Analizamos al equipo Red Bull F1 2025 733d10

Hola, ¿qué tal, qué tal, qué tal? Sean bienvenidos a la Ventana del Motor.
Hegemonía, dominio, palmarés, sin opciones para los rivales, todos los récords posibles…
Pues sí, hoy toca hablar de Red Bull, ese equipo que nace del marketing y que termina
siendo el equipo temido por todos. Vemos su historia, analizamos el equipo y sus pilotos…
¡Vamos para allá!
¿Cómo pasamos de vender latas de bebidas energéticas a ganar mundiales de Fórmula
1? Efectivamente, hoy hablamos de Red Bull, ese equipo que le teníamos más miedo que
Froyland que le suena el despertador a las 7 de la mañana. Ese equipo.
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un montón, es gratis, así que vamos a darle caña.
Pero bueno, hoy vamos a lo que vamos, Red Bull, su puta madre de Red Bull, ¿no? Yo
creo que ha sido un equipo que en algún momento de la existencia de Red Bull hemos odiado
por A y por B, pero lo hemos odiado, ¿no?
Nuestra historia, la historia de hoy, comienza en los años 80, cuando un empresario austriaco
llamado Matthijs, perdone hoy también la pronunciación, perdone todas las pronunciaciones
porque me parece que no es lo mío, nota que el coleguito este estaba de vías en Tailandia,
¿vale? Ahí descubre una bebida energética llamada Karting Den, que básicamente es Red
Bull, era Red Bull pero en modo beta, ¿vale?
Al empresario austriaco, ¿vale? Le encanta, decide comercializarla en Europa con una
fórmula un poquito más ajustada y el resto, pues, es historia, ¿no? Se vuelve multimillonario
vendiendo una bebida que básicamente convierte a la gente en búhos hiperactivos, en unas
raves, ¿no?
Pero lo dicho, este chaval no solo quería vender latas, quería que Red Bull estuviera
ligado a la adrenalina y a la velocidad, y no hay nada más rápido que un Fórmula
1. Bueno, tal vez los cambios de humor de Marvel Chapman, ¿no? Pero bueno, a eso llegaremos.
Red Bull empieza, pues, patrocinando a equipos como Sauber en los 90, pero se dan cuenta
de que eso es como ponerle a un barco, el nombre a un barco, pues, sin ser el capitán,
no quería un simple logo, sino quería un monoplaza y quería su propio equipo.
En 2004 Ford pone a la venta Jaguar Racing, ¿vale? Un equipo que había heredado los
restos de Stewart GP y que básicamente, pues, gastaba millones, pues, sin lograr nada relevante.
Red Bull ve la oportunidad, compra el equipo por un dólar simbólico y aquí nace Red Bull Racing.
Lo único que le faltaba ahora era gente que supiera de Fórmula 1 y que no se gastaran
todo el presupuesto que tenían en fiesta. El comienzo de esta aventura en 2005, ¿vale?
Con David Currall, todo el mundo lo conoce, ¿no? El veterano escocés que siempre tenía cara de
haber olvidado las llaves de casa. Lo fichan como piloto estrella. Para dirigir a la escudería
fichan también a un tal Christian Horner, un tipo que hasta ese momento dirigía equipos en la
Fórmula 3000 y tenía más pinta de vendedor de seguros de estos pesados, ¿no? Que de jefe de
un equipo de Fórmula 1, pero bueno, ahora lo vemos en la actualidad y ha conseguido cositas, ¿no?
Red Bull entra en la categoría como un equipo fresco, un equipo diferente, más preocupado por
la imagen y las fiestas en Mónaco que por ganar campeonatos, no es broma. Cada año organizaban
eventos con modelos, DJs, disfraces ridículos, mientras que Ferrari y McLaren parecían empresas
serias. Red Bull tenía un ambiente de haz lo que quieras mientras vayas rápido y punto, ¿no?
Muchas fiestas, muchas pasarelas, ¿no? Pero había un problema, no eran suficientemente rápidos. Si
tenían buenos resultados ocasionales, pero nunca era para pelear por títulos, ¿no? Entonces en 2006
fichan a Adrian Newey, el ingeniero estrella que había diseñado coches campeones como William y
McLaren.