
Descripción de Viejas 1x05 La adultez 2x3j4h
En este episodio reflexionaremos sobre la adultez, si es que eso existe. 685j2i
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Virgenia Rodrigo, Monty Pedro, ¿cómo estás? Muy buenas, aquí estamos, un día más, un día más, un día menos. Un día más, un día menos. Viejas. Vuestro podcast, de camino a la vejez, con estilo, con glamour, con conciencia, con saber estar. Con saber estar. Una pregunta primero. Bueno, ibas a hacer una introducción y te cortaron. No, no, no tenía nada pensado, lo he improvisado. Bueno, ¿con conciencia o con conciencia? Bueno, ese melón lo vamos a ver en un momento.
Es verdad que se está utilizando la palabra conciencia, se está sobreutilizando a lo mejor para muchas cosas. Es que no se está entendiendo. Yo no lo estoy entendiendo. La gente está como muy consciente de todo y a lo mejor no nos interesa tanto la conciencia. Es que tío, me parece un tema del que hay que hablar porque la gente está utilizando esa palabra de una forma… La gente está utilizando conciencia donde toda la vida se ha utilizado conciencia. Es decir, tomar conciencia sigue estando vigente.
Quiero decir tomar conciencia, tomar conciencia no existe. Pero la gente ahora es como que quiere hacerlo todo consciente. El amor consciente, el sexo consciente, la vejez consciente, la vida consciente.
Vale, pero tomar conciencia sigue siendo un verbo que está vigente. Vamos a dejar de decir tomar conciencia, bueno, que ahora ya a lo mejor ya está en la RAE, pero esa palabra ya está bien con la palabra consciencia.
Bueno, ¿de qué vamos a hablar hoy, Virginia? Hoy vamos a hablar de cómo... Mira, hoy sí que vamos a hablar de una cosa muy buena de la época de los 40, que para mí es la adultez. Esta etapa a la que hemos llegado, que bueno, llámalo adultez, llámalo lo que quieras, porque en realidad la adultez en el fondo no es más que una especie... Claro, no vamos a hablar de lo que la gente se imagina, porque igual la peña se imagina que la adultez... O sea, no vamos a hablar de eso que la peña performa de repente, que es como, no sé qué, la casa, el coche, los niños, a no caer.
Ah, porque eso es la performance, eso hay que decirlo, porque claro, yo siempre que hablo de esto siempre cito el mismo ejemplo, que es la firma de la hipoteca, ¿no? Que claro, como antropóloga yo lo viví como... Bueno, esto es un rito de paso, ¿no? Hay sociedades que la gente pues hace unas danzas, la gente se va a la casa de los espíritus a hacer algunos ritos, y aquí vamos al notario. Es un rito de paso. Es un rito de paso. Pero es verdad que en la adultez siempre se habla como de esa performance, ¿no? De la responsabilidad o del trabajo. Y luego hay una cosa muy guay de la adultez, en nuestro caso, que es que no hay padres en casa. Exactamente. Esta es una frase que Montillo y yo decimos mucho cuando hacemos cosas sin sentido, que es prácticamente todos los días a toda hora. Bueno, pues muy a menudo, por ejemplo, cuando tú estás por ejemplo en casa comiendo golosinas, ¿no? Tienes 43 años y estás pasando la tarde, bueno, comiendo chuches, ¿no? Tirada con las piernas para arriba.
Y de repente dices, ¿qué estoy haciendo? ¿Debería estar trabajando? Y de repente dices, no, porque no están mis padres en casa. No se entiende, ¿no? Porque realmente nuestros padres, bueno, hace 250 años que no fuimos de casa nuestros padres nos hemos emancipado. Sí, pero esa metáfora, ¿no? De puedo hacer lo que quiera, o sea, soy adulta para lo malo, ¿no? Porque tengo que trabajar, tengo que asumir mis responsabilidades, pero también está la parte buena que es puedo hacer lo que quiera con el tiempo. Obviamente porque somos dos personas privilegiadas de un país del mundo, podemos hacer lo que queramos, bla, bla, bla, ¿no? Pero que con todo ese contexto dices, pues si yo quiero comer a las cinco de la tarde o quiero merendar tres veces, no pasa nada. ¿Qué te impide empezar por el postre una comida, no? Es que no te lo impide nadie. ¿Qué te impide de repente comer lo que tú quieras? ¿Se comen gominolas? Sí se comen gominolas, no pasa nada. ¿Se comen gublins? Se comen gublins, porque efectivamente hemos llegado...
Además, efectivamente. Es que nosotras hemos llegado a una edad que también entendemos que tenemos varios privilegios y que hemos tomado algunas buenas decisiones en nuestra vida. Sí, por... Sí, por Monty y yo hemos tomado dos decisiones muy buenas. Una que ha sido que prime lo conservacional frente, quizá, que de eso ya hablaremos en algún momento. Nosotras hemos seguido nuestras carreras hacia adelante, pero hemos sabido también cuidarnos e entender que es lo importante de la vida. Entonces, por un lado, somos dos personas muy currantas que han conseguido tener una cierta estabilidad. No estamos nadando en la abundancia. En la ambulancia. No estamos nadando en la ambulancia.
Pero estamos bien y luego hemos hecho otra cosa que también puede que esto que estamos hablando ahora quizá se llame el privilegio de no haber sido madres, que es que, claro, realmente estamos todo el día, no hay nadie en casa y hacemos lo que queremos. Es como las niñas somos nosotras. Y claro, llegados a este punto, es verdad que hay como una una intersección muy guay en la que todavía, si tienes la suerte de haber llegado con salud, que tampoco es nada extraño, tenemos 40 años, no 80. Si tienes cierta salud, cierta estabilidad y te has organizado la parte de las responsabilidades medio bien, te encuentras con que los 40 es un punto donde pueden interseccionar lo mejor de la infancia con lo mejor de la adultez. O sea, es decir, tengo el privilegio de la capacidad de agencia. No soy un niño al que mis padres me prohíben nada. Puedo.
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