07. Daniel Sancho: ¿toda? la verdad (Parte II) 5kx2j

Hola, soy Carmen Basteiro y esto es Mis Crímenes. Yo ya estoy lista para volver a la isla de Copangang y seguir con el caso de Daniel Sancho. ¿Tú qué tal? Recuerda que esto es una segunda parte. En la primera, en el anterior episodio, hablamos del crimen y de la primera versión ofrecida por Sancho. En esta parte del episodio hablaremos del proceso judicial y de las últimas noticias que tenemos sobre lo sucedido.

Daniel Sancho acaba de confesar ante la policía tailandesa el crimen de Edwin Arrieta. La clave de esta primera confesión, como verás ahora, es que Daniel Sancho aceptaba premeditación y por favor quédate con esto. Es decir, como te conté en el anterior episodio, Daniel había ido a comprar unos cuchillos al supermercado Big C para acabar con la vida de Edwin. Daniel también había cambiado de alojamiento para ponerse las cosas más fáciles, mejor en un bungalow que en un hotel en el que te puede escuchar cualquiera hacer cualquier cosa.

A estas alturas, es el día 6 de agosto, tres días después de que encontraran restos humanos que podrían ser de Edwin, Daniel ya ha llamado a su padre, Rodolfo, y a su madre, Silvia.

También a su abuela.

Sobre el padre del actor, ¿recuerdas que en el anterior episodio te dije que había actuado en Al salir de clase? ¿Recuerdas que comparé Al salir de clase con la serie de mi época comparable y con euforia? Pues te aclaro, en uno de los comentarios de iVoox me dijeron que es más parecida a Élite. Y es cierto. Gracias, querida... querida es la persona que dejó el comentario. Gracias, muchas gracias por el apunte.

Como te decía, que me pierdo. El padre de Daniel, Rodolfo, está viajando hacia el país y ya le han conseguido un buen abogado en Tailandia. Es el reconocido Khun Anan, que se traduce como Sr. Anan. Todo apunta a que este abogado le recomienda a Daniel Sancho, que mantenga la primera versión, que colabore en todo lo posible y que buscarán atenuantes para conseguir la mejor pena posible.

Sobre los atenuantes. De acuerdo al libro Muerte en Tailandia, y esto solo lo he leído en este libro escrito por el periodista Joaquín Campos, Daniel Sancho había pedido una consulta psiquiátrica días antes del crimen. Como te digo, tómalo con vizas, yo solo lo leí en este libro y no entraré en más detalles.

Esa misma noche, en medios de comunicación españoles, Daniel Sancho entra en directo y cuenta que la policía lo está tratando genial, que están yendo a cenar a un restaurante muy bueno... A ver, en fin... Un esplependo.

Con esta estrategia a la que apuntan a un asesinato premeditado pero con atenuantes, parece que está de acuerdo Sir Bebrón Chaló, la madre de Daniel, y en principio también Rodolfo Sancho, el padre.

Aquí te doy mi opinión, parece que todo hubiera sido más sencillo si hubieran seguido así.

Pero, queridas y queridos, show must go on, y ahora entran en escena tres personas que se van a llevar el show en este episodio.

El abogado Marcos García Montes, la abogada y presunta, esto entre comillas, criminóloga Carmen Balfagón y su compañero de despacho, Ramón Chipirras.

El primero, a Marcos García Montes, seguro que lo conoces, es un señor de becote muy poblado y abogado de los famosos.

Pero aquí viene el primer problema, abogado de famosos con sus cosas del día a día de famosos, abogados de famosos porque la Pandoja se enfada con María del Monte, no abogados de famosos que matan a un cirujano y lo descuartizan.

La segunda es, y que a nadie le siente mal, un personaje televisivo, se define como abogada y criminóloga.

Hay quien dice que de criminóloga tiene un cursito de CEAT, no lo sé, sé que desarrolló parte de su carrera profesional en gabinetes de políticos, no te diré el partido.

Supongo que como abogada, porque espero no tener que saber nunca para qué puede necesitar un político a un criminólogo en su gabinete permanente.

Y el tercero es como que venía de bulto con Balfagón, vale, quédate con eso.

Dicen que García Montes le dijo al padre de Daniel Sancho que iba a sacar al niño de la cárcel y Rodolfo Sancho le creyó.

Silver Ronchalo.