¿Y SI ...? LEMAN RUSS Y LOS LOBOS ESPACIALES SE HUBIERAN UNIDO AL CAOS 4t6w6k

Muy buenas amantes del emperador, pasallos del rey silente y devotos de los poderes ruinosos.

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Hoy vamos con un vídeo diferente, una nueva sección por decirlo así que quiero hacer, que se va a llamar Easy.

Lo que va a costar van a ser vídeos bastante cortitos de entre 5 y 10 minutos en los que voy a contar y que hubiese pasado si hubieran pasado ciertas cosas en Warhammer.

Que no han pasado obviamente.

Y este primer vídeo para que os hagáis una idea es que hubiera pasado como serían los lobos espaciales si se hubieran unido al caos.

Contando un poco como habrían caído un poquito así rápido.

A ver que os parece este formato, decir que las imágenes que algunas que voy a poner están hechas por ella, porque no encontraba imágenes de ciertos personajes caóticos.

Espero que lo entendáis y sin más dilación, vamos con el vídeo.

Una visión alternativa donde el más feroz de los primarcas se convierte en el más temido de los traidores.

Hoy nos preguntamos, ¿y si Lehmann Ras, el lobo de Fenris, el ejecutor del emperador, hubiese aullado por el caos? Desde su creación Ras fue diferente, criado en un mundo brutal.

No fue temblado por la razón sino por el combate.

Su alma era salvaje, instintiva, libre.

Y cuando el emperador lo encontró, no lo domó, lo encadenó con la correa del deber.

Durante la gran cruzada, Ras fue el ejecutor, el verdugo silencioso de los pecados imperdonables.

Donde otros primarcas traían luz, él traía fuego.

Donde otros sembraban imperios, él tejaba tumbas.

Y cada sentencia dictada por el emperador dejó una cicatriz invisible en su espíritu, hasta que llegó próspero.

La orden fue clara, destruir a Magnus.

Y aunque Ras obedeció, algo en él se quebró ese día.

Magnus, su hermano, le perdonó la vida.

Le mostró compasión cuando él solo ofrecía furia.

Y por primera vez, el lobo dudó de su amo.

En las estrellas entre Póspero y Fenris, la tormenta disforme se intensificó.

Y allí en la soledad de su nave, el lobo escuchó.

No palabras sino sentimientos.

Corne le daba una lucha.

Slanes la gloria eterna.

No había promesas, solo invitaciones.

Ras luchó contra ellos.

Aulló contra los dioses, hirió a sí mismo para mantenerse cuerdo.

Pero el veneno ya estaba en su alma.

Y cuando llegó a Fenris, lo encontró envuelto en locura.

Los Wulfen se habían multiplicado.

El hielo ardía, la luna negra sangraba en el cielo.

Fue entonces cuando Terra envió a su juicio un mensaje sin corazón.

Que simplemente decía, contención fallida.

Prepararse para el exterminatus si la mutación no se detiene.

El primarca cayó de rodillas.

No ante el caos, sino ante la traición del emperador.

Y cuando los colmillos se rompen, el lobo muerde.

Ras reunió a sus más leales, sacerdotes, antiguos guerreros Wulfen.

Les habló con una voz bañada en hielo.

Si no somos dignos de su imperio, forjaremos uno entre las tormentas.

Y se arrojó al ojo del terror, solo, buscando a los dioses, retando su voluntad.

Durante 777 días y noches, su alma fue desgarrada y probada y forjada.

Cuando emergió, no era un primarca.

Era una leyenda viva.

Era el lobo del fin del tiempo.

Sus colmillos eran runas ardientes.

Su voz podía partir la realidad.

Y su mirada condenaba planetas enteros.