25 años del Virus I love you 334q1b

Espías, terroristas, corruptos, pillos, truanes, drogas, falta de escrúpulos y una maravillosa novela, un thriller de Jorge Díaz. Jorge, muchísimas gracias por haber venido a 24 horas y buenas noches. Gracias a vosotros, buenas noches.

Y no sé si Jordi Colominas le ha podido hincar el diente ya al espía.

No le he podido hincar al diente, pero debo decir, hola Carlos o la audiencia, que conozco bastante a Jorge Díaz y que si está por ahí, pues un abrazo muy grande, por favor.

Sí, justo le pillas saliendo ahora mismo de aquí del estudio, que nos está firmando su novela, una novela que merece mucho la pena y te va a encantar, porque habla de esa Barcelona de la psicalíptica, del couplet y una historia de espías, bueno, una cosa verdaderamente apasionante. Pues iremos a ello, sí, sí.

Además, hablando de este mes de mayo, entre conmemoraciones también precisamente bélicas, aniversarios, estamos creando para el futuro como la elección del Papa León XIV, no damos abasto a la hora de encender y apagar esas velas de la historia, ¿no? El lateguillo de esto es histórico. Sí, sí, y más que habrá, tal como van los acontecimientos, en su espiral interminable de acelerarse sin parar. Es difícil determinar en qué momento empezó a ocurrir esta aceleración, pero mira, justo hace 25 años sucedió un hecho, en principio aislado, con mucha fuerza para definir aspectos de nuestra época.

Y nos situamos, 4 de mayo del año 2000, cuando muchos ordenadores reciben un correo electrónico de hermoso título. I love you. I love you. Y recordemos cómo en esa época, creo yo, aún alucinábamos muchísimo con todo el mundo de Internet, por eso, creo, recibir un correo así tampoco era raro, entonces mandábamos muchos personales que aún, por cierto, no se supeditaban a un ritmo desenfrenado y hasta podían recordar, aquí los más ancianos y los de nuestra quinta lo recordarán, pero los otros no, podían recordar a cartas.

Así se escribían, con ese formato. De hecho, ese I love you del título podría recordar el final de muchas de ellas, ¿no? De hoy y de antes.

Un día podríamos preguntar, de hecho, a los oyentes si aún escriben cartas o postales porque era algo bellísimo y además el ritmo de escritura era muy distinto al de los emails.

El tema es que ese I love you fue un poco como el caballo de Troya al llevar consigo un regalo envenenadísimo. Y poderoso, ¿eh? Tanto como para cambiar el mundo en un clic, apenas. Que si te fijas, también es una expresión más bien del siglo XXI. Ese 4 de mayo de 2000, muchos s del correo electrónico recibieron I love you y lo que siguió a continuación fue una bomba nunca, mejor dicho, inédita.

Al abrir el mail, este infectaba al ordenador, haciéndose con la libreta de direcciones del receptor para poder, como no, vitalizarse. Y me da que hemos dado con la palabra de palabras, virus. Que, como bien es sabido, no es ni mucho menos una palabra nueva y la encuentro muy fascinante por evolucionar y modificarse con el tiempo, lo que, por lo demás, suele ser bastante normal. Virus remite a veneno y, con toda probabilidad, proviene de virulento.

Así son esos dos virus, virulentos, también misteriosos. ¿Se supo, Jordi, quién había mandado ese primer mail del virus I love you? Pues sí, y como es lógico, aquí también aportaremos más novedades de ese mayo de 2000. Onel de Guzmán es el nombre e intuyó haber sido el causante. Hoy diríamos que era un hacker victorioso en ese instante porque la legislación de su país, Filipinas, como es comprensible, entonces no tenía medidas contra delitos de este tipo en Internet.

Es decir, aprovechó el vacío y se convirtió en el creador del primer gran virus de la red que le sirviera para ser considerado también como un héroe filipino, casi.

Sí, sí, tal cual, un héroe, porque a ver, Filipinas tampoco era o es muy conocido por sus éxitos informáticos. Así fue como Onel de Guzmán, a ver, pese a ser victoreado, etcétera, etcétera, pasó del mal al bien y se puso a trabajar en empresas de ciberseguridad del Reino Unido y en cierto sentido así expió ese pecado original.

Pero antes había sido pionero de una era, ¿no? Porque tenemos datos exactos del número de ordenadores que logró infectar con su I love you.

Sí, aquí hay dos factores. El primero es que no tantos dispositivos entonces se conectaban a Internet. Las fuentes no nos ofrecen cifras muy fiables, pero algunas hablan de 3,7 millones de ordenadores infectados, mientras las más bestias comentan como I love you contagió a más de 50 millones de computadores, lo que sería el equivalente del 10% de los que disponían ese año 2000 de conexión a la red.

En esto de la viralidad y de hacer infecciones en ordenadores, el factor cantidad es importante, ¿no? Pero no sé si se relaciona también con la calidad.

Pues te diría que sí, por una cuestión muy cabal.