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La Brújula de la Ciencia
La Brújula de la Ciencia s14e12: La crisis del Mesiniense, cuando el Mediterráneo se secó

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20/2/2025 · 10:41
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La Brújula de la Ciencia

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Hoy viajamos en La Brújula a un tiempo pretérito. No tan lejano a nosotros, pero sí lo suficiente como para que no reconociéramos una parte de nuestro planeta. Los que vivimos a orillas de ese mar, crisol de civilizaciones, que es el Mediterráneo, no daríamos crédito si nos dijeran que hace seis millones de años el mar se secó casi por completo. El estrecho de Gibraltar, que es su única conexión con el océano, se cerró, y en el transcurso de unos pocos miles de años la cuenca entera se había secado, salvo los pocos lugares donde desaguaban los ríos que aún hoy siguen existiendo. A este episodio lo llamamos la crisis salina del Mesiniense, y es adonde nos vamos a trasladar hoy, para tratar de entender por qué ocurrió, cómo sabemos qué ocurrió, y más interesante todavía: cómo terminó. Un episodio similar, y en parte relacionado con éste, lo contamos en el capítulo s10e44. En él hablamos de Paratethys, el lago más grande del que tenemos noticia, que ocupó buena parte de Europa oriental y los llanos de Asia occidental durante varios millones de años antes de la presente glaciación. Detalle curioso: Paratethys aún existía cuando se produjo la crisis del Mesiniense, y no se descarta que el Mediterráneo volviera a llenarse parcialmente durante la crisis gracias al agua de este lago gigante. Este programa se emitió originalmente el 24 de enero de 2025. Podéis escuchar el resto de audios de La Brújula en la app de Onda Cero y en su web, ondacero.es 3i6b4

Lee el podcast de La Brújula de la Ciencia s14e12: La crisis del Mesiniense, cuando el Mediterráneo se secó

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Ustedes saben que en nuestra sección de ciencia nada de lo humano nos es ajeno, es más, nada de lo humano ni de lo extraterrestre, porque en este programa somos muy viajeros y tan pronto nos vamos al planeta Marte como regresamos al pasado para acompañar a Jordan o Bruno en sus vagabundeos por Europa. Me ha prometido hoy Alberto Aparici que nos va a llevar a un viaje que no los dejará indiferentes. Aparici, ¿qué tal? Buenas tardes. Muy buenas tardes, encantado de estar aquí un día más. Ya ves que estoy creando expectación en torno del viaje que me has preparado.

A ver, ¿a dónde quieres viajar en esta brújula de la ciencia? Pues mira, no os lo voy a decir yo, que nos lo diga esta canción que suena ahora. Oye, basta nada, eh, dos compases. Vamos, por favor, ya nos vuela Mediterráneo.

Es mi canción favorita, a ver, que lo sepas, Rafa, yo me siento muy representado por esta canción, y bueno, he escogido esta canción no solo porque me gusta mucho y me parece muy guay, sino porque nuestro viaje de hoy es precisamente ahí, al Mediterráneo.

Hombre, pues sí, es un destino estupendo. Yo creía que nos ibas a llevar a algún sitio más exótico, pero bien está, bien está el Mediterráneo.

A ver, es que el secreto de hoy no es el dónde, sino el cuándo. Porque el Mediterráneo, como bien dice la canción, se extiende de Algeciras a Estambul, pero eso no ha sido así siempre.

Hubo un tiempo, hace muchos, muchos años, en el que el Mediterráneo era bien distinto porque estaba seco. Y si viajáramos ese tiempo, pues no veríamos un mar, sino que nos situaríamos en Valencia y veríamos una enorme extensión de tierra y sal, y podríamos caminar por lo que ahora es el fondo del mar desde Valencia y ver hacia el este unas montañas muy grandes, y esas montañas pues resulta que son las Islas Baleares, porque las Islas Baleares salen por encima del mar porque son montañas muy altas, ¿no? Y todo esto que estoy diciendo, que suena un poco como a ciencia ficción, no es ciencia ficción, es ciencia y es el pasado del mar Mediterráneo.

El pasado de nuestro mar Mediterráneo. Oye, ¿y cómo derremote es ese pasado? ¿Estamos hablando de que nuestros antepasados podían haber caminado por el fondo marino? Bueno, la respuesta a esta última pregunta es sí, pero antepasados tan remotos que no los llamaríamos humanos todavía. No hubo ningún humano que tuviera esa oportunidad, porque esto que acabo de contar pasó hace entre 5 y 6 millones de años.

Y esto es antes de las glaciaciones, antes del género Homo, sí que había antepasados nuestros en África, lógicamente, pero serían lo que hoy llamamos ardipithecus, ni siquiera eran los australopithecus que vendrían después.

Y seguramente estos hipotéticos caminantes, aunque cuando pensemos en un mar seco, y digo además que está lleno de sal, porque claro, al evaporarse se queda toda la sal en el suelo, pensamos en un desierto, pues seguramente no se encontraron un desierto cuando caminaron por ese mar.

Porque para empezar, los ríos seguían funcionando igual. El mar se había evaporado, pero los ríos continuaban su camino a través del lecho seco del mar y desembocaban, seguramente, esto no estamos demasiado seguros, en dos o tres lagos.

Lagos que serían muy salobres, posiblemente serían parecidos al Mar Muerto, y que estarían en las regiones más profundas del Mediterráneo, que es por ejemplo el Mar Tirreno, entre Italia y Cerdeña, y también entre Sicilia y Grecia, esas son las partes más profundas, pues probablemente esas partes no se llegaron a secar del todo.

Hay una cosa que siempre que nos cuentas estos descubrimientos yo me pregunto, que es que todo esto que nos estás contando, ¿cómo lo sabemos? Pues yo supongo que habrá evidencias científicas de estas cosas, pero ¿cómo las encuentran? Bueno, las hay, pero las primeras que se obtuvieron fueron las que se obtuvieron por pura suerte, porque resulta que algunas rocas marinas habían emergido, estaban en los continentes y se pudieron encontrar ahí, se encontraron en el siglo XIX, pero las evidencias de verdad de buena calidad se encontraron a partir del año 1970, y es extremadamente caro obtenerlas.

Y eso significa inmediatamente que no tenemos un mapa en detalle del Mediterráneo de esta época, tenemos un mapa pues más o menos a grandes rasgos, digamos. Por ejemplo, te cuento una de estas evidencias, sabemos que bajo el suelo marino a unos 100-200 metros de profundidad, si te sales, no sé, 10 kilómetros hacia el mar, pues en ese suelo marino a 100 o 150 metros de profundidad están las rocas que se formaron durante esta época, y lo que sí hemos hecho es algunas expediciones para perforar el suelo, que es lo que es increíblemente caro, y sacar una muestra de 200 metros de profundidad y ver lo que hay. Y lo que vemos es, sobre todo, lo que ya he dicho, piedras muy ricas en sal, la sal que se quedó cuando se evaporó el agua.

Pero vemos otra cosa que son muy interesantes también. Encontramos en ese registro geológico de esta época, pues vemos...

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