
Acerca de lo que llaman Daimon. 536i4l
Descripción de Acerca de lo que llaman Daimon. 5w154
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En el principio era el verbo, en el principio era el número, en el principio era el sonido.
Soy Gaspar, esto es Citra, Musical Hermetic Music.
Entendiendo que la luz ilumina cuerpos hechos de materia o tiniebla, la parte que ilumina no puede considerarse luz misma, ni la parte que deja en umbra puede conocerse por ser sombra o materia misma. El zodiaco musical. Con motivo del aniversario del especulatorio, quiero como su conformador y primer espada, decir algo fresco y guardar cierta lijanía con la vigarrada necesidad de hablar de autores y justificarse en la tradición, o no, para hacerlo.
Me van a disculpar, pero a veces es mejor transmitir de primera mano lo que filtran las luces que han sido derramadas en las insones veladas propias, delante de la máquina de escribir y en presencia de la musa. Hay mucho de lo que acompaña la presencia de ésta que responde al secreto. He dicho y sostenido por años que la musa es real. La concepción que se tiene, normalmente, es la de un capricho retórico del artista o una flatulencia poética del extravagante. Y el artista extravagante puedo ser, pero no sin estructura. Nada de lo que he tejido ni tejo lo hago al azar. Ni hablo, ni he hablado, ni hablaré por hablar.
No voy a detenerme en justificar nada de lo que diga con argumentos, pues todo está allá. Entiéndase al modo que ha de entenderse. Justificado. Para hablar de la musa hay que hacerlo del daimon.
El daimon es el espíritu tomando el control como aurila del alba y supone un renacer. Uno no vuelve a ser la misma persona tras conocerlo, aunque quiera. A partir de entonces viene una soledad que no se puede explicar. El individuo pasa a formar parte del mito. No hay distinción entre mi vivencia y los mitos. Por esa razón, en cuanto pude, me hice con un huerto y no habiendo abandonado hasta ahora los trabajos menores, ¿pero qué hacen que mis pies toquen la tierra me he mantenido en este mundo? Es en mis libros, en mi enseñanza y en el especulatorio, que es enseñanza y es divulgación marcial, que otorgo alimento al daimon.
En esos elementos la razón de haber recalado en este tiempo se hace patente. En el viaje espiritual me he ido encontrando varias reseñables cuestiones sobre la espiritualidad y la tradición. La primera, que llaman espiritualidad a cualquier cosa y que con creces la disciplina que más empeora el término es la astrología.
La mayor parte de la astrología es una intelectual, como lo es la mayor parte de la ciencia. Una serie de normas que enseñan porque sí, dado que no confían en las capacidades del estudiante en llegar a la médula, al verdadero por qué de lo que se estudia. Simplemente, como ocurre con los dirigentes actuales, tratan como niños incapaces de guiarse por sí mismos a sus adeptos. Yo siempre he tenido la mayor consideración hacia el estudiante.
Para mí, enseñanza sí ha sido puesto en la mesa llegar a la causa de las cosas, sobre todo en el especulatorio, donde he compartido conocimientos de la musa en una única copa de la que con merecimiento se puede beber y seguir bebiendo según la pureza del que se acerca. Es cierto, todo tiene que ser dosificado y, de nuevo, ello no indica que se trate de incapaz al alumno, pues el especulatorio enseña de forma más adecuada y a personas según sus actitudes.
Pero siempre para llegar a la médula, al corazón, a la sangre, a la luz. ¿Qué si no? Ahí donde habita el Daimon es hacia donde habla. Por tanto, la mayor parte de la espiritualidad y ciencia me parecen pérdidas de tiempo y dinero. De lo segundo con la espiritualidad y lo primero con la ciencia, quién lo diría. Lejos quedan las efervescentes épocas científicas de Kepler, Senn, Hirscher, Laplace.
Lejos quedan las sapienciales de los neoplatónicos de Pichino, Pico, de la escuela de Alejandría, la de Atenas, la escuela pitagórica. Digo lejos de otros las cosas como son, pues la cursilería tiene su final y el estudiante tiene que saber qué hay y qué no hay, dónde va a estudiar o dónde se va a ir. Pero hay espacio fértil para el desarrollo de los estudios, para la esperanza en llegar a algo substancial, algo que tiene que ver con la vida.
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