
Viernes 2 de mayo – Juan 6, 1-15. Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron. 6r5y6g
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Meditación del día 2 de mayo de 2025 Palabra de Vida 461p5r
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Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.
Jesús contempla cómo la multitud le sigue, cómo están extenuados, cansados, no había comercios en aquel momento y menos para tal cantidad de personas.
Y es Jesús el que se ocupa personalmente de dar de comer a las personas.
Sería un error pensar que el cristianismo es pura espiritualidad.
No, yo me tengo que ocupar de rezar muy bien, yo me tengo que ocupar de estar en comunión espiritual siempre con Dios.
Bueno, sí, eso está bien, pero fijaos, la prueba y la evidencia de que estamos en comunión con Dios es que Él quiere que atendamos a las necesidades, todas las de nuestros hermanos, y por eso decía San Juan Evangelista años después, quien dice que ama a Dios pero no ama a su hermano es un mentiroso.
La prueba de que amamos a Dios es que amamos a nuestros hermanos y, por tanto, efectivamente, si tú haces mucha oración y esa oración no te lleva a después tratar mejor a los tuyos, querer ser un poquito mejor, luchar contra tu carácter que a veces es fuerte o antipático, preocuparte de la gente que vive cerca de ti y que tiene necesidades materiales.
No podemos ser indiferentes ante unas personas o un mundo que llora, que gime, que lo está pasando mal, meternos en esa especie de urna de cristal espiritual en la que hay un buen ambiente, como puedes decir, y querer no mirar hacia el lado de las necesidades más básicas de la humanidad.
Pues los cristianos, por ejemplo, en las parroquias hacemos las colectas, manos unidas, la campaña contra el hambre, caritas, es decir, vemos muchas ocasiones en las cuales queremos compartir, y eso no solamente porque veamos los domingos a misa, en muchas otras ocasiones nosotros queremos participar con nuestros bienes materiales, porque Jesús les dijo a sus apóstoles, dadles vosotros de comer, no esperéis que venga un milagro del cielo y que como pasó con el pueblo de Israel, que llovía el maná del cielo, sí, el maná llove del cielo, pero por manos de los discípulos de Jesús.
La iglesia no es una ONG dedicada a las obras sociales, la iglesia cuando hace el bien la hace por amor de Dios, no lo hace porque crea que tiene que dar un ejemplo de estar con los más pobres en plan de semipolítico, no, en los pobres encontramos a Dios, en todos los que tienen hambre, que tienen sed, que están necesitados, ahí vemos a Cristo.
Y por eso sí, nosotros salimos al encuentro de Cristo indigente, de Cristo sufriente, de Cristo hambriento, que puede ser no solamente una necesidad material, las obras de misericordia están las materiales y luego están también, por supuesto, las espirituales y ahí es nuestro sitio también, si pensamos que nuestro sitio es solo rezando, estamos equivocados, repito, si mi oración no me lleva a amar más, si mi oración no me lleva a entregarme más y a ser mejor, intentar serlo, con los que Dios ha puesto cerca de mí, no he estado con Dios, he estado conmigo mismo por muy bien que me haya sentido.
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