03. El infierno de María Luisa en Vallobín (Asturias) k3536

Y en noviembre, en Asturias, una mujer aparece esta mañana descuartizada en la nevera de su casa.

La Policía Nacional, que investiga el caso, anuncia que se han producido ya dos detenciones.

Por el momento, las fuentes oficiales consultadas prefieren no desvelar más detalles sobre el avance de las diligencias.

Hola, soy Carmen Basteiro y esto es Mis Crímenes.

Hoy te hablaré de un caso que es muy fuerte.

Y empiezo por aquí porque si eres una persona sensible, es mejor que no sigas escuchando este episodio.

Intentaré narrar sin caer en detalles escabrosos, pero lo cierto es que hay mucho contexto con datos fuertes que no he podido eliminar para que la historia se entienda.

Documentarme para este caso se me hizo muy difícil y tuve que pararme a cada paso para entender que los demonios sí existen.

Y te puedo asegurar que yo no soy fácilmente impresionable.

Lo importante, aquí estoy yo ahora, contigo, en el momento que más disfruto.

Me acompañan mis auriculares y mi micrófono para contarte este caso.

Normalmente nos enteramos de los sucesos por las noticias, sea en el coche cuando pones la radio de camino al trabajo, sea cuando tomas el café y ojeas un periódico, o sea, lo más habitual ahora, cuando tienes ese rato para dedicárselo a Internet.

Los periodistas, supongo que ya te lo imaginas, se enteran un poco antes.

Suele ser con una llamada o con una fuente oficial que off the record informa de lo ocurrido.

Tranquila, no me extenderé mucho con el tema periodístico, pero sí quiero que sepas que armar un suceso para contárselo a la sociedad no es fácil.

Y hay fallos, y hay momentos difíciles, y hay presión de los jefes, pero sobre periodismo y sucesos podemos hablar otro día.

Si te cuento esto hoy es porque yo me enteré del caso que te traigo un poco antes que el resto.

Era junio de 2009, yo tenía sólo 24 años, recién salida de la universidad prácticamente y trabajaba como freelance, bueno, autónoma, en varios medios asturianos.

Alguien, la fuente nunca se revela, llamó a un compañero veterano y le informó de que una mujer de un pueblo de las Cuencas Mineras de Asturias, no seré más precisa, entiéndeme, por privacidad, había llamado a la policía contándole una historia muy impactante.

Te la cuento.

Su hijo, de 19 años, vivía en un piso compartido en Oviedo, concretamente en el barrio de Vallovín.

Según informó la mujer a la policía, un amigo de su hijo, que vivía en ese mismo piso, había sido secuestrado por los propietarios.

No podía salir de la casa de ninguna manera.

Y entonces, mi compañero me pidió que le acompañara a la casa de esa mujer.

Y que dije yo, que sí, claro, porque a ver qué nos cuenta.

Pero ahora vamos a quitar el foco de mí, porque tenemos que acompañar a la policía en su llegada al piso del barrio de Vallovín.

Los agentes llegan, después de ese extraño aviso, a la calle Mariscal Solís.

Les abre la puerta un hombre, de unos 40 años, que se identifica como Pablo Blanco.

La casa huele a cerrado, a humedad.

Hay muchos objetos amontonados, basura de hace días, cajas de pizza con restos en la cocina.

Los policías piden a todos los allí presentes que se identifiquen.

Vamos allá.

Además de Pablo, también está su madre, Rosario.

Y el tercero en discordia, el inquilino que dice que ha sido secuestrado, un chaval de 21 años, de nombre Cristian.

Pero lo peor en esa casa está aún por ver.

Y agárrate.

En un momento determinado, durante la conversación con los policías, Pablo Blanco confiesa.