2x02 El triple crimen de Elche. Alicante (2022) 283j12

Hola, mentes curiosas. Bienvenidas a este nuevo episodio de Ments Criminalis, un podcast de crímenes y criminología en el que os cuento casos reales de España y de Europa.

Yo soy Patri y la psicología y el true crime son mi pasión. Ya estamos en el segundo episodio de esta segunda temporada. Estoy aún adaptándome al ritmo de publicar cada semana, pero estoy muy contenta de poder seguir trayendo casos interesantes y complejos, como el que os tengo preparado para hoy. Pero antes de empezar, os recuerdo que este podcast está disponible en YouTube y en Evox, y que me haría mucha ilusión que me sigáis, me recomendéis y comentéis los episodios. Además, si queréis apoyarme para que siga creando contenido, podéis donarme una pequeña cantidad, desde un euro, lo que equivale a invitarme a un café, entre comillas, a través de la plataforma Ko-Fi. Los enlaces los dejo en la descripción.

Y volviendo al tema que nos ocupa, se me ocurrió tratar este caso, el caso de hoy, porque recuerdo que en su día, cuando sucedió, me conmocionó bastante y lo seguí en los medios. Me llamaba mucho la atención que alguien tan aparentemente inofensivo pudiera hacer algo tan horrible, y no paraba de preguntarme por qué, qué había sucedido en su cabeza para tomar esa decisión tan radical, qué había fallado, en qué punto se habían torcido los mecanismos que nos conectan con otras personas y nos advierten de que matar a otros tiene consecuencias.

También me preguntaba cómo podría esa persona vivir a partir de ese momento, cuando se diera cuenta de lo que había hecho. Siempre me hago este tipo de preguntas, pero las respuestas me inquietan todavía más cuando el crimen ha sido cometido por un menor, por alguien muy joven. El caso del que hoy os hablo me vino a la mente después de ver una serie en Netflix titulada Adolescencia, en la que un chico de 13 años mata a una compañera de clase movido por una ira incontrolable a causa de ciertas ideas transmitidas a través de Internet. El caso de hoy no se parece en ese sentido, pero me hizo pensar en la mente de ese niño, que algún día quizás se dará cuenta de lo que hizo y, con suerte, se arrepentirá, pero tendrá que aprender a vivir con ello.

Pensé en los errores que todos cometemos a cortas edades, cosas que hacemos sin querer o queriendo pero sin calcular el precio a pagar, cosas que dañan a otros o que nos dañan a nosotros y que nos dejan huella. Por suerte, solo para unos pocos ese error es algo tan horrible como un asesinato. El crimen del que hoy os hablo es el llamado triple crimen de Elche o del parricida de Elche, un niño de tan solo 15 años que asesinó a toda su familia con una frialdad sobrecogedora, que asumió lo que había hecho sin emocionalidad alguna y que dejó a los investigadores atónitos, porque no era un crimen que se viera venir.

Nadie en su entorno, ni familia, ni amigos, ni compañeros o profesores, hubieran podido imaginar nunca que ese chico tranquilo e introvertido se convertiría en un asesino.

En este caso no conocemos ni el nombre ni detalles sobre la vida de la familia protagonista de esta historia, como en la mayoría de los casos cuyos autores son menores en España, ya que se encuentran al amparo de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor del año 96, que garantiza la privacidad y anonimato de los menores implicados en procedimientos judiciales, tanto si son víctimas como si son presuntos autores.

Sí sabemos que se trataba de una familia de clase media humilde que vivía en una casa de campo en una pedanía de Alicante. En algunos medios dicen que residían en la pedanía de La Hoya y otros en Algoda. Ambas son pequeñas localidades de Alicante, muy cerca de Elche y separadas por apenas 7 kilómetros. En cualquier caso, la vivienda de la familia