
El asesinato de Sara Millerey: radiografía de una violencia estructural z5x35
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El asesinato de Sara Millerey expone la violencia que enfrentan las personas trans en una sociedad donde la intolerancia aún se disfraza de opinión. Este artículo analiza su caso desde la psicología social, denunciando la transfobia estructural y exigiendo respeto, justicia y memoria. Se llamaba Sara Millerey. 576k4b
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Te doy la bienvenida a Psicología y un café, un espacio donde, con una taza en mano, exploramos lo cotidiano desde una perspectiva psicológica.
Soy Sandra Taméz y en cada episodio te invito a reflexionar sobre emociones, relaciones, hábitos y esos dilemas de la vida diaria que muchas veces pasamos por alto.
Sin tecnicismos, sin rodeos, solo una charla cercana para ver si logramos entendernos mejor y el mundo que nos rodea.
Así que prepárate tu café o tu bebida favorita, ponte en un lugar cómodo y acompáñame en esta conversación.
Empezamos.
El 4 de abril del 2025, en el municipio de Bello, departamento de Antioquia, Colombia, Sara Miller-Rey, una mujer trans de 32 años, fue brutalmente golpeada, arrojada a una quebrada y dejó de existir el 5 de abril del 2025 debido a las graves lesiones sufridas.
El crimen fue grabado y difundido en redes sociales, generando indignación y movilizaciones en Colombia y a nivel internacional.
Y los asesinos aún no han sido capturados.
El asesinato de Sara Miller-Rey, una mujer trans, no solo nos duele como sociedad, sino que también nos confronta a la raíz de nuestras creencias más profundas sobre la identidad, el odio y la intolerancia.
Este no es un episodio fácil, pero sí es necesario.
Hoy vamos a sumergirnos en este tema desde la psicología social, porque entender lo que llevó a su muerte es fundamental para que podamos empezar a prevenir que más vidas sean arrebatadas por el odio.
Sara era una mujer trans, y aunque el crimen se presenta como un asesinato aislado, lo que nos revela es una problemática más grande, la transfobia, el racismo y la homofobia que siguen impregnando nuestra sociedad.
No estamos hablando de una víctima aleatoria, estamos hablando de una persona que fue atacada por su identidad de género.
Es importante destacar que este crimen no se limita a una tragedia personal, es el resultado de una cultura que permite la violencia contra las personas trans, a menudo invisibilizándolas y deshumanizándolas.
Y es ahí donde entra la psicología social, porque ¿por qué la transfobia y la homofobia siguen tan arraigadas en nuestra sociedad? ¿Cómo los discursos de odio se convierten en parte de nuestra estructura social? Para entender esto, necesitamos hablar de las dinámicas de grupo que se producen en sociedades divididas.
La teoría de la identidad social de Henry Tafel nos ayuda a comprender cómo, en las sociedades contemporáneas, las personas tienden a crear nosotros y ellos para sentirse parte de un grupo.
¿Qué significa esto en términos de odio? Cuando alguien es percibido como diferente, el grupo dominante suele crear una narrativa de exclusión, y eso lleva a la discriminación.
En el caso de la transfobia, no solo estamos hablando de una actitud individual, estamos hablando de un sistema social que ha normalizado el odio hacia las personas trans, construyendo imágenes erróneas de ellas.
Estas construcciones sociales son peligrosas ya que abren la puerta a la violencia, y no solo la violencia física.
La violencia simbólica también es una forma de opresión constante cuando los medios, los políticos y la sociedad en general no reconocen a las personas trans como seres humanos completos.
Es así que están contribuyendo a este odio sistemático.
¿Y qué significa la violencia simbólica? La violencia simbólica es una forma de agresión que no se ve a simple vista, pero que afecta profundamente a las víctimas.
Por ejemplo, cuando un medio de comunicación o una persona se refiere a Salah Millaray por su nombre anterior o utiliza pronombres incorrectos, está cometiendo violencia simbólica.
Esa es una forma de negar la identidad de una persona, de borrar su existencia tal como ella se define.
No es solo un error o un descuido, es una agresión.
Es un acto que refuerza la idea de que la vida de una persona trans no tiene el mismo valor que la de cualquier otra persona.
Por eso, cuando hablamos del asesinato de Sarah, no podemos hablar de ella sin reconocer su identidad como mujer trans.
Esto es esencial para visibilizar el crimen y también para honrar su memoria.
En este contexto, muchas veces escuchamos frases como la homofobia es solo una opinión.
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