él? Sin este elemento materialista y divino los estoicos no habrían sacado las mismas conclusiones. Este programa se emitió originalmente el 16 de mayo de 2025. Podéis escuchar el resto de audios de La Brújula en la app de Onda Cero y en su web, ondacero.es 6n5g53
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Bueno, y vamos a deshacer algunos entuertos y algunas confusiones clásicas, pero clásicas en el sentido literal, en el sentido estricto del término. ¿Cuánta gente hace referencia a los estoicos, para decir, bueno, personas resignadas? ¿El estoicismo? ¿O a los epicúreos, para hablar de los placeres, de la tendencia a abandonarse en el placer y en el hedonismo? Pero no siempre se cita bien esto, ¿eh? Del estoicismo y los epicúreos.
Bueno, hoy se quiere unir Alberto Aparizzi a esta reflexión. Vamos a hablar de la ciencia, siendo precisos, de la filosofía natural, de los estoicos y los epicúreos. ¿Qué decían en realidad, más allá de lo que ha llegado hasta nosotros por la sabiduría popular y de cómo su filosofía estaba ligada a la visión de la naturaleza? Por algo esta es la sección de ciencia de la brújula. Alberto Aparizzi, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Buenas tardes.
Muy contento de que dediquemos un ratito al mundo clásico. De ahí venimos todos.
Es verdad, es que se mancilla mucho el nombre de los estoicos y los epicúreos. Nosotros queremos aclarar. Vamos a empezar por sentar las bases. Recuérdanos quiénes eran los estoicos y quiénes eran los epicúreos. Bueno, pues se trata de dos escuelas filosóficas, de las muchas que hubo.
Ambas vienen de Grecia y aparecen, y esto es importante, en los años posteriores a Alejandro Magno, que es el momento en que los griegos se distribuyen por medio mundo conocido y entonces estas escuelas se van con ellos. Si tenemos que definirlos, bueno, esto siempre es difícil porque te dejas fuera cosas, pero digamos que voy a decir un titular de cada uno.
Vamos a decir que los epicúreos piensan que el bien supremo al que podemos aspirar es el placer, pero ojo, cuidado, primera corrección, no es un placer instantáneo, sino una especie como de promedio a lo largo de la vida y teniendo en cuenta que el exceso en algunos placeres luego hace que tengas resacas y cosas así. O sea, que cuidado. Mientras que los estoicos lo que hacen es poner el foco en la virtud, en la sabiduría y en saber aceptar nuestro destino, que vamos a hablar un poco de esto.
Los epicúreos vienen de Epicuro y uno de los estoicos más conocidos pues es Marco Aurelio, que nos dejó su reflexión, sus meditaciones. Bueno, yo por ahora, por lo que estás diciendo, veo aquí más ética que ciencia. Es verdad, efectivamente. Es que esto, digamos, lo que al final nosotros hemos puesto más el foco se debe a que el recuerdo de estas escuelas nos viene a través del mundo romano.
Y el mundo romano ponía mucho énfasis en la parte ética del pensamiento. Ya sabéis que era gente que se dedicaba un poco a las cosas prácticas. Bueno, pues vamos a llegar a la ciencia de estas escuelas a través de una cita. Una cita, precisamente, de un romano que dice de la siguiente manera. Es muy breve.
Todo mi ser se reduce a esto. Algo de carne, el aliento vital, la facultad rectora.
¿Reconoces al autor, Rafa? Bueno, vamos a ver, si me lo arrojases así en una conversación cualquiera me costaría. Pero teniendo en cuenta lo que estamos hablando, creo que ya lo hemos citado. Creo que es Marco Aurelio. Creo que es el político más filósofo de la historia o el filósofo más político de la historia. Pues sí, efectivamente, aciertas. Es un pasaje muy famoso de estas meditaciones que acabas de decir. Bueno, en ese pasaje, que luego sigue, él intenta convencernos de que la racionalidad es la parte más importante de nuestro ser.
Pero a mí me interesa porque es una afirmación muy rotunda y que él deja caer así con mucha naturalidad sobre de qué estamos hechos. Él dice que estamos hechos de carne, estamos hechos de aliento y estamos hechos de las leyes que rigen todo eso. Y esto es una de las pocas cosas que tienen en común las dos escuelas. Que es que estoicos y epicúreos son ambos materialistas. Son materialistas bastante estrictos y en eso se parecen a la ciencia moderna.
Porque creen que los fenómenos, incluido el ser humano, se pueden explicar por cosas que los curan a la materia. Las cosas están hechas de materia y esas cosas han de explicar el mundo.
Creen, por tanto, en el mundo físico y en que podemos explorarlo mediante los sentidos. En eso también se parecen a la ciencia. Claro, pero la materia de la carne y de la facultad rectora no parecen materias del mismo tipo. Vale, vamos a tener que meternos un poquito más adentro para entender eso. Y además, en estos detalles, las dos escuelas ya no estarían de acuerdo. Porque, de hecho, se llevaban bastante a la greña. Los estoicos no podían ver a los epicúreos y los creían que eran unos relamidos.
Los epicúreos eran atomistas estrictos. De hecho, son de las pocas escuelas que creían de verdad firmemente en los átomos. Ellos pensaban que el mundo estaba formado por cosas muy pequeñitas que nuestros ojos no veían, que se mueven en un vacío y que no hay nada más que eso. Hay átomos y vacío. Entonces, los átomos chocan unos con otros, a veces forman agregado, como puede ser la carne de un ser humano, y todo el misterio está en que somos conglomerados muy complicados de átomos.
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